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Dakho aún recuerda a su madre.

Era común que los alfas se desapegaran de sus madres o padres omegas una vez que estos alcanzaban una edad considerable, aunque estos siempre se mantenían próximos al alfa que los había engendrado. Pero aquel no había sido el caso del joven alfa. Para Dakho su madre omega siempre había sido la única figura parental que le había brindado cariño y un sentimiento de comodidad, uno que aún podía recordar en las solitarias noches. Aquel aroma a miel acompañado de las feromonas que lo acompañaron desde sus primeros momentos de vida era aquello que más extrañaba en momentos como estos. Su madre había sido una omega gentil, cariñosa y desprovista de una pizca de envidia en su cuerpo aunque esta tuviera que haber soportado el mal trato debido a los celos de las demás omegas de su padre. Su madre había encontrado un refugio en el calor de su primer y único descendiente, la única que persona que la acompaño hasta sus últimos días. Desafortunadamente, Dakho no tenia una relación similar con su padre, siendo el principal motivo de esto el hecho de que este nunca haya intentado intervenir en el maltrato hacia su figura materna. Pero aunque quisiera cortar todos sus lazos con este, sabia que aquello que no seria posible.

Su padre era un hombre frio y calculador, un hombre a la altura de las expectativas del sistema. Un alfa que solo veía a los omegas como personas potenciales para otorgarle un futuro heredero. Casualmente el destino, - o el karma según Dakho – decidió otorgarle un solo primogénito aunque este contase con diez bellas omegas bajo su disposición, siendo solo su madre la única que cumplió con su cometido. En los años en que su padre era joven una plaga se había asentado sobre ellos, trayendo consigo la infertilidad de muchos omegas. Aunque actualmente esta había desaparecido y con el tiempo el numero de omegas volvió a aumentar hasta que estos finalmente terminaron por superar en numero a los alfas y betas.

Pero aún así, su padre solía tener a una favorita, Haneul. La cuarta omega que se había unido al harem. Haneul solía ser la omega mas consentida, lo mas cercano que podía considerarse a amor viniendo de su padre. Y por alguna razón esta solía detestar a su madre. Dakho estando seguro de que aquello era por no podía ser capaz de darle a su padre un primogénito. Todo había comenzado con simples comentarios, algo que para su madre fueron fáciles de ignorar. Pero todo cambió cuando las cosas se empezaron a volver mas físicas. Haneul había convencido a su padre que, dejar de que su primer y único hijo se apegara a una sola omega era algo que lo volvería débil en un futuro, por lo se ofreció a ceder algo de su tiempo para encargarse de cuidarlo y evitar que se vuelva tan dependiente de su madre biológica. Su padre naturalmente no pudo negarse al capricho de su preferida, por lo que era confiscado de los brazos de su madre para pasar largos momentos con otras omegas, incluida Haneul. Sin importarle a nadie que su madre sufriera ante la falta de contacto con su hijo recién nacido. Su madre, una omega que solía sentirse solitaria desde que fue abandonada por sus padres al mejor postor, había perdido la única razón por la cual era motivada a vivir.

Los omegas eran personas emocionales, al igual que los alfas. Pero estos últimos solían canalizar todos sus sentimientos en actitudes posesivas y aires de superioridad. En cambio, los omegas solían ser personas muy fraternales que adoraban vivir en compañía. Solían ser muy apegados a sus familias y lo eran aun más hacia sus parejas e hijos, por lo que era algo común que estos cayeran en depresión al separarse de estos o al tener que afrontar sus muertes. Eso es lo que había ocurrido con su madre, su vitalidad fue apagándose poco a poco. Sufriendo en silencio al ser separada de la única cosa querida que tenía en aquella enorme mansión hasta que finalmente ocurrió lo inevitable. Su madre murió debido a la soledad y el causante fue su padre. Pero aún sabiendo esto Dakho no podía escapar de su dominio, ni aunque poco a poco este intentase convertirlo en una versión de él.

Dakho desde cachorro había sido criado como un alfa de clase alta, que aunque tuviese consciencia de las desigualdades que ocurrían a su alrededor, este había sido acostumbrado a depender de cierto status de vida. Él estaba aterrado de solo pensar en como haría para sobrevivir sin las comodidades provistas por su padre, sin contar con la influencia que tenia este y lo difícil que le haría las cosas si intentaba escapar de sus garras. Por lo que debía de dejar sus ideologías de lado, al menos hasta que su padre partiese a una mejor vida. Aunque esto signifique llegar a un trato con siete omegas puestos bajo su disposición.

qua electae virgines│btsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora