Destellos del corazón

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—¡Tenten! ¡Libre!— La rubia pedía el balón a la castaña.

Tenten esquivaba a sus contrincantes y cuando vio una entrada, pasó el balón a su amiga quién unos cuantos botes más, encestó dándole la victoria a su equipo. Saltaron de alegría por ganar nuevamente y reían entre si mientras las porristas aplaudían y gritaban igualmente por emoción.

El primer mes había sido muy fructífero para Tenten; se acopló bien a sus nuevos compañeros, sus calificaciones no eran las mejores pero no eran malas, su padre había conseguido un trabajo que adoraba además de que le venía de maravilla para la economía de su familia y finalmente sus amigos, había conseguido acoplarse al grupillo de Temari, siendo ella su mejor amiga, pero no dejó de juntarse con sus primeras amistades, de hecho pasó el 14 de febrero con ellos, aunque en esos momentos comenzaba a sentirse ligeramente atraída a su compañero de ojos lila, no evitaba pasar un buen rato con él solo por tener sentimientos confusos.

—El último Samurai, búsqueda implacable... Corazón valiente.—

—Me gusta Corazón valiente.— Dijo Tenten sentada en el sillón a lado de Neji comiendo una cucharada de su helado de chocolate.

Mientras su labrador bostezaba en la alfombra.

—Es muy buena.— Concordó Lee dándole un bocado al suyo de limón.

—Nunca la he visto.— Confesó Neji igualmente comiendo helado de menta.

—Seguro le gustará.— Afirmó la chica y Lee reprodució el CD.

Aquella noche los padres de Tenten habían salido en una cita y ella pidió permiso para llevar a sus amigos a ver algunas películas.

Lee tomó asiento junto a los chicos y comenzaron a ver la película comiendo sus helados.

La noche pasaba tranquila y un par de horas después la película había terminado. Neji con su Fanatismo de la libertad gustó del filme e incluso mencionó que detalles le habían gustado de la película.

Tenten sonrió disimuladamente. Sabía que al chico le gustaría.

—Fue divertido chicos. Ahora es hora de entrenar.— Lee se levantó con todas las ganas del mundo y empezó a calentar.

—Oh, no ahora Lee, se supone que nos relajariamos.—

—No hablaba de ustedes. Guy-Sensei me otorgó una guía de entrenamiento que seguir. Los veré el lunes en la escuela.— Lee se dirigió a la entrada y antes de salir se despidió de Tobías, el perro de la chica.

—Ese Lee ¿Cómo puede ser tan enérgico?— Dijo Neji aún mirando la puerta.

—Yo también soy deportista pero no tengo tanta pila.— Mencionó Tenten buscando algo en la cocina.

—Si pero, tú eres una chica.—

Un azotón se escuchó de dónde estaba ella.

—¿Y eso que?— Preguntó molesta.

—Oh, bueno. Perdóname, hablaba de que a ustedes no les ponen ejercicios tan fuertes como a los varones.—

—¿Qué tratas de decir?—

—Tenten, sabes lo que quiero decir. No soy un machista y lo sabes.—

—Si pero escucho eso a menudo y no puedo no enojarme.— Contestó ella apenada haciendo un puchero.— Bueno ¿Quieres acompañarme a un minisuper? Tengo hambre y no hay nada.—

—Acabas de comerte medio litro de helado.—

—¡ESTOY HAMBRIENTA!— Gruñó la chica haciendo que el Hyūga riera ligeramente.

—Muy bien, vamos.—

Tenten se colocó un suéter no muy pesado debido al calor y dejó salir al cachorro con ella.

—¿No llevas correa?— Preguntó el castaño.

—Es mi amigo, no una mascota. Es libre así que no necesita andar encadenado. Además es muy obediente ¿Virdid Tibi?— Tenten empezó a mimar al cachorro con caricias y palabras empalagosas haciéndolo mover la cola cada vez con más velocidad y el Hyūga veía la escena con ternura. Adoraba la forma en la que pensaba la chica.

Siguieron caminando bajo un cielo estrellado con el cachorro tras ellos corriendo de un lado a otro. Tenían conversaciones casuales y después un rato en silencio, sin embargo ninguno sentía incomodidad por eso.

Al llegar al establecimiento Tenten le pidió a Neji que comprara las cosas mientras ella esperaba con Tobías afuera, pues temía que alguien se lo robara.

Al comprar Neji las cosas volvieron a casa de la chica y comieron lo que habían comprado mientras veían una serie de televisión.

Minutos más tarde sus padres llegaron y ofrecieron escoltar a Neji a su casa. Él no se negó y se despidió de Tenten; inmediatamente se fue a recostar y escribió un mensaje de texto a sus amigos por haberle hecho pasar una noche agradable y después se durmió.

El azabache pasaba una mañana normal antes de ir a la escuela, se duchó y luego desayunó con su familia. Al terminar de vestirse y cepillarse los dientes fue al auto con su hermano y su padre, qué pasaba a dejarlos a sus escuelas.

Cómo era usual se dirigía a su asiento y Naruto se acercaba para platicar con él.

Un rato más tarde las clases dieron comienzo y cuando tocó ecología el profesor Yamato les otorgó un equipo para realizar una exposición con maquetas.

El equipo de Sasuke se componía de Darui, Cee, Utakata, Kankuro y para su sorpresa Tenten.

Peor no pudo ser. Era lo que él pensaba en ese momento. No se llevaba con ninguno y tampoco creía poder hacerlo con Tenten.

Agachó la mirada resignado y empezó a apuntar de que sería su tema: el desierto.

Kankuro se sintió engrandecido extendiendo los brazos y cerrando los ojos con una sonrisa burlona mientras sus compañeros alrededor le seguían el juego de "Su majestad" soltando risas y aplausos con gracia.

Al el provenir de un desierto claramente tenía ventaja sobre los demás en cuanto a conocimientos.

La campana sonó y los equipos comenzaron a reunirse para ponerse de acuerdo sobre los preparativos de su exposición.

Sasuke nunca se había sentido menos. Todos corrieron a la banca de Darui para hablar de los aportes que tenían que hacer y sobre cómo se iba a dividir el trabajo.
La chica estaba un poco distraída apuntando cosas en su libreta pero aún así fue hacia ellos y la recibieron con emoción.

El pelinegro era tan orgulloso que no pensaba levantarse y dejaría que alguien le dijera lo que tenía que hacer. Esa ayuda llegó con los ojos ámbar de la castaña frente a su pupitre.

—Disculpa... Sasuke. Los chicos del equipo me dijeron, que te dijera.— Desvío la mirada explicando.— Que nos veremos en casa de Kankuro para realizar la maqueta. Formaré un grupo en WhatsApp para revisar los detalles si es que tienes alguna duda.— Lo último fue como música para sus oídos. Era más fácil tratar con ellos por medio de mensajes de Texto que en persona.

Miró a la ojichocolate y asintió confirmándole su número telefónico.

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Decidí incluir un poco de Nejiten porque el Nejiten es vida.
Es amor ❤️👌

Por Todo Lo Que Callé |Sasuten|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora