❝Desde la primera vez que vi esos lindos ojos, me enamoré de ti, Park Jimin.❞
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Taehyung miraba concentradamente al chico del que estaba enamorado, soltando de vez en cuando algunos suspiros, la belleza del contrario provocaba aquel actitud en él. Es que, sinceramente no podía imaginar como es que existía un ser tan hermoso, y más aún en un mundo tan dañado como en el que habían nacido.
– ¿Observándolo otra vez?
Jungkook, su mejor amigo y confidente se sentó junto a él en el húmedo césped recién regado, y dirigió su vista hacia el rubio que hablaba animadamente con un joven que parecía ser de interés para el menor, sí, le parecía levemente atractivo.
– No es mi culpa —Se quejó—. Es él que no tiene compasión por mi... Míralo, irradiando belleza sin la más mínima vergüenza —Soltó nuevamente un suspiro de típico chico enamorado.
– En realidad no sé que es lo que tanto le ves, —Se encogió de hombros—. a mi parecer es normal
– Huh, es porque tú no has tenido la suerte de poder hablar con tal ángel caído del cielo, Kook.
– Bueno, nunca me has contado la historia de como te diste cuenta de que te gustaba —Se acomodó en el césped—. Creo que sería un buen momento para que lo hicieras.
– Verás, fue hace unos meses...
Flashback.
Taehyung caminaba con desinterés por los pasillos de su reconocida y costosa escuela, Jungkook se había enfermado por lo que suponía que iba a estar solo hasta el término de clases.
Estaba tan distraído, que no notó que un chico pelirubio quería pasar por donde él estaba, lo que provocó que ambos impactaran sus cuerpos y cayeran al suelo bruscamente, el más bajo cargaba unos libros, por lo que también cayeron provocando un mediano estruendo.
– ¡Oh, cuanto lo siento! —Con rapidez comenzó a recoger los libros, luego se levantó al igual que el otro—. De verdad, perdón. No me fijé por donde caminaba.
Bajó la mirada apenado y avergonzado, esperando algún regaño por parte del contrario, cosa que nunca ocurrió.
– Hahaha —Rió dulcemente—. No te preocupes, fue un accidente, a todos nos puede ocurrir.
El chico le sonrió, sus pequeños ojitos se ocultaron, sonriendo de igual forma. El más alto repentinamente sintió una fuerte punzada en su corazón.
