Reflejo | Kaisoo; EXO ✓

1. Antes

«Estás atascado en mi cabeza
y no puedo sacarte de ahí.
Si pudiera hacerlo todo de nuevo,
sé que volvería a ti»

[Back to you»
Selena Gomez]

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Lo conoció el día del funeral. Ella nunca lo mencionó, por lo que Jongin no disimuló la sorpresa que acometió en su persona al descubrir que, en efecto, aquel chico reacio a alejarse del ataúd en donde yacía el amor de su vida, era nada más y nada menos que el hermano menor de Wheein.

—Kyungsoo nunca se llevó bien con la familia, ¿sabes?— inquirió el señor Do, Jongin se tomaba su tiempo en inspeccionar con la mirada a quien podría haber sido su cuñado—. Peleaba mucho con nosotros, quería que estudiara e hiciera bien las cosas, pero...él siempre fue tan rebelde. Wheein también buscaba lo mejor para él, por eso tuvieron tantas confrontaciones. Sin embargo, en cuanto Kyungsoo se fue de casa, ella notó demasiado su ausencia, sé que Kyungsoo también lo hizo, por eso está callado. Creo que de algún modo se arrepiente de no haber pasado más tiempo con su hermana— Jongin hacía tiempo que apartó la mirada de aquel chico, volviendo a enfocar su atención en el padre de Wheein, frunciendo el ceño ligeramente al no lograr comprender la intención del señor Do. El anciano suspiró con pesadumbre, colocando de forma afectuosa una de sus manos en el hombro de Jongin—. Agradecería que fueras a conversar con él. Te lo agradecería de corazón, tú fuiste quien disfrutó de los últimos años de mi hija. Estoy seguro de que a él le gustaría escucharte.

Jongin no supo qué responder. Sus labios se entreabrieron ligeramente, quiso hablar, pero las palabras parecían quedarse estancadas, sin lograr formular algún sonido coherente. Jongin no entendía cómo debía tomarse la propuesta del señor Do. Esa misma mañana, al ser consciente de que se asentaba el día para despedirse de Wheein, apenas pudo reunir las fuerzas necesarias e incorporarse de la cama, emprendiendo su camino hacia la ducha. Se obligó a verse lo más presentable posible, llevaba una semana sin ducharse y tenía un aspecto desaliñado que haría huir a cualquiera de sus conocidos.

Al parecer, no tenía tiempo para pensar en sí mismo ni en su apariencia cuando hacía tan solo cosa de unos días que perdió a Wheein. En cuanto estuvo listo, se obligó a mirarse al espejo y no sentir asco en el proceso. Quería intentar verse bien, por Wheein y su familia. Quería darle una despedida merecedora. Sin embargo, Jongin estaba quebrado en toda la extensión de la palabra, se sentía débil, producto de la escasa comida que ingería, y por si fuera poco, sus ojos también se encontraban inyectados en sangre, escocían de tanto llorar. Cualquiera que reparara en él podía intuir sin ningún tipo de esfuerzo que algo no iba bien.

Ese tendría que ser el punto, supuso Jongin, la gente tenía que verse abatida en los entierros. Sin embargo, Jongin le  prometió a Wheein que no lloraría cuando llegase el día de su despedida. «Me gustaría que me regalaras tu sonrisa una última vez antes de decirme adiós, aunque yo no pueda corresponderla» Jongin no estaba seguro de si podría cumplir su promesa, pero, aún con esas, dio su palabra.

Hoy había llegado el momento y, para su sorpresa, Jongin cumplió su promesa. Ser consciente de ello dio paso a un insólito sentimiento de alivio en contraposición al malestar que lo acometía. No lloró en el funeral, de hecho, en cuanto se topó con ella, rememoró con regocijo todos los buenos momentos compartidos, obligándose a atesorarlos con dicha en vez de lamentar su perdida. Tal como Wheein lo hubiera querido.

Aunque Jongin no podía afirmar que se encontraba bien, trató de sobrevivir los últimos seis días, y hoy debía procurar contenerse en el funeral, con tal de no complicar más las cosas. Ya había demasiados llantos: la madre de Wheein lo saludó y lloró contra su pecho, de igual modo, en cuanto el señor Do se dispuso a hablar de su preciada hija, lo hizo acompañado de finas lágrimas que descendían por sus rollizas mejillas.