Dió un largo suspiro al entrar a su habitación, estaba totalmente hastiado del mundo, de la vida, de todo, molesto consigo mismo y con los demás, pero, ahí en su pequeño refugio mental se permitió deslizarse hacía el suelo usando de base la puerta, llevó las manos a su cara y grito silenciosamente, ya que nadie podía oírlo, nadie debía verlo, nadie podía ver su debilidad, no se le estaba permitido.
Había logrado escabullirse de aquella pomposa fiesta dada por su familia con la escusa de que se sentía mal; las preguntas, las insinuaciones, todo en sí de aquella desagradable celebración lo había puesto en un estado de desesperación total, podía soportar muchas cosas y atender en silencio sus pensamientos, pero, escuchar una y otra vez los comentarios despectivos sobre el lugar que lo vio nacer fue su límite, más aún, que mencionaran entre burlas y sustantivos despreciables a la gente humilde que residía en dicho sitio.
Pensó que perdería su temple, pero con todo el control que pudo se despidió de aquel nido de víboras, listo para perderse en su habitación, sin embargo, el daño ya estaba hecho, aquellas frases habían sido como una daga para él, recordándole el frío y despiadado mundo del cual formaba parte, pero, sobre todo, recordándole lo que había dejado atrás.
Quería hacerse notar y romper cosas, pero no lo haría, el Gary de hace tiempo tal vez lo hubiese hecho como una forma de rebelión y llamar la atención, no obstante..., después de que aquel pelinegro le enseñase su mundo y lo que se sufría para tener una milésima parte de lo que él poseía por derecho de nacimiento y que los demás no podían ni imaginarse, su realidad se había transformando, valorando todo lo que él podía tener y la mayoría de la gente no.
Miró a su pequeño Pokémon de reojo y éste salto a sus brazos por inercia, tal y como si supiese que Gary lo necesitaba, y, en efecto, así era.
Acarició el lomo de Evee y miró hacía la ventana contemplando la Luna, esa misma Luna que Ash observaba, llevando sus sentimientos y el mensaje de su alma.
Estiró su mano tal y como si quisiese alcanzar aquel astro y un nudo se formó en su garganta, no obstante, no se permitiría llorar, no podía, no podía hacerlo ya que sentía que sería una falta de respeto a aquel que se robaba sus sueños.
Apretó su puño y después abrazo con fuerza a su pequeño amigo a la par que se levantaba y se dirigía hacia la gorra, "su amuleto", y se sentaba en la cama contemplando más nítidamente a su confidente, aquella Luna de plata...
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Trébol
FanfictionEl destino los separó y dividió su camino en dos, pero ambos volverían a encontrarse por una promesa, una promesa que ambos hicieron y que honrarían aun si la vida se empeña en separarlos, pues ambos se aman y lucharán por volverse a encontrar, sin...