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¡Capitulo con contenido explícito! 





Dakho sabía que los alfas darían todo por estar en su posición en estos momentos. Después de todo, tener a dos omegas en celo al mismo tiempo, no era algo que ocurriera frecuentemente pero era algo con lo que los alfas solían fantasear.

El sudor se deslizaba por su espalda, y las sabanas solían adherirse a sus rodillas por causa de los fluidos ajenos. Dakho no dudaba que si no fuese por la extraordinaria resistencia que le otorgan sus genes de alfa, él ahora mismo se encontraría inconsciente en su cama por todo el esfuerzo de los últimos tres días. Muchos alfas se verían ofendidos con su siguiente comentario y aprovecharían cada oportunidad para recordárselo por el resto de su vida, pero él estaba aliviado de que el celo de Jimin y Taehyung se encontrase en sus ultimas etapas. Pero él sabia que los mismos omegas – y, que todo habitante de esta casa – estaban esperando lo mismo. Bueno, no quizás todos, en ese momento.

Jimin gemía desinhibido al sentir el miembro de su alfa golpear reiteradamente su punto dulce. Por las comisuras de sus labios caía su saliva que resbalaba por su mejilla hasta hacer contacto con las sabanas de seda. Quizás en otros le hubiera escandalizado su falta de pudor pero no en estos momentos, no cuando estaba cerca de su sexto orgasmo del día. Las uñas del pequeño omega se aferraban a los antebrazos del alfa que lo penetraban buscando algo en lo que aferrarse, Dakho simplemente se lo permitió.

-Al-Alfa...Lo necesito, por favor hazlo.

Dakho conocía lo suficiente a Jimin como para saber lo que este pedía sin necesidad de especificarse. Por lo general se regocijaba al ver a Jimin intentado combatir la lujuria para lloriquearle sus pedidos, pero decidió ceder solo por esta vez. El alfa saco la mano que reposaba en la cadera del escultural omega y sin vacilar la dirige al cuello de este, el cual se encontraba adornado por un collar de cuero color negro. Dakho podía ceder ante los deseos de sus omegas pero siempre era precavido. Marcarlos estaba fuera de los limites. La mano se aferro al pálido cuello del omega y espero a que sus ojos hicieran contacto con los ajenos antes de empezar, en los ojos oscuros plagados de lujuria encontró el asentimiento que necesitaba. Su mano posada sobre el collar de cuero se cerró, Jimin inmediatamente dirigiendo una de sus manos, que momentos antes se encontraba aferrada a la piel de su alfa, a la muñeca de la mano que se encontraba ahorcándolo en estos momentos.

Para Dakho había estado bastante confuso al enterarse en pleno celo del omega que este disfrutaba de ser ahorcado por su compañero. Pero tras bastantes intentos en que el alfa no podía satisfacer al omega debido a que no aplicaba la fuerza necesaria por miedo a lastimarlo, finalmente pudo complacerlo. Ahorcar a Jimin hasta casi llevarlo al punto de desmayarse era una rutina en el celo de este.

El alfa movía sus caderas con fuerza, el sonido de las pieles chocando resonaba aun más entre las paredes. Con una mano en el cuello del menor que le permitía mantener al chico en su lugar para que las embestidas sean mas certeras, el alfa dirige su otra mano al miembro de su omega. La vista le quitaba el aliento, el pequeño omega gemía ahogadamente bajo su cuerpo, este no podía evitar arquear su espalda hacía atrás debido a todo el placer que estaba sintiendo. El miembro del omega estaba cubierto de liquido pre-seminal y no faltaba mucho para que este finalmente se liberara. Pero aún teniendo una gran vista frente a él, Dakho estaba luchando por no dejarse llevar y mantener toda su atención en las facciones del precioso omega frente a él, preocupado de que algo saliese mal.

Jimin apenas podía mantener los ojos abiertos, lagrimas caían por sus mejillas debido al placer. Estaba cerca, y tener las manos de su alfa sobre todo su cuerpo no le ayudaban a prevenirlo. La sensación que le generaba quedarse sin aire mientras que sentía a su alfa llenarlo era extasiante, su cabeza punzaba un poco pero el chico arriba de él se encargaba de mantenerlo consciente. Cuando sintió que llegaba a su limite, el omega dio dos pequeños golpes en la muñeca que lo sostenía y su alfa lo soltó inmediatamente.

Jimin intentaba regularizar su respiración mientras intentaba recomponerse de su orgasmo mientras que su alfa se venia dentro de él. Una mueca surgió en sus labios al sentirse el nudo formarse en su alfa, algo que siempre le molestaba debido a lo sensible que se encontraba. Dakho pudo darse cuenta de este hecho y se dedico a repartir besos en la cara de Jimin. Este sonrió agradecido y escondió su cara en el cuello del mayor, buscando confort en el aroma ya tan conocido. El alfa junto las frentes de ambos y rozo su nariz con la otra.

-¿No te he lastimado, verdad? – Jimin no encontraba la fuerza necesaria para contestarle luego de todo un día de celo por lo que simplemente asintió e hizo un puchero con sus labios. El alfa capto la indirecta y junto sus labios con los exuberantes ajenos e inicio un lento beso.

Cuando su nudo hubo bajado por completo salió con cuidado del cuerpo del cansado omega y lo cubrió con un par de sabanas limpias que se encontraban en su alcance. Hizo una nota mental de encargarse de limpiarlo luego de terminar con la otra molestia. Estirando sus brazos al ver que Jimin ya dormía placidamente, se permitió dirigirle su atención al otro omega que ahora lloriqueaba más contento sabiendo que la atención del semental estaría dirigida completamente a su persona.

Tae se encontraba en el otro extremo de la cama tamaño King. El omega de tez aceitunada se encontraba boca arriba apoyado en sus pies, cada tanto levantando sus caderas debido a las olas de placer que lo recorrían. Dakho sabía que ahora vendría lo peor, Taehyung era el omega con más energía y resistencia que el chico pudo conocer, por lo que no sería fácil dejarlo agotado. Pero debía admitir que eso no le molestaba del todo, le gustaba complacerlo, así como a todos los demás omegas.

-Te divertiste observando, ¿Verdad omega?- Dakho se acerco lentamente al omega que asentía fervientemente. Una vez que estuvo posicionado en la punta de la cama, separo con sus manos las definidas piernas que le dejaron entrever el gran vibrador color rosa que había dejado en Tae antes de concentrarse atender a Jimin. Decidió torturar al menor, sacó el vibrador hasta la mitad para después volver a penetrarlo con este, extasiado de escuchar al muchacho gemir. Dakho no tuvo piedad en sacarlo de un tirón, sonriendo al escuchar el quejido de su bronceado omega. Decidió tantear la entrada del menor que se abría sin pudor frente a él. Su dedo resbalo sin problemas debido al lubricante natural. – Tan húmedo para mi ¿Mmh?

Dakho no espero a deshacerse de su anterior condón usado y cambiarlo por uno nuevo. Su corazón latía desesperado. Desesperado por hundirse en su otro omega y llevarlo al extremo una y otra vez. Después de todo para Dakho no había nada más importante que complacer a sus omegas.

qua electae virgines│btsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora