Cielo.

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El cielo es el límite, pero dentro de ti es mejor.

Viktor observó detállame le lugar, tenía aproximadamente dos meses llendo al bar ocasionalmente en busca de alguna señal que le condujera a su omega. Era algo frustrante no tener ningúna pista de su paradero,  pero al mismo tiempo exitante.

La sola idea de encontrarlo  en algúna parte para sucumbir al placer era demasiado tentadora, el simple hecho de imaginarlo siendo sometido por el con su hombría, lo ponía duró. Instintivamente tocó su muñeca detallando con sus dedos la marca de su destinado. Podía sentir una descarga eléctrica recorrerlo por completo con el solo tacto. Esa conexión de ambos era efímera.

Su omega era una droga adictiva, realmente adictiva. Quería más- Mucho más - Quería volver a sentir esos finos labios sobre los suyos, quería volver a disfrutar ese aroma embriagante de frutos rojos y ese cuerpo que le inducía a dejarse caer en el Placer. Simplemente quería tenerlo ahí solo para el, lejos de la vista de todos. Márcalo para que todos supieran que  tenía un dueño.

Su alfa gruñía con desesperación por que ese momento llegará. Salió del lugar mirando la luna, estaba en su punto más alto, igual que ese día, algo en que interior le decía que su calvario pronto terminaría.

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Despertó, sentía él cuerpo algo pesado. Busco con su mano, lo lentes que había dejando la noche anterior en la mesa noche. Apagó el despertador, soltó un suspiro cansado, la noche anterior había teniendo que lidiar con una panda de alfas incompetentes, que no sabia ni siquiera disparar un arma. Tendría que hablar muy seriamente con leo sobre la seguridad de su mansión.

Salio de la cama empezando su rutina de todos los días, pronto llegaría su cachorro y tenía que tenerle algo rico para desayunar. Se coloco su delantal para trabajar, adoraba cocinar para su familia.

- Mama - Anuncio entrando- Ya llegue.

-Yurio cielo.- le sonrio dulcemente.- Bienvenido.- Le dio un abrazo.- ¿Como te fue con la familia otabek? - pregunto poniendo los platos.

- No me puedo quejar.- dejo sus cosas tiradas.- Fue mejor de lo que pensé, me trataron muy bien.- Comento tomando lugar en la mesa.

- Me alegro mucho cielo.- Sonrio.- Cuando terminea recoge tus cosas cariño.- Menciono quitandose el delantal.= Tengo que ir a trabajar.

-Tch.- gruño.- Pense que te quedarias.

-Lo siento cielo. - se coloco au abrigo y le dio un beso en la frente - Sera para la proxima hijo.- Le sonrio levemente.- Te un buen dia con beka. - Tomo su maleta.- No olvides recoger tus cosas, volvere mañana a desayunar! - Salio del lugar.

Yurio solto un suspiro cansado, no podia enojarse con su madre, siempre estaba trabajando para sacarlo adelante. El no era el mejor hijo pero lo intentaba. Realizo el aseo del hogar, quizas mañana pediria pizza para cenar.

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Termino de cambiar su ropa de casa por su clásico traje negro. Se colocó sus lentes de contacto e hizo su cabello hacia atras. Sonrió coqueto al espero, siempre era mejor ser Eros.

- Te vez increible! - Halago sacandole una foto con su camara.

-Gracias Pichit.- Sorio.- ¿Que tenemos para hoy? - pregunto comenzando su recorido a la sala de reuniones.

Smokin CriminalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora