Adam era un cazador experimentado, a su corta edad ya había ganado varios concursos a veteranos pero la tormenta que había acontecido el día anterior había borrado las huellas que estaba siguiendo.
Este era un territorio que no conocía y tenía que se hubiera perdido. Tan distraído estaba que no noto que una trampa había cerca.
Un cuerpo chocó con el alejándolo del peligro. Y cuando se fijó, era una mujer.
-¡Eres un idiota!- gritó- quien no reconoce una trampa para jabalíes
Levantó la trampa y Adam pudo observar las filosas estacas que le hubiesen quitado la vida.
-Un cazador que se ha perdido- admitió
-¿Seguro que eres cazador?- se burló- hasta un niño reconoce una trampa, un lugar lleno de hojas en medio de tanta nieve.
-Bueno una cazadora de Diana tiene la experiencia para reconocerlo ¿Verdad?- preguntó
-¿Como lo supiste?- preguntó alejándose, con una mano en su cuchillo de caza.
-Tranquila- sonrió y le mostró el amuleto que colgaba de su cuello.
-El animal sagrado de Diana- susurró la joven, acercándose lentamente.
-Asi es. ¿Con quién tengo el honor de conversar, cazadora?
-Mi nombre es Catalina
-Adam- respondió estrechandole la mano.
Ambos cazadores empezaron a hablar de sus viajes y técnicas de caza. Al llegar al refugio que tenía la chica ambos compartieron lo que habían cazado.
Al día siguiente Catalina ayudó a Adam a salir del bosque y se encontraron con amigos de Adam, también cazadores.
-¿Con quien te encontraste Adam?- preguntó uno riéndose, al ver una sombra detrás del joven
-Nada que te importe Silas- dijo rodando los ojos, ese tipo no le caía nada bien. Era uno de los mejores cazadores, pero no respetaba a la naturaleza y cazaba en forma desmedida.
-Veo que no cambiaste Silas, sigues igual de egocéntrico que siempre- dijo Catalina apareciendo detrás de él
-¡TÚ!-grito el viejo
-¿Me extrañaste?- preguntó con una sonrisa burlona.
-¿Silas la conose?- le preguntó a Arturo, otro de sus compañeros.
-No se cuantas veces ya se enfrentaron- respondió Arturo, por la escena que veía, Catalina estaba provocando al viejo y este ya estaba rojo- ella apareció en estos bosques y varias veces ya puso al viejo Silas en su lugar.
Adam vio como Silas trato de ir contra la joven y quizo ir a ayudar pero Arturo lo sujetó y dijo
-Ella le dará una paliza
Y tal como lo anunció, Silas terminó en el suelo, rojo de furia.
Catalina se acercó a Adam y ambos sonrieron
Adam se quedó con ella, ambos viajaron por distintos reinados haciendo lo que más les apasionaba.
Entre cazadores se entienden, dijo Venus feliz
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Historia de cazadoras
FanfictionHistorias anexas a la historia: Suleiman y la cazadora de Diana