Historia de un graduado

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*perspectiva de Frank, un alumno graduado.*

Hoy era el día, el día en que abandonaría esta absurda escuela llena de idiotas y profesores viejos y desagradables (por lo menos asi eran los maestros de último año) y me adentraria a un mundo fácil donde podría esconderme y vivir gratis a base de migas y basura. Me puse el uniforme y parti hasta la ceremonia. Sali de mi casa, que en realidad era un pequeño edificio donde todos los niños de mi tipo se alojan hasta que terminan los estudios y camine hasta "La senda b". Esta "senda" era un especie de tubo subteraneo por donde un tren pequeño llevaba a las personas como yo directamente hasta las escuelas. Luego de 15 minutos de viaje, me baje del tren y seguí caminando. Ya empezaba a ver a chicos y chicas con mi mismo uniforme y a algunos de mis compañeros. Los salude rápidamente y seguí mi camino hasta la escuela.

Entre a mi salón como todos los días y me puse a esperar al profesor de turno. Llegó puntual como de costumbre, pero esta vez no era ningún profesor sino, la directora, vestida con tacones y ropa elegante.
Se paro en medio del salón, me sentaba del lado del pasillo por lo que sus pies quedaron justo al lado mío. La mire desde abajo mientras ella nos explicaba como sería la ceremonia de graduación.

-Primero las dos clases iran al salón principal, donde se pondran en fila. Luego los iremos llamando uno por uno para entregarles los diplomas, estos son un sello que garantiza a sus dueños de sus capacidades como esclavos.

A esa parte del discurso no le preste atención puesto que mi plan era salir al exterior y vivir a base sobras de las personas normales.

-Para finalizar, dire unas palabras y pasaran a ser esclavos de primera.

Con esa frase terminó de hablar y nos ordenó que nos pusiesemos en fila. Mis compañeros y yo nos paramos y obedecimos a nuestra superior. Detras de ella, comenzamos a caminar siguiendo los pasos de sus enormes tacones. Detras nuestro, las demás clases marchaban atras de sus respectivos profesores. Yo estaba emocionado por poder vivir libre al fin, fuera de las paredes que me habian puesto.

Finalmente llegamos al salón, era enorme, pintado de marrón y con un piso de madera. En la parte de adelante había un escenario con una plataforma a la altura de la cintura de una persona promedio, supuse que era el lugar donde nos entregarian los diplomas. Cerca de este, habian unas sillas puestas en fila. Nos indicaron que nos sentemos ahi. Todas las clases estaban sentadas cuando las luces bajaron y sobre el escenario aparecieron la directora en el centro y 4 profesores a cada lado. Nos dio un sermón sobre lo suertudos que eramos, sobre el orgullo que debiamos sentir porque era un provilegio poder servir a un gigante y blah, blah, blah. Finalmente comenzaron a llamar a los alumnos y entregandoles los diplomas y algunas palabras de animo. Asi fueron pasando, uno, tras otro, tras otro, tras otro, hasta que llegue yo. Me levanté de mi silla y camine hasta la plataforma, subi las escaleras y me dirigi hacia la punta, donde los dedos de la directora me esperaban con un pequeño pedazo de papel entre ellos.
Me acerqué a ellos y me entregaron "mi tan presiado diploma". Durante todo ese rato ni mire a la giganta a los ojos.

-Suerte- ella me dijo y volví a mi asiento.

Luego de 30 minutos, todos los diplomas habían sido entregados y la profesora habia dicho las palabras finales. Me disponía a irme cuando de repente varios profesores, incluyendo la directora se acercaron a la plataforma con cajas plasticas en sus manos.

-Ahora procederemos a empaquetarloa y enviarlos a los supermercados donde seran vendidos a sus nuevos "Dioses"- una profesora joven anuncio por el micrófono mientras leia un papel que tenía en su mano.

Esto me alarmó completamente y comencé a desesperarme, sin embargo, mis demás compañeros parecían tranquilos y hasta algunos entraban por cuenta propia a las cajas. Aterrado de no poder cumplir mi meta, tire el diploma y corrí escaleras abajo hasta el suelo. Parecía que algunos profesores se habian dado cuenta de mi actitud y alertaron a la directora que me miró y comenzó a caminar hacia mi. Ya en el suelo empecé a correr hasta la puerta abierta. Podía escuchar y sentir las pisadas de mi superior detras mío, el sonido de los tacones chocando contra el suelo. La puerta estaba cada vez más cerca pero también los pasos. En un intante cai al suelo presionado por el zapato en mi espalda. Gire la cabeza como pude y logré ver la mirada decepciondada de la directora, mientras veia como me retorcia en el suelo y empaquetabana mis compañeros. Ella giró su pie haciendo tronar mi espalda completa.

-Sabes que es lo que pasa cuando un esclavo es desobediente, verdad?.
Sí, mueren. Y te aviso que desde hace unos minutos eres un esclavo y tu dueño, por ahora, soy yo y me estás desobedeciendo.

La presion sobre mi espalda aumentó. Yo grité. Ella giro su cabeza y habló.

-Miren pequeños! Esto es lo que pasa cuando NO OBEDECEN.

La directora presiono más sobre mi y podía sentir como mis huesos se rompian. Cerré los ojos y esperé. Pero de repente el zapato salió de mi espalda y pude respirar. Un objeto blando y rugoso me dio vuelta y mis ojos se llenaron de terror al verme rodeado por todos los profesores que me miraban a los ojos. Comencé a llorar implorando misericordia. Solo recibí un pie descalzo en mi cara, solo manteniéndose a escasos milímetros de mi rostro. Luego otro pie me piso el brazo derecho y otro, el izquierdo. No podia ver mucho pero sí vi como las 2 personas que estaban al lado de la directora me pisaban las piernas con sus talones. El dolor era insoportable y grite solo para tragar mugre que colgaba del pie.

-Ya basta. -la directora dijo con firmeza

Inmediatamente, los pies se apartaron dejandome ver como los mugrientos dedos de la directora se dirigían a mi cabeza.

Mi vista quedo bloqueada por piel mientras mi cuerpo se elevaba en el aire y se movía

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Mi vista quedo bloqueada por piel mientras mi cuerpo se elevaba en el aire y se movía. En un instante caí sobre una superficie suave y lisa. Era gris, brillaba y estaba caliente. Mis estabab inservibles y mis piernas apenas se movían. La luz que entraba me permitieron ver unas letras pintadas en el suelo, "Sarkany", una marca reconocida de zapatos de mujer. Me desespere y comencé a moverme como un gusano hacia la salida. Mi cabeza ya se asomaba por la salida, cinco dedos monstruosos me empujaron hasta el fondo. El calor aumentaba, mi transpiración más la humedad que ya había me impedían respirar bien. Estaba tumbado bajo los dedos, sus dedos eran lo unico que podia sentir, oler, respirar, ver. Mi deseo de vivir libre se desvanecia en cada movimiento del pie. Lloraba ya rogaba por clemencia, lamiendo los dedos. En un instante sentí como me elevaba en el zapato. Al segundo siguiente....


La directora se quita su zapato y les muestra sus dedos ensangrentados a los demás profesores. Todos rien.

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