«El vuelo privado en el que presuntamente se encontraban el cantante Louis Tomlinson junto al modelo de Gucci, Harry Styles lleva desaparecido dos semanas. No se conoce el paradero de ambos jóvenes y las empresas Tomlinson® y Styles® se encuentran en proceso de unión, afrontando los gastos de la investigación.»
El botón de apagado fue presionado con firmeza desde el otro lado de la sala, dejando el enorme televisor en un oscuro absoluto.
—¿Firmarás entonces?—preguntó el Sr. Tomlinson, algo incómodo en aquel asiento perteneciente a la oficina del Sr. Styles. Simplemente jamás se imaginó en esta situación.
Styles acomodó su corbata. —Sí, es lo que Harry hubiera querido, que uniéramos ambas empresas en señal de paz. Creo...que estábamos demasiado cegados por la competencia. Si no hubiéramos sido tan egoístas, ellos estarían aquí hoy.
El Sr. Tomlinson sintió por primera vez su cuerpo encogerse, su mirada hacia abajo y las manos temblarle. —Tienes razón. Debí haber aceptado su propuesta acerca de la unión de matrimonio entre ambos. Fui un imbécil.
Ambos hombres no lloraron solo porque la incomoda línea de enemistad que habían forjado durante tantos años no les permitía quitar aquella muralla de orgullo, pero el nudo que les apretaba la garganta era desesperante. La oficina se sintió tensa, así que se observaron por un instante, compartiendo internamente el duelo. Luego, volvieron a la realidad y sellaron el trato con un fuerte apretón de manos. Compartiendo aquella desesperanza, los Tomlinson y los Styles se unieron como socios directos y tal como Louis lo había predicho, los millones no tardaron en llegar.
El Sr. Tomlinson salía todos los días por la puerta trasera para no toparse con las fans de su hijo, que día a día se paraban frente al edificio, esperanzadas de recibir noticias de Louis.
Pero estas noticias simplemente no llegaron.
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—Creo que ya llegó la hora de salir.
La voz ronca de su hombre, recostado sin camisa a su lado, le despabiló por completo. Se volteó para quedar frente a él y arrugó la nariz como un niño pequeño.
—Un día más, amor. Es tan tranquilo aquí, no quiero irme nunca—confesó, dejando un casto beso sobre los cálidos labios del rizado, quien lo atrajo más hacia su cuerpo.
—Lo siento, bebé. Ya llamé a Niall. Traerá toda la tropa de actuación para hoy, así que no tienes escapatoria—besó su frente. Louis le sacó la lengua, haciendo que Harry lo apretara contra sí aún más. Louis se dejó, sintiendo la impresionante calidez del cuerpo del rizado contra el suyo. Pasó la punta de sus dedos por la espalda de Harry, haciendo pequeños círculos y gozando de la suavidad de su piel.
—Supongo que ya era hora de volver a la realidad—suspiró. —Mis fans me matarían si supieran que todo esto estaba fríamente calculado. Les debo una, por todas las lágrimas.
—Nada de quitarte la camiseta en el escenario—advirtió frunciendo el ceño. —Son cosa seria, en solo segundos ya estarán haciendo fanfics sobre que eres un stripper o cosas por el estilo.
—Oh, tonterías. Eso lo inventas tú, cielo.
Harry rodó los ojos. —Si tan solo supieras, Lou.
La puerta siendo abierta de par en par tras un solo golpe resonó con fuerza en toda la casa. Ambos se miraron y supieron que se trataba de Niall llegando con todo el equipo de maquillaje de Shawn.
—Okey, drama queens, ha llegado la espectacular hora de que sus nombres queden en la historia-anunció, entrando con un emocionado Shawn a sus espaldas. —Jamás creí ver a Harry tan enamorado como para hacer algo así. Te felicito, Louis.
Louis agitó sus pestañas. —Fue un placer.
Harry suspiró. —Bien, solo hagan su magia.
—¿Se saben bien la historia?
Ambos asintieron. —Claro que sí, nosotros la inventamos.
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«Harry Styles y Louis Tomlinson fueron encontrados con vida esta tarde junto a la tripulación del avión privado. Se estima que el avión hizo un aterrizaje forzoso en una de las islas cercanas a la península Japonesa, dónde todos fueron encontrados en buen estado de salud.»
Louis apoyó su cabeza en el hombro de Harry, mientras ambas familias los observaban sin creer que estaban enteros. La culpa de cada alma en esa sala llenaba el aire por completo. Louis y Harry sentían haberles hecho pasar aquel insufrible mal rato, sabían que jamás llegarían a comprender el miedo que habían sentido sus familias al imaginar que ellos estaban muertos y que no sabrían más de ellos o de sus cuerpos. Sus familias, en cambio, sentían que aquel accidente era culpa de ellos, que habían traumatizado y marcado sus vidas por aquella infundada enemistad que por tantos años los había nublado. Sentían que si ellos no lo hubieran impedido, nada de eso hubiera pasado. Pero aquella angustia había servido para que tomaran consciencia y dejaran de lado aquella tóxica relación de enemistad que mantenían.
Si, todos tenían razón y estaban equivocados. La vida era sabia y les había entregado la gota de justicia que necesitaban a cada uno de ellos.
Le había permitido a los Tomlinson y a los Styles quitarse la venda de la competencia avara y severa, y le había entregado a Louis y a Harry el hogar que tanto les había faltado. Les había permitido alejarse de sus rutinarios pensamientos y abandonar todos sus prejuicios infundados.
Les había dado un amor puro y sincero. Aquel extraño lazo entre ambas familias, por fin había sido resuelto, estaba desenmarañado y listo para comenzar a tejerse de forma pulcra y correcta.
Ahora, ambos estaban de vuelta en Inglaterra, planeando la boda sugerida por sus padres. Se miraron cómplices apenas oyeron la idea, como solo dos almas unidas saben hacerlo y sonrieron a la distancia. Louis no aguantó más mantener atrapados aquellos sentimientos en el borde de sus labios, así que a penas su mirada cruzó la de Harry desde la otra esquina de la habitación, lo soltó.
—Te amo—susurró Louis, lentamente, marcando cada letra. Harry se removió, sonriendo nervioso.
—Yo también te amo—le respondió, marcando sus hoyuelos.
Rodeados por intensas rosas azules y la mirada de sus seres queridos, ambos atesoraron aquel precioso momento. Porque podría haber sido una tragedia, porque quizás si el destino hubiera querido, si los hubiera enterrado bajo el mar al saber que planeaban aquellos hechos tan fríos y crueles, habrían caído en el cliché más grande de la historia. Se habían convertido en el nuevo Romeo y Julieta de este tiempo. Pero no lo hizo, porque comprendía que tras aquella dura decisión había algo más grande.
Había un profundo amor sincero.
Así que sí, Harry ya no odiaba Romeo y Julieta. Después de todo, aquella historia había sido la inspiración a absolutamente todo: Desde su cortejo, hasta el plan que le permitió quedarse día tras día con Louis, el amor de su vida, a su lado. Por lo que un par de noches antes de la boda, la pareja se escapó del lujoso hotel y se dirigieron directo a la iglesia donde los restos del escritor reposaban hace más de 400 años.
William sonrió al ver que aquellos muchachos que tanto le habían invocado, le agradecían firmemente tomados de la mano.
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Pudrete Shakespeare. //larry
ФанфикHarry siempre odió con toda su vida la obra Romeo y Julieta de William Shakespeare, le parecía estúpida, sosa e irreal. ¿Cómo era posible enamorarte en 3 días, del enemigo de tu familia? Le parecía que aquella historia tan ridícula no debería haber...