27.- End.

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Corrí al baño, llenando la tina con agua tibia, tome los placebos antidepresivos que me habían recetado hace una semana, los tome, todos y cada uno de ellos en esa pequeña botellita, me metí en la tina, relajando mi cuerpo, tonto ¿verdad?, soy una cobarde.
Acudo al suicidio para sobrellevar la falta de un amor. Típico en una adolescente. Eso dicen, eso creen, no puedo hacerlos cambiar de parecer.

Mi vista se comenzó a nublar y mi pulso a disminuir, sólo quería acabar, no podía sobrellevar una pérdida así, era mejor sólo desaparecerme, irme para siempre. Entre vivir con una sonrisa falsa a descansar sin tener que fingir, prefería la segunda, ni mis amigos, ni mi familia me harían cambiar de opinión, nadie podía hacerme cambiar de idea.

Tenía el corazón roto, la vida rota, mi alma ya no existía. Prefería dejar de sufrir a sufrir en silencio. Y si, tal vez sea una cobarde, pero al menos lo hice.

Mi vista se quedó completamente oscura y el silencio cubrió mi cuerpo, alma y pensamientos.
Sólo me quede con el sabor a cereza de tus dulces labios.
Y un triste recuerdo de un amor en proceso...

Sabor a cereza. 🍒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora