Algunas veces cuando sufres dejas de creer en todo, en el amor, en la religión en fin ya me entendéis. Cuando era una niña lo pasé muy mal, me dijeron mentiras pero como siempre he escuchado "después de cada tormenta sale el arcoíris", exactamente así fue en 2014 conocí a dos hermanos(Mónica y Adrián ) que cambiarían mi vida para siempre, ellos tenían algo deferente a mi pero no lo descubrí enseguida. Un años después nos volvimos inseparables y empezaron a explicarme su mundo y me di cuenta de que eran testigos de jehová yo no sabía lo que era pero con los años empecé a querer ser como ellos y cuando cumplí la mayoría de edad decidí dedicar tiempo a ese mundillo que tanto me gustaba hacia el estudio de la biblia con Lidia una amiga de ellos que también era testigo y así aumentó el conocer a gente como ellos era feliz y lo sigo siendo es lo que siempre buscaba desde que empecé me siento mejor y no quiero dejarlo. Algún día seré testigo porque tengo la esperanza de que así y solo así seré plenamente feliz.
