El Abismo de Ares

Ares, El último año

Me la pasaba sedado todo el tiempo, encadenado a una cama, lo último que recordaba antes de acabar así era que Sasha me visitó, usaba un uniforme militarizado del hombre que traicionó a nuestros padres, de los que colaboraron en su asesinato.

- Te ves mal – menciono Sasha, había aceptado su visita por que nadie sabía nada de él desde antes de que yo entrará aquí.

- Te uniste al enemigo – dije molesto viéndole con esa ropa y su cara sería, yo me pudría aquí encerrado y el se unía al enemigo, estaba cabreado.

- No tengo tiempo – mencionó serio – deja de buscarme, no volveré Ares, no... - miró detrás de él, había un hombre alto de cabellos negros con el mismo uniforme – sólo deja de buscarme, finge que nunca existí, avisa a nuestros hermanos.

- Traidor – me levanté de golpe y el conmigo.

- Mi A... - miro a un lado con fastidio o molestia, no lo sabía, se veía tan cambiado – mi Amo habló con el director de este lugar, borrará todas tus peleas y saldrás más rápido por buena conducta..

- Tu Amo? – le sujetó de la camisa – en esto te has vuelto, un puto esclavo – él aparto mi agarre con facilidad, ya no soy el hombre fuerte de hace 4 años.

- Me voy, deja de buscarme, no volveré – se giró y empezó a caminar a la salida.

Yo lo alcance y sujete del hombro para girarlo y darle un golpe en la cara, con un ademán de su mano detuvo a los guardias.

- Algún día lo entenderás – susurro, apenas logre entender lo que decía, limpiaba la sangre de su labio – este será el último favor que te hago – dijo en tono normal.

- Bastardo – dije cabreado apuntó de darle un golpe pero el hombre alto se acerco, hizo a un lado a Sasha, prácticamente empujándole hacia atrás y sujetando mi puño para darme un golpe en el abdomen, seguido de ese golpe otros dos más.

Prácticamente caí al piso de rodillas, en mis buenos tiempos esto no hubiera pasado.

- Odita alto... - dijo Sasha, le vi a hablarle y el decir más cosas pero estaba mareado, empezaba a toser por la pérdida de aire por los golpes, no podía escucharle bien, apenas me mantenía despierto – ...no era necesario – Sasha tenía la voz sería.

Sasha se veía molesto y él otro le sujetó del brazo como si mandara sobre él, mi hermano me miró una última vez antes de salir, se veía desesperado en sus ojos, como si me quisiera decir algo o pidiera ayuda, se preocupara por mi, eso me decían sus ojos. Al abrir la puerta para salir de la sala, vi que se inclinaba ante uno de los hombres que mató a nuestra familia, había un crío junto a él, pero ese no importaba, Sasha era un traidor, solo hasta la actualidad entendí todo lo que pasaba en realidad.

Casi de inmediato perdí el conocimiento y desperté aquí, o mejor dicho, semidesperte, aún me sentía con sueño y así era cada vez que despertaba, estaba cansado, no me podía levantar. El doctor a lo lejos me observaba y volvía a sus papeles, cada día que despertaba era así.

Había algo diferente, me sentía más pesado, había algo más, y un día lo toque, mi abdomen abultado, más de lo que nunca había sentido.

- Estas esperando – dijo cuando noto que tocaba mi abdomen – Felicidades, tienes casi 8 meses – se escuchaba feliz, muy alegre – eres Mi Milagro...

Escuché un aparato sonar fuerte, como un pitido, el doctor se veía preocupado y a mi me dolía el pecho, no sabia que pasaba y pronto todo se nublo...

Cuando desperté, estaba en la enfermería, el doctor no estaba, pero el enfermero llamo a un guardia, después me trasladaron a mi celda, llegue a pensar que todo había sido un sueño, mi abogado me visitó, mañana me dejarían libre, por buena conducta, como Sasha había dicho, todo pasaba muy rápido, no podía reaccionar, no podía digerir la información, ¿todo en este ultimo año había sido un sueño, una pesadilla?

En mi último día en el Abismo él me lo dijo, antes de salir de prisión, fuera me esperaba mi Amore, pero el doctor no desaprovechó el último momento.

- Lo perdiste, te dio un paro y el bebé murió, otro feto al frasco, para mi galería – esa odiosa voz, esa odiosa sonrisa y su cinismo, su inhumanidad, quería matarlo.

- Cuídese las espaldas, por que me cobraré cada día de este asqueroso lugar – si no fuera por estos barrotes ahora mismo lo golpearía.

- Nos volveremos a ver, Mi Milagro, no me olvides, soy tu Doctor Mengele Jhoseph, soy tu Dios, yo te recree – un escalofrío recorrió mi espalda cuando lo dijo, se giró y empezó a chiflar una melodía, lo mataré un día –

Aquí pasé los 5 peores años de mi vida, pero me cobre a la gente correcta cada día, pero ese Doctor, escuché que murió en un motín en la prisión, espero le matarán tan dolorosamente como se lo merecía.

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En otro lugar...

Una persona ingresa a un hospital abandonado, en el territorio Auditore, donde nadie puede ver nada, accede al elevador para bajar al sótano secreto usando una clave de administrador. Se abren las puertas del elevador para recorrer un corredor hasta otra puerta donde introduce otra clave, la puerta se abre y camina hasta donde están varias computadoras, enciende una colocando un código y en la pantalla negra de esta aparece.

"inicio protocolo Milagro..."

"despertar y preparar sujetos..."

"confirmar acceso de administrativo..."

"Bienvenido Dios Jhoseph Auditore Mengele..."

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Algunos personajes son de sus respectivos creadores mencionados en La Presentación, la idea principal de esta historia es de Carmen Rivera y el desarrolló fue realizado por DGCB.