CELOS

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- Fareeha Amari, por favor de dirigirse a la enfermería - se escuchó por el altavoz. La joven recluta se levantó del asiento y camino arrastrando los pies hasta llegar. Llamó dos veces a la puerta.

- ¿Fareeha? - preguntó una voz femenina al otro lado - Adelante.

- Permiso... - la morena abrió la puerta lentamente e inmediatamente un par de ojos azules se posaron en ella, mirándola por encima de unos papeles.

- Según estos informes – dejó los papeles sobre el escritorio frente a ella – Te encontraron peleando en uno de los callejones de la ciudad... DE NUEVO – se acomodó los lentes para poder observar mejor a la recluta.

- Esto... yo... eh sí... yo estaba... – las palabras no tenían ningún sentido o coherencia alguna. La morena abrió y cerró la boca un par de veces, pero nada salió de allí.

Con un suspiro la rubia se levantó de su silla, rodeó el escritorio y se acercó a la morena. Con cuidado tomó a Fareeha por el mentón e hizo que ésta rotara un poco la cabeza para poder ver su mejilla derecha la cual tenía un pequeño corte con un poco de sangre.

- Pasa al consultorio... - sentenció apartando su mando y tomando un par de guantes de látex de una caja que había sobre el escritorio.

La recluta se sentó sobre la camilla que se encontraba en el consultorio y aguardó por unos minutos. Finalmente, Angela entró por la puerta cargando lo que parecían ser un montón de gasas y vendas.

"No puede estar tan mal" pensó la recluta, quien NO se había visto en un espejo.

La rubia tomó asiento al lado de la morena y con mucho cuidado comenzó a tratar su rostro, primero limpiando la sangra que lo cubría, sobre la mejilla, la frente y el labio. Una vez finalizó comenzó a esterilizar un par de gasas para posteriormente cubrir las heridas.

- ¿Cómo es que consigues meterte en problemas todas las semanas Reeha? – preguntó mientras ubicaba una gasa sobre la herida en su ceja.

- Yo estaba allí de pasada cuando un par de vándalos comenzaron a agredir a un civil, tenía que ayudarlo... - los ojos de Angela se posaron en los de la recluta fijamente, como si esperara algo. La morena sonrió – Además, siempre estoy lista para una pelea.

- No tienes cura... – sonrió apartándose de ella, apreciando nuevamente su rosto el cual ahora se veía mucho mejor que cuando había llegado - ¿Hay algún otro lugar del cuerpo que te duela o quieras que revise?

- Tengo dolor en mi espalda – llevó las manos hacia atrás – Esos vándalos me dieron una buena revolcada jeje.

- Quítate la remera para que pueda ver – la morena se sonrojó.

Fareeha se levantó e intentó quitarse la remera, pero el dolor en su espalda incrementó cuando levanto los brazos, la mueca de dolor no pasó desapercibida para Angela. Acercándose a la morena tomó la remera por debajo y la ayudó a pasarla sobre su cabeza, dejando a la recluta con un top deportivo y una temperatura ridícula en su rosto.

- Date la vuelta – la morena volteó enseguida y los ojos de la rubia cayeron inmediatamente a la espalda baja de Fareeha donde se podía apreciar un enorme hematoma de color azulado – Tienes un feo hematoma aquí detrás – posó su mano sobre él con cuidado – Deberás darte un baño y aplicar un poco de hielo para disminuir la inflamación, tal vez un poco de crema sea recomendable – apartó su mano – Pero además de eso, estas en perfecta salud RECLUTA –bromeó.

- Gracias MERCY – rió Fareeha – ¿Ya puedo retirarme? – la rubia asintió con la cabeza.

La morena se disponía a tomar su remera de la camilla cuando la puerta del consultorio se abrió revelando a una mujer que inmediatamente posó su vista sobre el abdomen descubierto de la recluta. Angela la miró.

CELOS - Pharah x MercyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora