El juicio

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-¿Es usted consciente de que está siendo acusado por homicidio, verdad? -preguntó el juez. Asentí con la cabeza. -Y sabe lo que eso implica, sobre todo teniendo en cuenta que todas las pistas recaen sobre usted. -Asentí una vez más.
Él suspiró; parecía cansado, aburrido, como si cada palabra la hubiera repetido ya muchas veces antes, como si supiera de memoria lo que debía decir.
-Mire, Solti, le voy a dar una última oportunidad, una última chance de convencerme de que usted no es el culpable. Si lo hace, reconsideraré mi decisión; si no lo hace... bueno, digamos que no estará en condiciones de pedir nada más.
Acepté la oferta. Llevaba horas encerrado en ese lugar, ya estaba empezando a sentir la claustrofobia.
Me tomé unos segundos para pensar muy bien en qué iba a decir y cómo ubicar las palabras. "Soy inteligente -pensé- llevo meses pensando en este momento, no voy a caer ahora".
-En primer lugar -comencé-, no se pudo hallar una relación directa o indirecta con el fallecido, exceptuando por el trabajo. En segundo lugar, el hombre era pobre, sin familia ni amigos, por lo que ni yo encuentro una razón lógica por la cual hubiese querido asesinarlo. -El juez abrió la boca para decir algo, pero rápidamente volvió a cerrarla.- Además, si bien el cuerpo fue hallado hace tres días, el estado del mismo indicó que llevaba al menos unos cinco o seis días muerto, hecho que también está a mi favor ya que durante la pasada semana yo estuve fuera de la ciudad, lo que supongo yo es un gran impedimento -En ese momento la habitación estaba totalmente en silencio. Solamente podía sentir el sonido de las agitadas respiraciones de los presentes.-. Ahora bien, son pocas las pistas que dicen haber hallado contra mí: cabellos con mi ADN, huellas dactilares, entre otras. Se explican muy fácilmente, ya que yo trabajaba junto con ese hombre, éramos socios.
-Se olvida del diente -atinó a decir un abogado-, ¿qué hacía un diente suyo en la escena del crimen? Suponemos que el fallecido intentó oponer resistencia y al golpearlo en la cara le sacó un diente.
-¿Usted me está diciendo que me cree capaz de cometer un crimen de semejantes magnitudes, pero no de limpiar una enorme pista de la escena del crimen? No, no fue así. El pasado domingo fui a la empresa a hablar con mi compañero, que se hallaba allí haciendo horas extra para aumentar su salario. Él estaba enojado por una pelea que había tenido de camino al trabajo, y no recibió de muy buena manera mis críticas obviamente constructivas. Me pegó un puñetazo en la cara y me dijo que me fuera. Eso hice, y no lo volví a ver hasta que ustedes llamaron.
Luego de una larga explicación, logré que el juez cambiara su veredicto. Me dejaron en libertad y pude volver tranquilamente caminando hacia mi casa. No creo que haya hecho mal en no decirles la verdad; al fin y al cabo, él tenía algo que era mío, y necesitaba que me lo devolviera...

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⏰ Última actualización: Aug 26, 2019 ⏰

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