"El desear conocer el mundo y salir del que ya conocía había sido una aventura para mí; meses en un lugar desconocido, donde no tenía conocidos o siquiera alguna cara amiga que me invitase a ver la televisión... Era duro, más día a día había buscado un rumbo, la dirección de mis pasos para así continuar, una especie de guía o tal y como Da Vinci o Picasso tener una musa. "
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Sé que salías de una librería con prisa el mismo día en que yo no tenía intención de relacionarme con alguien más. Sé también que ése mismo día terminamos caminando juntos hasta la Rue de la Huchette, riendo bajo aquel temporal lluvioso en aquel diciembre al tanto que tratabas de cubrirnos con tu chaqueta. Resultó divertido, ¿no crees? Apenas habíamos intercambiado nuestros nombres cuando el clima nos obligó a movernos hacia un lugar que nos resguardase del frío aguacero.
Llegamos así a un chalet donde conseguimos café caliente y la plática no tardaría en llegar: supe así que eras mayor que yo, años que te habían dado experiencia y más de mil temas de conversación. Su voz resultaba algo agradable al escuchar, ¿te imaginas escuchar tu canción favorita en vivo sólo para ti? Bien, esa es la sensación exacta que dejaba en mí. Tomó nuestras manos por algún momento, diciendo que el calor se extendería de mejor manera, que era todo basado en la ciencia. Reímos juntos y dejé que hablase de él, de cómo un chico de 26 años componía canciones y por supuesto que también gustaba del arte en pinceladas.Ambos coincidimos en que el mundo estaba hecho para retratarse, guardar lo que resulta bello para admirar y así preservarlo por siempre. Te conté que me gustaba el tercer arte a lo que respondiste "vous êtes art" haciéndome así sonrojar exageradamente.
— Y entonces, ¿Monet o Cézanne? —Preguntaba él sonriente, llevando el humeante expreso hasta sus labios, delineados delicadamente como si se tratase de una obra divina. Con atención expliqué mis puntos e ideas, lo que mi mente me dejase extraer en aquel momento y él escuchaba. Con atención analizaba mi rostro, mis palabras, asintiendo tiernamente de vez en cuando y jugueteando con la bufanda atada en su cuello. Sonreí, sintiéndome viva y agradecida con el universo por ponernos en el mismo sitio, en el lugar y el día indicados para conocernos.
La plática avanzó hasta que los cafés se acabaron e incluso la lluvia se había esfumado, más nosotros teníamos aún infinidad de cosas por platicar y confesar, por compartir juntos.
Soy fanática de romantizar el tiempo, más comprobé que era inútil cuando conocías a alguien con chispa, con encanto natural. Y aquel chico que había conocido lo tenía, Park Chanyeol era un artista pintando nubes, un cielo azul para mí.
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Nubes en el cielo. [⛅]
Short StoryOS Park Chanyeol. No sé si esto merezca ser publicado, más acá lo dejaré.