No me califico para nada como una persona expresiva. Nadie realmente puede saber que esta pasando por mi mente.
Y no fue fácil ser así.
Tuve que aprenderlo por las malas.Los momentos en los cuales que quería llorar, gritar no podía, mejor dicho: no debía.
Así que a lo largo de los años digamos que convertí a mi cuerpo en una vasija, solo acumulo todo tipo de emociones que no salen a la luz, y he acumulado bastante basura.
Pero no me quejo, aprendí a aceptar la vida que me toco.
Porque tengo suerte dicen, yo no debería estar aquí.
Yo no debía existir.
Pero aquí estoy, respirando y mirando la vida pasar.
No puedo opinar sobre ella, solo mirar.
Porque es un regalo, uno muy caro por el que tengo que pagar. Al que no se me a permitido tocar.
Y no siento ningún tipo de sentimiento de agonía o rencor por la vida. Solo existo, y así estoy bien. No necesito compañía o consuelo.
Pero todos saben que en las historias hay un quiebre, un segundo en el cual sabes que la vida del personaje va a cambiar y no va a ser la misma.
Analizando mi historia muchos podrían decir que el quiebre ya tuvo su lugar.
Ya esta rota, creo escuchar a alguien murmurar.Y estaba totalmente de acuerdo porque les puedo asegurar que durante estos diecisiete años pude sentir varios golpes, mi alma ya esta partida en muchos pedazos pero, ¿saben que? El quiebre en mi vida no fue para nada doloroso, aunque si sentí como el aire se fue de mis pulmones.
Fue cuando lo vi.
Supe que mi vida ya no podía ser igual. Fue como una bocanada de aire después de haber estado varios minutos sin respirar.
Con la diferencia que había estado toda mi vida sin hacerlo.
Cuando vi sus ojos, fue cuando la vida realmente me golpeo. Supuse que había estado dormida. Él no se podía imaginar que había despertado a alguien de un largo, largo sueño.
Uno en el que dejada que su vida sea manejada por los demás, de alguien que nunca hizo lo que quiso, alguien que vivía con la cabeza gacha perdida en sus pensamientos.
¿Este fue el comienzo? Claro que si. Cualquiera que hubiese apreciado ese momento lo abría deducido. Podría jurar que todo el mundo lo supo, porque sentí como si el mundo hubiera cambiado totalmente su eje para situarse alrededor de este chico de apenas veinte años, sentí cada musculo de mi cuerpo calentarse de una forma impresionante. No tenia ningún tipo de control, mis pensamientos viajaban de aquí a allá sin poder formular uno coherente.
Estoy flotando y cayendo.
Y para cuando aterrice ya era demasiado tarde. Ellos lo sabían, sabían que tenia una debilidad.
Y quise morir, porque nadie debía saberlo nunca, nadie debía saber que tenia un corazón. Y mucho menos que este latía tan fuerte por una sola presencia.
Y lo siento tanto, en este momento quiero decirle a Jungkook que lo siento.
Tuvo la mala suerte de que lo ame un monstruo como yo.
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Despertar
Teen Fiction~Quiero decirle a Jungkook que lo siento. Tuvo la mala suerte de que lo ame un monstruo como yo.~