Prólogo

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Me miran a la distancia unos hermosos ojos cafés en los cuales me fui perdiendo desde hacía ya tiempo.

Esos hermosos ojos se empezaban a cristalizar y una preciosa sonrisa se formaba en ese rostro escultural que podía ser rudo o bien ser delicado.

Ese ser llevaba una gran gabardina café con un polo beije, unos jeans claros y tenis negros, lentes los cuales perfeccionaban aún más su rostro.

Sin pensarlo mis pies empezaron a moverse caminando para después pasar a ser un paso más apresurado y terminar corriendo, a la vez podía sentir como mis ojos se llenaban de lágrimas al no haberlo visto por casi un año entero.

Al fin nuestros cuerpos chocaron y pude sentir su calor de nuevo mientras le daba un tierno abrazo y el hundía su rostro envuelto en lágrimas en mi hombro izquierdo. Me volteé y le di un tierno beso en la mejilla para susurra le al oido:

-Al fin te tengo en mis brazos de nuevo- pude sentir como se aferraba más a mi.

Lentamente nos fuimos separando para admirar mutuamente nuestros rostros pero sin separar el agarre. Los ojos hinchados del llanto pero las miradas más desesperadas y a la vez más amorosas que pudiese imaginar.

-T..e ex..tra..ñe de..ma..sia..do- dijo el mientras se secaba las lágrimas con una de sus mangas. Prosiguiendo con:

-Casi me vuelvo loco estando allá sin poder sentir tus manos ni tus labios y menos tu esencia-lo mire con ternura para posar mis manos en su delicado rostro otorgando a sus labios un corto pero tierno beso.

-Somos dos al pensar y sentir eso- respondí después de separarme de ese beso y regalándole una sonrisa.

-¿Entonces... nos vamos?- asentí y agarrados de las manos salimos del aeropuerto para pedir un taxi que nos pudiese llevar a nuestro apartamento que durante ese año se había vuelto frío y solo pero con su presencia todo cambiaría.

Alguien del que nunca pensé enamorarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora