Tu.
Que te acercaste.
Tu.
Que me hablaste.
Tu.
Fuiste tu quien decidiste formar parte de mi mente.
Pero también decidiste irte dejando el grifo de mi mente mal cerrado, dejando que las gotas retumbaran en mi cabeza.
Te fuiste.
Pero volviste.
Y fui muy feliz.
Sentí algo diferente.
Lloré... Por ti.
Lloré porque sabía que no estabas cerca.
Lloré porque no quería cagarla como la última vez.
Aún así decidiste marcharte con nada claro.
Porque solo tu me has hecho pensar en alguien. Y ese alguien eres tu.