–Y, bueno, ¿cómo espera ese profesor que pase el examen si no me quiere explicar cómo se comprueba que un pollito sea hombre o mujer?
–Macho o hembra. Cuando se habla de animales se dice macho o hembra.
–Eso–(T/N), una chica pelinegra de baja estatura, caminaba hacia los casilleros, seguida de su mejor amiga castaña, Mara, quien se quejaba por tener un conflicto mental sobre el género de los pollos–¿Puedo ir a tu casa ahora? Sabes que mi madre trabaja hasta tarde, y se me olvidaron las llaves de la casa.
–Primera vez que te ocurre eso–Comentó la (C/C) con un rostro extrañado, a la vez que ingresaba la contraseña de su Locker–
–A que sí. Me has pegado lo despistada–Ríe. Lucia rueda los ojos, ignorando ese "insulto", y abre el casillero al sentir un click. Aunque, un sentimiento de desconcierto se hace presente cuando a sus pies, nota un papel anaranjado, doblado sin ningún cuidado. Mira a todos lados, comprobando que nadie esté ahí o que la castaña le esté viendo–
"No sabes las ganas que tengo de ir hacia ti, presentarme, y confesarte mis sentimientos. Pero, al parecer soy tan cobarde, que me rehusé a hacerlo, y es por eso que te has encontrado esta carta en tu Locker."
(T/N) alzó las cejas, y volvió a analizar su alrededor. Mara seguía con la cabeza hundida en su casillero, además de estar revisando su teléfono, era imposible que ella le hubiera hecho esa broma. Nadie más estaba en el lugar. Así que... ¿Quien había puesto eso ahí? ¿Y por qué rayos estaba enamorado de ella?
–¿Nos vamos?–La voz de la castaña la sacó de sus pensamientos. Sacudió su cabeza y sonrió, escondiendo muy bien su confusión–
–Sí, camina–Ambas comenzaron a salir de la escuela. (T/N) un poco más atrás, dobló el papel (mejor de lo que vino) y lo guardó en su carpeta. En realidad, había decidido ignorar la carta y botarla, pero no quería regar basura, y no le quedó más remedio que esperar a llegar a su casa y hacerlo–
