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En cierto lugar en parte de Dream Land Pupupuland, existe un pequeño manicomio donde sufren los de discapacidad mental. Gente que viene a este pequeño lugar para que la gente ayude a todos los que sufren estas enfermedades; el pequeño rosado, cuya sonrisa no deja de lucir apesar de cada burla y grosería que le digan, está en ese “pequeño” hospital donde no tiene ni ayuda de nadie para hablarle. Tan solo se le ocurre ir a ver a otros lugares del manicomio para ver si hay algo diferente, más nunca llega a ver nada diferente en ese lugar, todo sigue siendo el mismo y aburrido lugar para el joven.

Para un pequeño de su edad y para tener esa enfermedad, sería una tortura donde realmente nadie sobreviviría. Más el pequeño siempre se mantiene en alto y su sonrisa no deja de brillan ante ninguna situación de peligro. Sí, ha pasado por mucho, le han dicho; burlas, groserías, le han insultado e inclusive golpeado. Ni siquiera su propia madre -que ya había fallecido- le tuvo un gran afecto. NADIE en su vida le ha preguntado de cómo se siente el pequeño. Usualmente, el rosado siempre se la pasaba corriendo e intentando entretenerse con algo en el manicomio. Rara vez, salía afuera a ver un poco la luz del día, pero las razones de la cual nunca sale es debido a su enfermedad.

Durante un gran lazo de tiempo, él ha hablado con fantasmas y gente muerta que ni siquiera existe, lo que siempre le da miedo a las enfermeras del hospital. Los doctores, siempre han querido decirle que ninguna persona con la que habla él “que considera sus amigos” son reales. El pequeño siempre se negaba a creer las palabras de las enfermeras y doctores, siempre veía para atrás, nunca veía hacia adelante, hay veces que siempre se abrazaba a si mismo a la hora de dormir, a veces, tiende a abrazar a cualquier persona que se cruce en su camino, no le importaba si lo empujaban, pegaran o inclusive si le gritaban. Hubo un período donde el pequeño siempre veía que las personas con las que hablaban creía que eran gente que también quería dañarle por ser diferente a ellos. Más no era así, ellos se volvieron prácticamente “los amigos del rosado” quienes siempre le ayudaban cuando las personas reales le decían un fenómeno.

Aunque, para el pequeño Kirby, también había una persona -real- para él que realmente lo quería tal y como era.

—¡Kirby! ¡Kirby! ¿Dónde estás?— una peli rosada llamaba al pequeño buscando en cada parte del manicomio teniendo esperanzas de encontrarlo porque necesitaba darle una medicina para bajarle le dolor de cabeza que el rosado sentía —ven, necesito darte tu medicina de a diario— seguía llamando y buscando al rosado en cada rincón del lugar, ciertamente, el pequeño le gustaba esconderse en cada parte de los rincones del manicomio.

Cuando el rosado escuchó su nombre proveniendo de la única persona que realmente lo quería tal y como es, se puso feliz y siguió jugando para que la contraria lo encontrara, mientras que la robot seguía buscando al rosado por todas partes, el rosado le seguía en cada parte del manicomio escondiéndose de ella con una tierna sonrisa que le insitaba a seguir jugando con ella. Puesto que, ella era la única persona con la cual siempre se divertía y la quería como su propia madre; tanto para la peli rosada, lo quería como si fuese su propio hijo, era un lazo amoroso entre ellos dos. ¿Por qué fue así? pues, la robot se había encontrado con el pequeño desde que él era un niño de tan sólo de tres años, comenzó a criarlo y quererlo como nada más en este mundo.

Con el paso del tiempo, ellos comenzaron a quererse bastante y a formar confianza, ella lo protegía de cualquier abuso que le hacían al pequeño o cualquier insulto. Claro, aunque esto pueda acabar con su carrera de doctora.

—¿Dónde estás?— la desesperación por encontrar a Kirby y el poder darle la medicina se había vuelto en miedo, porque puede ser que se hayan llevado al rosado nuevamente a la oficina del doctor, quien le haría llorar y sufrir nuevamente por aquel miedo que le tenía a la humanidad y a las personas que lo rodeaban. Comenzó a sollozar por miedo de que sí fuera cierto lo que ella estaba pensando en esos momentos. Hasta que el menor apareció porque no quería ver a la peli rosada llorando.

—Poyo poy Susi poyo— se acercaba a ella con un poco de tristeza diciéndole la típica palabra con la cual podía comunicarse. La robot volteó a verlo y se dio cuenta de que era Kirby quien la estaba consolando, lo abrazó nuevamente con felicidad y unas lágrimas en su rostro mientras que el contrario nada más reía y le correspondía a su abrazo.

—K-kirby, no me asustes así. C-creí que... t-te habían llevado con el doctor— le seguía abrazando mientras que el otro negaba la cabeza con una sonrisa en su rostro —ven, te necesito dar tu medicina.

El otro daba una expresión de asco, sabiendo que odiaba tomarse esa medicina -sabía fea para él- la contraria río un poco por la expresión de asco que tenía el otro, más le dio una pequeña sonrisa que le haría confiar en tomarse en esa medicina.

—Mira, sé que no te gusta, pero debes tomarla— el otro seguía negándose ante la llegada de la medicina.

—¡Poy poyo poyo!— decía negándose y alejándose un poco de la cuchara de la medicina. La contraria le acarició un poco la cabeza para que pudiera tomarse la medicina.

—Mira, si te la tomas, jugaré contigo si termino mi trabajo ¿Te parece bien?— el pequeño no lo pensó dos veces y de inmediato asintió con su típica sonrisa y tomó la medicina, le dio asco, pero la tomó. Susie dio una pequeña risa ante la reacción del pequeño al tomarse la medicina.

—¡Baah! ¡Poyo poyo!.

En un momento donde ella se levantó vio que alguien la estaba llamando.

—Doctora Susie, el doctor DeDeDe quiere verla— dijo una chica que parecía una cebolla, el rosado se puso algo triste al ver que ella se iba, ella asintió y acarició la cabeza de Kirby por un momento.

—Está bien, de inmediato voy.

—Poy poyo Susie poyo— se aferraba a la contraria con tristeza.

—Oh Kirby...— le abrazó un poco —descuida, luego vendré— se apartó de él por un momento y se fue a la oficina del doctor.

El pequeño se quedó solo, no había nadie quien estaría con él un momento, se fue caminando hacia a otro lugar del manicomio para ver con qué se entretenía; mientras tanto con la robot estaba caminado por los pasillos del lugar al buscar la oficina del doctor DeDeDe. Se sentía insegura, no sabía lo que le podía llegar a ocurrir. Al llegar, abrió la perilla y se encontraba él y ella enfrente de un nuevo doctor, quien le ayudaría a la peli rosada con el pequeño niño. Ella no se veía tan confiada del nuevo, pues conocía a Kirby más que nada en el mundo, y ella sabía lo que la gente nueva podría hacerle al pequeño. Volteó a ver al nuevo para darle un saludo rápido y voltear a ver a DeDeDe. DeDeDe miró a ambos con algo de seriedad.

—Susie, él es tu nuevo ayudante, te ayudará a cuidar al pequeño— la robot quedó en shock y comenzó a negarse de que él fuera su nuevo ayudante.

—¡¿Qué?! ¡No! ¡No pienso trabajar con él!— decía enojada.

—Quieras o no, va a ser tu nuevo ayudante— le replicó enojado y frustrado por la expresión de la robot. La contraria suspiró un poco y volteó a ver a su nuevo compañero.

—Soy Susie.

—Buenas tardes señorita Susie, me llamo Meta Caballero, y seré su nuevo ayudante.

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⏰ Última actualización: Feb 24, 2019 ⏰

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