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Me dirigía con prisa a mi clase, estaba llegando tarde y eso era producto de mi pereza por levantarme en la mañana. Maldecía internamente al recordar el horario que era.

Estaba tan ocupado en mis pensamientos que no vi al chico que dobló en la esquina y lastimosamente lo choqué.

Su libreta cayó al suelo, me agaché a recogerla mientras pedía disculpas.

-Está bien, no pasa nada -dijo y levanté mi mirada extendiéndole su libreta.

Nunca había visto unos ojos verdes como los de él en vivo y a todo color, los cuales me dejaron algo perdido y confundido.

Además de unos hermosos orbes tenía unos finos labios rosados, un cuerpo de color canela pasión delgado y pequeño. Un cabello lacio negro, unas envidiables cejas que mantenían un "delineado" perfecto. Unas cuantas pestañas curvadas, resaltando mucho más a sus hermosos orbes.

Tomó su libreta e hizo una mueca antes de empezar a caminar tranquilamente por los pasillos.

Observé su última ubicación en mi campo de visión y sacudí mi cabeza en un rápido movimiento de un lado a otro volviendo a la realidad.

Caminé con la mirada en el suelo hacia mi clase. Mi prisa había desaparecido, ahora estaba pensando en lo hermosos que eran sus ojos.

Simpre me llamaron la atención los ojos claros y los de él no eran la excepción.

El timbre sonó dando inicio al receso, todos los alumnos abandonaron sus aulas, yo y mi amigo fuímos a la cafetería.

-Richard ¿Quién es él? -pregunté señalando con la mirada al chico de ojos verdes con el cual choqué hoy por accidente.

-¿El de camisa azul?

-Sí, nunca lo vi por aquí.

-Su nombre es Erick, va al otro curso y tiene la misma edad que nosotros. Nunca lo has visto porque es muy tímido, no es muy sociable. Según me contó Camila, no tiene amigos en su clase, se sienta solo y por lo visto es la primera vez que se sienta en una de las mesas de la cafetería, acostumbra a ir al patio -comentaba mientras nos dirigíamos a comprar la comida.

-Oh ¿Y tú como sabes todo eso?

-Fácil, Camila está enamorada de él y como es mi mejor amiga me cuenta mucho del muchacho, o sólo lo que sabe -se encogió de hombros.

-Ahh, entiendo.

-¿Por qué preguntas?

-Curiosidad -respondí tranquilo y me encogí de hombros.

-Ok -me senté en una de las mesas a esperar a que Richard terminara de comprar, mientras, observaba al chico de ojos verdes.

Ya habían pasado dos semanas desde que choqué con Erick, y en estos últimos días no a salido de mi cabeza.

Cada vez que su imagen aparecía en mi mente, trataba de pensar en algo más, pero era inútil.

-No estás enamorado Christopher, nunca te gustaron los chicos, deja de pensar esas cosas -susurré de camino a la cafetería tratando de cesar los pensamientos en mi cabeza sobre Erick.

Levanté mi mirada del suelo y automáticamente mis ojos lo buscaron, una vez que di con él me quedé mirándolo un momento mientras pensaba las dudas que ese chico había causado en mí.

Mi cabeza explotó al ver una curva formarse en sus labios. El chico estaba sonriendo.

En ese momento mis dudas se aclararon y una sonrisa se formó en mis labios.

-Sí, me gusta -acepté en un susurro sin quitar mi mirada de él.

El camino a mi casa fue una batalla entre mis sentimientos y mi cabeza, quería decírselo, pero temía por cómo reaccionaría.

Pensé varias ideas para hacerlo, entre ellas, la más directa, decírselo y punto.

Pero como a mí me costaba mucho decír lo que siento y el chico que me tenía pensativo no era muy social, decidí algo más anónimo.

Cada día antes de regresar a casa le dejaría una nota en su casillero expresándole lo que sentía por él, empezando desde mañana.

Al día siguiente, ingresé con nervios al instituto y no porque debía entregar algún trabajo o dar alguna exposición, sino por lo que debía hacer antes de regresar a casa.

El momento había llegado y antes de que sonara el timbre finalizando el día escolar, me tomé unos minutos para hacer la primera nota.

Caminé apresurado a su casillero, el cual me había costado un poco encontrarlo.

Pegué la nota con un pedacito de cinta, me alejé de su casillero y fui al mío.

Hice como si nada pasara, tomé mi mochila y cerré la puerta del pequeño recipiente que contenía mis útiles escolares.

Llevé mi mirada al chico que deseaba tanto que llegara.

Terminó de leer la nota y miró a su alrededor confundido, luego tomó la nota y la guardó en el bolsillo de su chaqueta, agarró su mochila y caminó con la mirada en el suelo hacia la salida.

"Mi plan era no enamorarme,
pero sonreíste y lo arruinaste"

The Notes || ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora