Imagen Sandro Botticelli - La Primavera (Renacimiento Italiano)
Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora.
- Proverbio hindú
Todos tenemos días buenos, y días malos. Normalmente la gente tiene más días malos que buenos, porque la vida es así de jodida. En los días malos, pasan muchas cosas por nuestra cabeza, al menos por la mía. Pienso en cosas en las que normalmente me darían igual, pero cuando me siento decaída, todo se hace un mundo.
En mis días malos desarrollo mi creatividad, me pongo a cantar, a escribir, a pensar. Pienso en qué he hecho yo, para que un día sea malo, y la mayoría de las veces llego a la conclusión, de que muchos de los factores que me influyen, no dependen de mí, y me repugna.
Lo que más odio en esta vida, es el sentimiento de ser dependiente. Te sientes tan inútil cuando alguien tiene que cuidar de ti. Te arrebatan tu libertad, haciendo que les obedezcas, porque si no lo haces, ellos tienen la sartén cogida por el mango y solo tú sufres las consecuencias. Básicamente como cuando eres una adolescente rebelde como yo.
Tengo nombre de diosa, sí, de esas que los niños estudian en cultura clásica. Tengo nombre de diosa, porque yo siempre tengo el control, haga lo que haga, así yo soy la independiente y los demás están obligados a someterse a mí.
Los nombres que elijo son raros, porque la gente recuerda mejor a una persona con un nombre único que a una persona de nombre corriente. Además mis nombres tienen la fuerza en el significado. Al principio de esta historia yo me llamaba Thalía, ya desde el arranque tenía un nombre poco usual. Me encantaba la mitología, sobre todo estudiarla y ver los contrastes entre la historia de las civilizaciones. Aunque ahora que lo pienso nunca he estudiado nada, así que supongo que solo me gustaba documentarme.
Thalía era la menor de las hermanas Cárites (en la mitología griega). Eran tres hermanas los cuáles sus nombres significaban: Belleza, Júbilo y Floreciente. Eran hijas de Zeus y Eurínome no obstante también estaban vinculadas al inframundo. Yo era floreciente, que bonito y que alegre. ¿Verdad? Pero es muy irónico que me pusieran ese nombre porque lo único que florece en mi es odio, venganza y maldad.
El personaje que interpreté mientras me llamaba Thalía fue un tanto brillante. Quince años me pasé interpretando a alguien que no era yo realmente. Siempre fui rebelde, las liaba tanto que me expulsaron de cinco colegios, hasta que por fin en uno encontré a mi alma gemela.Si estáis esperando a que os diga que fue un chico del que me enamoré locamente, podéis seguir ahí quietos, porque conocí a alguien mejor, a alguien como yo: Mi futuro compañero de operaciones, Adam.
Adam tenía un nombre bíblico (siempre analizo los significados de los nombres, es una manía muy mala). Según La Biblia fue el primer hombre, siempre que se crea en la teoría del Creacionismo.
Adam era un chico muy parecido a mí, un cafre que hacia todo mal, pero que al final siempre tenía suerte y acaba bien parado. A él también le habían echado de unos cuantos colegios y con tan solo diecisiete años, acumulaba cuatro antecedentes por diversos temas. Fue mi compañero de mesa seis meses, hasta que liamos una tan gorda, que nos echaron, por expulsión inmediata de aquel colegio para pijos.
En verdad, no fue para tanto, pero el director se tomó un poco mal que convirtiéramos su despacho en un invernadero, para el cultivo propio de plantas de marihuana. Nos requisaron todas las plantas, con todo el dinero que nos habíamos dejado joder. Seguramente, el don Pimpón que firmó las expulsiones, se fumaría toda nuestra maría en su pipa, después de echarnos a patadas.
Pero Adam y yo seguimos liándolas solo como nosotros sabemos. Tiramos para adelante con lo que podíamos porque claro, en la vida siempre hay que tirar para arriba, si te estancas ya no vuelves. Ninguno de los dos teníamos claro que íbamos a hacer en la calle, encima sin ir al instituto, pero no nos separaríamos, al menos por ahora.
Lo que menos pensamos en aquel momento fue en el enfado de su madre, madre mía como se puso la tía, menudo espectáculo...
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RIDLLE - ARIA HAMPTON
Teen FictionMe llamo... En realidad no soy nadie, no tengo nombre, no tengo nada. Pero irónicamente la gente siempre se acuerda de mí, y de las múltiples cosas que hice. Estoy segura de que el mundo me recordará eternamente. ¿Quieres recordarme tú también?