Solo iba a ser una cita

11. "Secretos"

Después de unas semanas de exámenes, aquí estamos en una fiesta con música alta perforando nuestros oídos y con alcohol alrededor nuestra.

Nos encontramos las cinco sentadas en un sillón mientras que miramos a la gente que está delante nuestra.

—Voy al baño. —me levanto y me abro paso entre la multitud hasta llegar al lugar.

Entro cerrando la puerta tras de mi, aún se puede escuchar la música desde aquí. Termino y me lavo las manos. Salgo y de frente me encuentro a gente morreándose y bailando pegados.

Me acerco a donde están las chicas esperándome. Pero cuando llego solo encuentro a Lisa sentada, bebiendo una cerveza con la vista perdida en algún punto del salón.

—Ey, ¿qué haces aquí sola sentada? ¿Dónde están las demás? —me agacho para hablarle, pero ella no me presta atención, miro hacia donde está mirando. Entonces veo a Abel, que se está besando con una chica, la cual me suena de haberla visto por el instituto —. ¿Estás bien?- me siento a su lado, ella desvía su vista de la escena y me mira

—Estoy bien. —contesta. 

—¿Segura? —cuestiono, ya que no estoy muy convencida de que su respuesta sea verdadera. 

—Segura. —me asegura sonriendo y me coge la mano para dar más convicción a su respuesta —. ¿Vamos a buscar a las chicas? —se levanta del sillón. La sigo por la casa y un poco más lejos de donde estábamos encontramos a Amelia con su novio y cerca de ellos a Eva y Bianca hablando con unos chicos.

—Hola, chicas. —nos saluda Eva cuando nos ve —. Estos chicos son Raúl y Adrián, van a nuestro mismo instituto. —sonríe mirando a los chicos.

—Creo que ya va siendo hora de que nos vayamos a casa. —comento.

—Pareces la mamá del grupo. —me sonríe Eva apoyándose en mi hombro. 

—Quizás porque casi siempre lo acabo siendo. —sonrío —. Bueno nos vamos, ya ha sido suficiente por ahí. —me impongo. 

—Ya sabes eres como nuestra segunda madre. —sonríe Lisa. 

—Tampoco creo que sea para tanto. —niego sonriendo. 

—Sí que lo es. —sonríe Amelia uniéndose. 

—Pero así te queremos. —me sonríe Bianca. 

—Al final me vais a hacer llorar. —sonrío mirándolas a todas, por lo que estallamos en carcajadas —. Bueno ahora en serio, vayámonos a casa, que ya estoy cansada. —les comunico y todas asienten.

Se empiezan a despedir de los chicos y novio y salimos de allí en dirección a nuestras respectivas casas.

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Lisa no ha hablado de nada relacionado con lo que sucedió ayer en la fiesta en todo el día.

Bianca y yo nos sentamos en un banco a esperar a que las demás salgan para irnos a casa, después de un duro día de instituto.

Dirijo mi mirada hacia el frente y a lo lejos me parece ver a Eva hablando con Javi.

—¿Te has fijado en eso? —le señalo con el dedo discretamente donde están.

La curiosidad me invade. ¿Qué hacen hablando estos dos? Nunca antes les había visto juntos.

—Que raro. —escucho que comenta Bianca.

—Tenemos visita. —le informo mirando hacia un lado.

Gira la cabeza para ver lo mismo que yo. Su hermano Martín y el mejor amigo de este se encuentran parados delante de nosotras.

—Hola. —nos saludan sonrientes.

—¿Ocurre algo? —le pregunta su hermana preocupada.

—Mamá va a volver tarde, así que estaremos solos en casa. —le informa su hermano —. ¿Te importa que vengan mis amigos? —le pide su opinión.

—Está bien, por mi no hay problema. —accede Bianca.

—Nos vemos luego hermanita. —se despide de ella —. Hasta luego, Nora. —llega mi turno.

—Hasta luego, Nora. —se despide el mejor amigo —. Hasta luego, Bianca. —Gonzalo le mira con una sonrisa.

—Hasta luego. —nos despedimos ambas de los chicos. Aunque no se me escapa el detalle de que mi amiga morena solo se fija en el chico de cabellera rubia sin hacer caso a su hermano.

—Gonzalo te gusta. —afirmo mirándola sonriente.

—¿Eh? —comenta haciéndose la loca sobre el tema.

—No te hagas la tonta. He visto perfectamente como le mirabas y como se te ha iluminado el rostro cuando te ha sonreído al despedirse. —le digo con una sonrisa provocando que a mi amigas se le suban los colores a la mejilla.

—¿Tanto se me nota? —se le escapa una sonrisa nerviosa y tímida.

—Te gusta, claro que te gusta. Estás colada por sus huesos y no lo puedes evitar. —sentencio divertida haciendo que mi amiga me mire mal. Cosa que provoca que me ría aún más.

—Aunque a mi me guste. No cambia nada debido a que no es algo recíproco. Siempre me dice que me quiere como a una hermana pequeña. —me cuenta desilusionada.

—Seguro que algo se puede hacer. Sería un tonto si no se fijara en ti. Eres una chica inteligente, divertida y encantadora. Y otra cosa la sonrisa de antes, no se la dedicas a una hermana sino a una persona que te gusta. —le aseguro sonriente.

—Está bien. En el hipotético caso de que te crea. No sé cómo decírselo. Tengo mirado a que me rechace. —me confiesa.

—Es normal, todos tenemos miedo a que nos rechacen. Te aseguro que no eres la única. —le sonrío y le doy un suave apretón en la mano.

—Muchas gracias por todo. —me agradece la morena.

—Para eso están las amigas. —le sonrío alegre —. ¿Quieres escuchar música mientras que esperamos? —le propongo para no seguir hablando del tema.

Saco los cascos de mi mochila y los conecto a mi móvil. Abro la aplicación de música y empieza a sonar la canción de Imagination de Shawn Mendes.

La canción se termina, Eva se acerca nosotras tras despedirse de Javi y las chicas no tardan mucho más en salir del edificio. Nos encaminamos hacia nuestras respectivas casas.

—No sabía que eras amiga de Javi. —habla Bianca.

—Solo estábamos hablando de una cosa de clase de matemáticas. Solo somos compañeros de clase. —pronuncia Eva sin querer dar más importancia al tema.