Solo

68 9 0
                                    

Deambulaba solitariamente por las calles de un pequeño pueblo de Valladolid. Solo, con mi copa en mano, solo, con todas mis decepciones y frustraciones en mi cabeza, solo, con todo el pesar del mundo sobre mi espalda, solo, con todas las ganas de llegar al final de este duro y frío camino. Todo lo que valoraba, apreciaba y quería se había esfumado como el brillo en los ojos de un niño al mirar a través de la falsa fachada de luces e ilusiones que tiene nuestra perversa y despiadada creación. Bebí mirando al cosmos esperando que mágicamente algo apareciese para cambiarlo todo y vivir en una inalcanzable utopía donde valiese la pena levantarse a descubrir un nuevo día. Seguí caminando sin saber porqué, tal vez, esperaba que emergiese alguna brillante idea en mi cabeza que lo cambiaría todo. Entonces un viejo amigo apareció frente a mis ojos con aquella sonrisa que me evadía de mis problemas, con aquel gesto parecía que todo marchaba bien. Me senté a hablar con él. Recordamos nuestros nostálgicos momentos vividos. Carcajadas acompañadas de profundos tragos brindando por aquella época gozosa que nunca volverá a nuestro lado. Sin darme cuenta por un momento mi espalda descansó de todo aquel peso que soportaba. Sin creerme lo mi antiguo, presente y futuro amor de mi vida compartió asiento junto a mi viejo amigo y una gran sonrisa se apoderó de mi. Bebí mirando nuevamente al cielo brindando para que nunca acabase. Nuevamente otro ser de gran valor apareció ante mis ojos, mi querido y casi olvidado primo. Los cuatro hablamos copiosamente durante horas. Mi copa que aún me duraba, debido a que con ellos no necesitaba aquel depresivo sustento, estaba casi acabada. Miré nuevamente a la luna con aquella gratificante sonrisa que no podía borrarse de mi cara y al girar la cabeza para volver a conversar con ellos vi el banco vacío, mis pesares volvieron a mi espalda y mi sonrisa se convirtió en una profunda y vacía mirada. Bebí mi último trago y me fui igual que como vine, solo.

SoloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora