Capitulo Unico

2K 183 18
                                    

Demasiado Tarde.

Inuyasha descansaba sobre la rama de una árbol, cerca de la entra del pueblo. Había sido un día agotador ayudando a los aldeanos del pequeño pueblo y exterminando algunos demonios de bajo nivel. Kagome no estaba, se había ido a su época para buscar algunas provisiones, por lo que no podían continuar con la búsqueda de los fragmentos de la perla.

Esa tonta siempre atrasandolo todo.

Su mente siguió con sus pensamientos sobre la pequeña humana que los rescato. Recordó su hermosa sonrisa, sus ojos que brillaban con algo especial cuando lo miraban, su cálida voz que siempre derrochaba cariño -menos cuando se enojaba y parecía un demonio-, su magnífico cuerpo, que resaltaba aun más con esa extrañas ropas de su época. Sintió sus mejillas arder con ese último pensamientos.

Desde hace algún tiempo que Kagome se robo su atención, haciendo incluso que, en ocasiones, olvidara por completo a Kikyo. Su corazón estaba dividido entre las dos y cada una ocupaba un lado de el. A las dos las amaba casi con la misma intensidad, pero la diferencia es que, Kikyo era su pasado y Kagome su futuro.

Se quedó mirando como las hojas se mecían con el viento con cierta nostalgia. Era cierto que actuaba como un estúpido con ella, pero era solo porque no podía manejar esos nuevos sentimientos que había desarrollado por su amiga. Sentimientos que creía muertos hace mucho tiempo.

Su breve momento de reflexión se interrumpió por un desagradable aroma captado por su nariz; un aroma asquerosamente conocido que lo puso de malhumor en solo segundos.

Bajó del árbol y se paró justo en frente de esté esperando la aparición del individuo.

Un tornado se fue acercando a gran velocidad desde el bosque hasta él, haciéndolo gruñir.

— Bestia, ¿dónde está mi mujer? —Fue lo primero que dijo Koga al detenerse frente a él.

— Es bueno verte, sarnoso. Yo también estoy bien, gracias por preguntar. —Contesto con ironía e intriga al ver lo que llevaba el lobo en sus manos.

Koga llevaba consigo un ramo de flores ridículamente grande que casi tapaba su torso por completo, junto con una corazón hecho de madera y flores rojas.

— Pfff... —Koga rodó los ojos exasperado— Dime ya dónde esta mi mujer.

— Salio corriendo en cuanto sintió tu asqueroso aroma acercarse. —Respondió cruzando los brazos sobre su pecho, sonriendo con burla.

— Déjate de juegos, bestia. Hoy pienso declararle mi amor a la bella Kagome. —Dijo con un aire soñador y unos estúpidos ojos de enamorado que fastidiaron a Inuyasha— Tranquilo, te invitaremos a nuestra boda.

— Je, como sí tuvieras alguna oportunidad de estar con ella. —Se burlo con una media sonrisa. Confiaba en que Kagome nunca aceptaría estar con el lobo, porque ella solo lo amaba a él.

— Al menos yo iré a declararle mi amor y no la dejaré sola, yéndome con otra mujer y haciéndola sufrir.

Sintió un latigazo de culpa atravesar su cuerpo. Eran contadas las veces que había abandonado a Kagome por su tonta obsesión con Kikyo. Las veces que la había hecho llorar por su incompetencia e indecisión.

Mordió su labio, pensando en alguna forma de protegerse.

— Ella nunca te aceptará porque solo me quiere a mi. Además ya te ha rechazado varias veces, nunca te vera como algo más que un amigo. —Respondió al sentirse acorralado, buscando herir al otro con sus palabras.

— ¡Oh, mi pobre Kagome! —Gritó Koga de forma dramática con una mano en el pecho— La bestia tonta ha lastimado tanto tu corazón, pero tranquila hermosa, aquí llegó tu caballero de brillante armadura para curarte y amarte por siempre. —Término arrodillándose, levantando el ramo de flores al cielo.

Demasiado tarde [Sesshome]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora