☼ Decime algo lindo ☼

29. Fuego

El destornillador se enterró nuevamente en el abdomen de Sebastian mientras la mano lo sujetaba con fuerza del cuello. Estaba atado a una silla y con sus brazos llenos de piquetes, ambas rodillas inutilizables y un par de dedos rotos.

- ¿DONDE?

- NO HAY MAS NADA!

Ya tenia todo, le había quitado vídeos y demás información, tenia todos sus artefactos tecnológicos, quería borrar cualquier rastro de Alec en su vida. Lo había quebrado mentalmente, a un abusador.. Era mucho. Lo golpeo con fuerza en la cien y lo desmayo.

Ya era de noche y por suerte en ese barrio de mala muerte no se veía nada. Lo cargo y hecho en el baúl como si fuera una bolsa mas de basura. Lo era, al menos para Magnus. Manejo lejos de la ciudad por unas horas. Su celular sonaba, era Alec que preocupado no quería estar solo y se notaba, le insistía demasiado que volviera o se apurara en regresar. El daño que le había hecho era terrible.

Se metió en un campo random con el auto y cuando vio que la ruta ni se divisaba freno y bajo, comenzando a descargar todo, las balsas y cajas con fotos, la computadora y a Sebastian. Este se despertó y lo miro mientras su persona menos favorita lo roseaba con combustible. Miro a su alrededor y estaban todas las fotos de Alec.

No podía moverse por sus rodillas rotas ni soltarse... Solo miraba las fotos.

- Buenas noches. - Le dijo Magnus.

Encendió un papel y lo tiro al montón de basura. Parecía un altar a Alec con un sacrificio en el centro. Su libertad. Sebastian se incendio con fuerza dado a la cantidad de liquido que Magnus le echo.

Lo observo por unos minutos hasta que cayo sobre los papeles que ya eran cenizas. Se subió al auto y manejo hasta el departamento del abusador. Bajo del auto y roseo todo hasta prenderlo fuego de igual manera que las fotos. Ninguna evidencia quedaría en pie.

Se alejo del lugar caminando...

Camino en la noche hasta perderse en la oscuridad.