Capítulo quince-Cambio de actitud

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-A mi también me gustaría mucho verte.

-¿Sobre a que hora vas a llegar? no creo que acabe muy tarde su cumpleaños.

-Llegaré sobre las nueve, aunque sea tarde almenos las veré.

-Pasalo bien eh.

-Gracias :)

El camino se me hizo largo, era la tercera vez que ponía en repetición mis canciones.

Miraba por la ventana para despejarme, pero empezó a llover y ya no era lo mismo.

Lluvia, una sonrisa salió instantánea mente de mi cara, había llegado a tal punto que cualquier cosa me recordaba a él.

Me daba demasiada pena estar cerca de él y a la vez tan lejos, no le vería esta vez,pero a la siguiente habrá suerte.

-Ya estamos llegando-sonreí levemente; realmente tenía ganas de bajar ya.

Pasamos por delante de casa de Ruth, donde ella, sus amigas y sus hermanas se estaban pintando unas a otras con ceras de colores.

Seguimos hasta casa, aún había que envolver los regalos, ellas nos seguieron detrás del coche, no pude evitar una leve risa.

-Juls, sal y diles que irás en un rato para que se vayan.

-Vale-sonreí y salí afuera.

-¡Julia!-Gritó Ruth y acto seguido se tiró a abrazarme.

-Feliz cumpleaños enana-sonreí tirandole de las orejas.

-Ven a mi fiesta, está a punto de acabar pero te lo pasaras guay.

-Id yendo, iré en unos minutos.

Ruth y sus amigas se fueron, pero Eva se quedó mirándome, nerviosa esperé a que dijera algo.

-Tía,¿qué haces aquí? Bruno está viniendo.

-Tía, no cuela, he hablado con el, te ha salido mal la broma-reí.

Sin decir nada Eva se fue, y reí por su estúpido intento de broma.

Volví a entrar a ayudar a mi tía a desempacar y envolver los regalos.

Sonó el timbre, Lucía fue abrir y empezó a hablar en susurros, me preguntaba quien estaría tras la puerta.

-Julia ven un momento-dijo Lucía.

Dejé el regalo en la mesa, por si llega a tratarse de Ruth, y salí al pasillo.

Ahí le vi a él, enfrente de mi con una sonrisa y un ramo de rosas entre las manos.

Me quedé quieta, en shock y con el corazón a mil, no me esperaba verle y ya estaba sintiendo algo bastante fuerte por él.

Se acercó a mi y me abrazó fuerte, correspondí su abrazo durante bastante tiempo hasta que nos separamos.

Vi de reojo la cara de Lucía y me dió bastante pena, sabía que involuntariamente ella también sentía algo por Bruno.

-¿Que haces aquí? -sonreí aun nerviosa.

-Conceder mi propio deseo.

Fuimos a casa de Ruth y yo aún iba como un flan, estaba demasiado nerviosa por tenerle a mi lado, cuando en Navidad me era de los mas indiferente.

Su madre nos invitó a desayunar al día siguiente, cosa que me dió bastante corte aceptar.

-¿Qué hacemos ahora?-preguntó Eva.

-Podríamos ir a dar una vuelta los mayores-propuso Ana.

-Si, yo me apunto-dijo Ruth emocionada.

-Dije los mayores-recalcó Eva y yo la miré apenada.

No podía dormir, me sentía tonta por mi comportamiento, prácticamente no había hablado con el.

Simplemente estaba nerviosa, lo estuve toda la noche, me sentía como si tuviera a Dylan delante mio.

Mañana todo será diferente, yo lo seré.

Tras proponermelo me quedé dormida.

Las últimas gotas de lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora