Narrador:
Es verano, pero Sandra aún lleva pantalones largos y manga larga. Todos lo saben, no es fácil esconder su 'amistad' con Ana. Las miradas en el instituto han augmentado, son miradas llenas de lástima, llenas de tristeza.
Pero ella no está dispuesta a salir de todo esto, al menos, no sola. Cuando Ana se enfada porque ella ha comido un poco más de lo que puede, se van juntas al baño y.... bueno, supongo que os lo imagináis, ¿no? Qué más da que sea en los brazos, en las piernas, en la barriga... pero lo hacen.
El caso es que hay una gran diferencia entre ellas. Ana no sangra, ¿por qué? Porque no es real, pero la pequeña Sandra no se da cuenta de ese detalle y continua en la misma situación: no come, -y si lo hace lo echa en el baño un rato después- y se autolesiona.
Pero ya nada le duele. Las heridas que tiene dentro son peores que cualquier cosa.
***
Saca la mochila de la taquilla y se dirige a la clase de inglés. Hoy han empezado las clases. Vuelta a la rutina. Al fin y al cabo, ¿qué ha hecho en todo el verano? Absolutamente nada.
En fin, habrá que acostumbrarse de nuevo a los insultos, piensa.
La gente le mira... ¿raro? ¿Mal? Es normal, puesto que lleva ropa digna de otra época del año. Se encoge de hombros y entra en clase.
Están todos los sitios ocupados -como no-. Tras ojear un poco los sitios que quedan vacíos, se decanta por sentarse al lado izquierdo de la pelirroja que... ¿está llorando?
ESTÁS LEYENDO
Camino hacia la felicidad.
Roman d'amourAna y Mía. Sandra y Ruth. Amor y odio. ¿Te animas?