El avión del vuelo Nº 13 con destino a Bielorrusia estaba listo para partir; los pasajeros en su sitio, el personal preparado y listo para despegar... En ese momento, Paco dijo:
- No puedo creer que vayamos a Bielorrusia, y, encima, GRATIS. Es... ¡El mejor viaje de estudios que he hecho!
-Si si... - respondió Carla, su novia - Esta muy bien y eso, pero yo paso de estudiar, eh.
-Chss.. ¡Qué nos vamos! - Gritó a pleno pulmón Carlos.
-¡Yeah! ¡Nos movemos! - añadió Lorena.
Yo, en cambio a mis compañeros, ya había viajado en avión, y, no me gustó tanto como habría deseado. Pasó que en el despegue, se apagó todo y no se abria nada... En 10 minutos volvio todo a la normalidad. Aun así, no me gustó. Para nada.
-¡Pabloooo! - me gritó María en el oído.
-¡Dimeee! - le grite yo a ella. María era mi compañera en el viaje. Era super guapa y simpatica - ¡Me hiciste pupita, eh!
-Uii, lo siento, pero, esque ¡ya nos vamos!
-Ya me he dado cuenta, eeh, jaja
Jaja, anda que, tontino.. - y me pegó un codazo. Yo se lo devolvi con una amplia sonrisa. Ella me caia muy bien, de hecho, era mi mejor amiga. En el despegue paecia nerviosa, por lo que le cogi de la mano para que se tranquilizara. Note que se sonrojaba altamente. La verdad esque ella a mí me picaba un poco pero no me centre en ella porque siempre creí que no le gustaba.
Ya en el aire, cuando parecia mas tranquila, le solte la mano, pero ella me la cogió, y claro, acepte encantado, con una amplia sonrisa diciendole:
-No te preocupes princesa, saldrá todo genial.
Pasadas ya las 4 horas de viaje, el avión se tambaleó, seguido de un pum, otro tambaleo, plaf, y ya el avión caía picado hacia abajo. Como estabamos a 300 metros, calcule que nos qedaban 5 minutos para el impacto "Piensa rápido, joder" me dije. Se me ocurrió algo: el pequeño avión sólo nos llevaba a nostros, 5 maestros y el equipo técnico, asi sería todo más fácil. Fui a la cabina, pero, para mi asombro, no había nadie. Cogí los colchones que usaban el personal del área de descanso de éstos y se los puse a modo de "airbag" a todos. Claro está que los mejores equipados y colocados eran el mío y el de María.
Pero el impacto nunca llegó, sólo uns golpes de pulos sobre la chapa de metal del avión. Entonces, yo, que al parecer era el mas valiente y fuerte, subi por las eslaleras de emergencia para salir por la escotilla con la única misión de averiguar qué producía esos ruidos. Allá arria me asombré: 4 seres raros, con mucho pelo por todo el cuerpo, menos en las partes bajas, que no tenían plo y en su lugar unos pantalones rojos, en los que ponía Air Vaig Europe, eso solo significaba algo: eran el personal del avion: piloto, copiloto, el mecánico del avión por si algo le pasaba a éste - me pregunte qué haría mientras caíamos y dónde estaban todos - y la azafata - esta no tenia pelo pero largos colmillos, al igual que el resto, sólo que ella mas largos, y su ropa normal sólo que un poco desgarrada - Sólo se me ocurrió que bajar por el otro lado y cojer piedras, una piedra grande y afilada y unos palos, para intentar hacer lanzas. Subí y le tire una piedra a lo que una vez fue el copiloto y éste reparó en mi y me gruñó, se alarmó tanto que captaron mi presencia todos y fueron a por mi, aunque, tenía una salvanción, no eran capaces de subir. Llame al señor Mick, profe de biología, para saber si el sabia que especímenes eran. Al subir se asustó y me dijo:
-Chaval, esos seres son unos animales llamados Zwistter migolussangruss, en latín, que significa Seres amantes de la sangre, es decir, te matan, como zombies, pero son de la Mitología Celta, ¿qué hacen aquí? - yo me quedé flipando en colores con esto. - ¿Señor Drake, puede subir? - él era el profe de geografía. - ¿Usted conoce todo esto? ¿sabe de qúe lugar se trata?
Drake, al subir, respondió:
-Que va, señor Mick, y eso que yo me se todos los lugares del mundo, por la fauna o plantas, cosa que esta fauna no sé cual es.
-Señor Drake, estos seres, son de la mitología Celta, ¿recuerda?
-Claro que me acuerdo, que raro es todo esto...
-¿Y que hacemos entonces? - dije yo al fin - Esto es extrañísimo.
-Nose señores, no lo sé - anunció señor Mick, medio deprimido, a punto de llorar.
Bajo abajo y vi a María cn la cara desencajada, fui a abrazarla y por primera vez, le di un beso en la mejilla y le dije:
-Tranquila princesa, saldrá todo genial.
-¿Enserio?- dijo incrédula.
-La verdad, no lo se, pero quería tranquilizarte y le he consuguido