"No sé como una niña nueva puede saberse tan bien el instituto"

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Ahora me sentía más miedosa que antes iba a entrar al instituto en que he estado 12 años, pero sentía que era nueva, bueno ese es el plan después de todo. Me quede parada en una muralla, aun no sentía valor para entrar, la gente que pasaba al lado mío me miraba y empezaban a murmurar, antes igual lo hacían pero ahora decían cosas buenas de mí, me sentía bien pero también tenía ganas de tomarles la cabeza y rompérselas. Al final decidí entrar, me puse bien altiva para que todos notaran que había una persona nueva en el instituto, más de algún chico dio un suspiro al verme pero yo igual quería vengarme de todos.

“No sé como una niña nueva puede saberse tan bien el instituto” oí a lo lejos era la verdad, fui sola al baño y a la oficina de la directora, algo muy raro siendo una chica nueva o eso es lo que cree la gente. Aunque no sabía dónde estaba mi sala así que tuve que pedir ayuda, le pregunte a la primera persona que vi.

-Disculpa ¿Me puedes decir dónde está el 2do medio C?- le dije tocándole el hombro para que se diera vuelta.

-Pues claro.- al ver quien era quede petrificada, era Tom un ex compañero que me había gustado cuando estaba en 1ero básico. Siempre me había discriminado por ser obesa y ahora me estaba sonriendo y queriendo ayudarme.

-Lo siento mejor busco a alguien más- le dije mirando al suelo y con un aura de “no te acerques a mí”, me aleje de él pero.

-No… yo te guio- me dijo jalándome la mano, lo cual yo le respondí con una cachetada que sonó en todo el pasillo.

-No te acerques a mi… entendiste- le dije secamente, lo bueno es que no habían profesores cerca porque o si no me hubieran castigado.

Me marche del lugar con un aura para temer, pero todos los chicos que vieron lo que hice quedaron embobados hasta Tom quedo embobado y eso que él fue el lastimado.

Le pregunte a unas niñas por donde quedaba la sala y ellas amablemente me mostraron el camino. Al llegar a la sala casi todos los puestos estaban ocupados sol unos dos quedaban vacios, uno mirando a la ventana y el otro a la muralla, decidí el de la ventana por si algún día me descubren salir por ella.

Las personas empezaron a entrar y empezaron a formar grupos de charla, yo por mi lado estaba viendo que cosas borrar de mi celular, como números de estúpidas y de estúpidos que no debía tener ya que soy “nueva”.

La clase empezó normal como cualquier primer día, yo me tuve que presentar a los que serian mis nuevos compañeros y mi discurso fue así.

-Muy buenos días mi nombre es Verónica Arlock y vengo de Montreal, Canadá, un gusto conocerlos a todos- les dije tiernamente aunque en mi cabeza pensaba en hacerlos sufrir a todos.

-Oh vaya que linda. Parece una modelo. Debe ser una monada- esos eran los murmullos que escuchaba de mis compañeros.

-Esta bien señorita Arlock tome asiento- me dijo el profesor para empezar las clases.

El resto del día fue normal, empezó a actuar como niña nueva preguntando cosas como “disculpa ¿Puedes indicarme donde esta la cafetería?” “¿Esta es la zona baja en colesterol?” y todas esas cosas de niñas nuevas sin dejar de ser tierna y linda.

la niña de la eterna bellezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora