[ C a p í t u l o Ú n i c o ]

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— ¡Oye tu, mesero!— habló una voz grave a la par de escucharse un par de golpes en la barra.— dame lo más fuerte que tengas que valga esto.—movió su mano hacia delante dejando ver unas cuantas monedas de 200 liras.

Aquel hombre desahuciado no era ni más ni menos que Leone Abbacchio, un ex oficial de policía que había dejado su cargo luego de haber perdido a un compañero en el intento de apresar a un delincuente.

La culpa lo carcomía, para ese entonces no sabía qué hacer. Aquél vándalo involucrado ya lo conocía, y no solo eso, en alguna oportunidad ya había aceptado sus sobornos para dejar sus crímenes pasar.

Esa indecisión costó la vida de su compañero. Fué un golpe muy duro para él, sabía en donde se había metido pero nunca pensó que esas serían las consecuencias. Después de ese desastroso incidente, decidió dejar su cargo, y reprimir su sentir para con cualquiera.

Ya eran las doce de la noche en Nápoles. Abbacchio tomó su último trago y se levantó de la barra. Al encaminarse a la salida de sintió observado, expuesto. Supuso que todas esas gotas de alcohol por fin comenzaban a hacer efecto.

Apoyó la mano sobre el picaporte y oyó su nombre pronunciarse.

— Leone Abbacchio, ¿no es así?— el mencionado escuchó pisadas detrás suya. posteriormente una mano sobre su hombro.— espero no le moleste quedarse un rato más, me gustaría poder conversar un momento.— por un momento se sintió en peligro, pero el tono relajado de esa persona de cierta manera lograba calmarlo y hacerle abandonar la idea de que estaba bajo algún tipo de ataque hacia el.

Decidió darse la vuelta para ver a ese misterioso hombre.

Supuso que lo que estaba viendo eran alucinaciones provocadas por la excesiva cantidad de bebidas tomadas previamente, pero había algo que le hacía creer que esa imagen en sus ojos era real.

Una vestimenta extraña y blanca, cabello corto y completamente negro para contrarrestar. Una persona alta y pulcra, con un rostro y ojos dignos de admirar. Podría decirse que era la viva imagen de un ángel.

Otra vez pudo escuchar su voz.

— Disculpe, mesero. Me gustaría pedirle una copa más, por favor.— recibió respuesta del mesero y volvió a dirigirse a Abbacchio.— Sígueme, creo que estarás más cómodo si podemos hablar en una mesa.

Pasaron al menos una hora conversando. Aquél muchacho de buena pinta había dicho llamarse Bruno. Bruno Buccellati para ser más precisos.

Aparentemente ya sabía todo el pasado sobre Abbacchio (lo cual a él la hacía algo de ruido) y no indagó mucho en el mismo. Preguntó cosas por el estilo "¿que piensas hacer ahora?" "¿Tienes algo que realmente ocupe tu tiempo?"

Abbacchio no tenía respuestas concretas respecto a esas preguntas. No había nada planificado en su vida actualmente, no después de su fracaso como policía. Solo se limitó a responder que no tenía ningún tipo de evento importante. Hizo como pudo, los efectos del alcohol se hacían cada vez más fuertes, no faltaba mucho para que no pudiera recordar nada.

— Si no tienes nada que hacer, me gustaría invitarte a formar parte de un pequeño grupo de una organización. Realmente podrías tener un trabajo relativamente estable y no vivir dentro de los bares de Nápoles pidiendo todo el alcohol que puedas con lo que consigues a diario.

— Agradezco la invitación, pero realmente no quiero involucrar a nadie y llevarlo a la muerte otra vez.— tuvo que sostenerse la cabeza, se empezaba a marear cada vez más y se le hacía difícil no hablar entre espaciado.— Si sabes a lo que me refiero.

— Entiendo.— se levantó de la mesa y le extendió un papel a su compañero de mesa, con la dirección donde lo estaría esperando.— En caso de que cambies de opinión, aquí podrás encontrarme, eres bienvenido cuando quieras.— dicho esto, encaminó hacia la puerta de salida.

Él se quedó en la mesa, sentado y jugando con ese papel entre sus manos. De alguna manera, las palabras de Buccellati lo convencieron de seguirlo, no sabe por qué pero lo había persuadido.

El sonido de una puerta abrirse lo hizo reaccionar. Se levantó para seguirle el paso, aunque su tambaleo fuera evidente y le perjudicara caminar a estas alturas. Su última opción fue gritarle.

— ¡Buccellati!— logró su cometido. El mencionado se dió la vuelta para verlo.— Yo... Yo...— y no pudo aguantar más y se desplomó en el suelo.

Abbacchio no pudo verlo, pero el recién llamado se acercó a él. Luego lo cargó en su hombro y se dirigió con él a la salida.

Le dedicó una sonrisa y comenzó su rumbo.

Bienvenido al equipo, Leone.

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Buon Giorno, ahr.

Bienvenidos sean a este pequeño One shot que salió de mi poca autoestima, ahre.

Fuera de broma, espero este pequeño escrito les haya gustado. Y ya que estamos, me gustaría preguntarles a quienes estén leyendo esto si les gustaría ver alguna de estas ideas que tengo en mente.

1.- llevo un buen rato pensando en hacer un libro abierto a pedidos, donde se publiquen one shots de determinados ships o de algun personaje de "Jjba x reader"

El libro también tendría la función de publicar especiales por fecha, para no dejar ahí colgado algún que otro texto que tenga redactado. 

2.- Tengo una historia a medio escribir de Mista x Giorno

Son dos de varios proyectos que tengo en la cabeza, pero me parecía bien dar a conocer algunas ideas y recibir sus opiniones.

Espero que esto haya atrapado su atención con el bruabba, aunque no haya beso ni nada ¿? Me siento medio oxidada para escribir, lo siento. xd

Nos leemos en otra, ah (?)

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⏰ Última actualización: Apr 19, 2019 ⏰

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Una copa más | Bruabba [One-shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora