Noche de tormenta

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Wow es uno de los capítulos mas largos que he escrito, asi que espero lo disfruten (es como un 2x1 XD )

advertencia:Un poco de violencia (ya saben como soy) ñwñU 

Gracias por leer y dejarme sus comentarios >3< 

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El constante golpeteo de las gotas furiosas sobre el cristal de las ventanas, acompañaban esa noche de tormenta a Arthur, quien, apacible, leía en su sillón favorito mientras Alice le servia el té.

—La noche es perfecta para un buen libro ¿No te parece Alice? —Comentó Arthur cuando Alice dejaba una humeante taza de té en la mesita de al lado.

—Puedo decir que no a muchos les agrada la visita de la lluvia por la noche...para algunos, puede ser atemorizante.—Contestó Alice quien con un gesto al aclararse la garganta miró hacia la puerta de la habitación.

Arthur, mirándola de reojo, observó a lo que se refería.

—¿Alfred? ¿Sucede algo? —Preguntó Arthur extrañado mientras le echaba un rápido vistazo al reloj que descansaba encima de la chimenea. Era un cuarto para media noche.

—Señorito, le recuerdo que mañana debe despertar temprano para sus lecciones. —Le recordó Alice dando pasitos a la puerta para abrirla y que entrara el pequeño Alfred.

Alfred, quedándose inmóvil en el umbral, miró con ojos grandes a Alice y luego a Arthur.

—Lo sé...pero, no puedo dormir. —Dijo agachando la cabeza con sonrojo. El pequeño miró sus manos y se quedó de nuevo callado unos segundos.—Es solo que...yo...

—¿No puede dormir? —Alice cruzó los brazos y Alfred creyó que le regañarían. Esta no era la primera vez que huía de cama, pero si era la primera vez que Alfred no podía dormir porque tenía miedo por aquellos ruidos que la vieja mansión orquestaba con el pasar de la tormenta. Claro, él no iba a admitirlo.—Bueno, ¿qué le parece si caliento un poco de leche con miel para usted? —Preguntó Alice y Alfred le miró extrañado.—Eso le ayudara a reconciliar el sueño. Claro, si al amo Arthur le parece bien.

—Me parece una buena idea Alice.—Dijo Arthur dejando el libro que leía sobre la mesita.—Mientras Alice hace eso ¿Por qué no vienes aquí Alfred?

Alfred abrió un poquito más los ojos, con una sonrisa que no pudo esconder de alivio. Con cortos pasos fue hasta los brazos de su tutor y este, llevándolo a la cama, lo arropó para que su calor no escapara con la fresca noche de lluvia. Acomodándose a su lado Arthur peinó sus cabellos con sonrisa gentil.

—Alfred ¿Puedo mostrarte algo?

—¿Qué cosa? —Preguntó Alfred curioso.—¿¡Magia?!

Arthur negó levemente.

—Creo que es algo más aburrido que eso Alfred.—Arthur alcanzó un cajón de su mesita de noche y tomando un portafolio ámbar, lo acercó a la cama y frente a Alfred comenzó a abrirlo.

—¿Qué son Arthur? —Preguntó impaciente el pequeño.

—Algo aburrido Al.—Dijo este mostrándole el papel grande y amarillento de un viejo dibujo.

—¡Ah!—Alfred observó al carboncillo sobre el papel y los trazos finos que dibujaban una flor.—¿Es una rosa?

—Aja.

—¿La dibujaste tu Arthur?

—Si. Hace tiempo. Son mis primeros dibujos.

El dibujo siguiente era más complejo, ahora era un ramo de flores. Algunas sobre una superficie, otras dentro de un angosto florero

Cría de DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora