El mundo que ya no existe más

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Antes de comenzar quiero agradecerles todos los comentarios que me han hecho. De verdad! Ha sido super valioso contar con sus opiniones en el anterior, como en cada capítulo que he actualizado desde que aquel escarabajo apareció. Este es el primero de los 3 capítulos finales. Puede que nos toque epilogo, pero antes que nada hay que terminar... 

Capítulo 18: El mundo que ya no existe más

Emma y Regina desayunaban o lo intentaban por segunda vez. La primera se había visto interrumpida por una sheriff necesitada de provocar un orgasmo sobre el sofá. Un cariñito por aquí, otro por allí y Regina acabó agitando las caderas contra esas atrevidas manos firmes de Emma Swan. Parecía que no tenían fondo para estos asuntos.

Cuando escucharon la puerta, por suerte, estaban ocupadas con el café. La morena suspiró aliviada por haber contenido sus ganas de segunda ronda. La voz de Henry rebotó en la estancia de la sala.

-Mamás.

-En la cocina – contestó Regina.

El joven entró sonriendo seguido de cerca por su hermana – nos alegramos profundamente de encontrarlas vestidas – dijo.

-¡Henry! – Regina se sintió avergonzada por aquel comentario y un poco descubierta.

-Buenos días – agregó Hope sonriendo - ¿hay café?

-Has tomado cappuccino esta mañana – le reprochó su hermano.

-¿Y qué? Necesito energía – aseguró la rubia pequeña - ¿hay tortitas a lo Emma?

-Por supuesto – dijo la sheriff – tortitas a lo Emma – anunció mostrando las tortitas con chispas de chocolate.

Hope sonrió de medio lado – así que ustedes no han perdido el tiempo anoche, ¿no?

-Pero ¿qué dices? – Emma se sonrojó de pies a cabeza.

-Cada mañana que mi madre hace sus famosas tortitas es porque está encantada con el resultado de la noche y necesitada de comida fuerte – señaló sin inmutarse.

-¿Y tú cómo sabes eso? – quiso saber Regina con disgusto.

-Duermo en el cuarto de al lado, mamá – Hope se cuadró de hombros.

Regina apuntó que la próxima debía insonorizar el cuarto, sobre todo si los hijos estaban en casa. Y nada de sofá sin tener las puertas aseguradas con pasador. Se imaginaba lo que hubiera sucedido si las pillaban haciéndolo en la sala.

-Además, mamá – Hope le dio un golpe a Emma – serás bruta – la regañó – mira como le has dejado el cuello – señaló las marcas violáceas y Regina en un pase rápido las borró – no – la chica se quejó – con lo divertido que hubiera sido ir señalándolas.

-¡Jovencita! – la morena se puso muy firme – no quiero volver a oír sobre este tema, es un asunto de su madre y mío, ni un comentario más.

Henry tuvo que aguantarse la risa – pues entonces no diremos nada sobre las potenciales consecuencias de sus juegos de trasnoche – ambos hermanos se rieron.

-¿Consecuencias? ¿Qué consecuencias? – preguntó Emma.

-Esas huella que tanto nos preocupan han disminuido de tamaño anoche – Henry se cuadró de hombros – Leroy estuvo flipando y llamando al abuelo toda la madrugada, no desaparecieron, pero cambiaron.

-Eso es estupendo – observó Emma sintiéndose aliviada.

-¿Suponen que es porque nosotras...? – Regina se señaló a ella y a Emma – estuvimos...

La última Esperanza (The Last Hope)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora