I N F I E R N O

CATORCE

Mirarlo dormir es tan lindo, su respiración lenta y profunda, su cuerpo relajado me hacen saber que se siente a salvo.

Llevo toda la noche pensando en lo sucedido, tengo el poder para sacarlo de esta mierda, de llevarlo lejos pero soy tan egoísta como para alejarlo de mi.

(...)

Son las once de la mañana y Derek no despierta, el medico de la manada lo revisó y dice que solo tiene pequeños hematomas en el cuello por la presión que Elías puso en el, y que el desmayo fue por el golpe pero que no hay contusión alguna.

Todo seria mas sencillo si Derek fuera un vampiros o un lobo pues entendería todo de inmediato o mejor dicho sabría que soy su pareja, él siente algo por mi, lo vi en sus ojos en la batalla, sin embargo no entiende el porque, no me conoce.

Tengo masomenos la idea de que le diré pero no quiero asusarlo, tan solo pensar que al explicarle todo el tratara de huir lejos de mi, me mata y atormenta desde que lo vi en el parque. La ventaja de que fuera por el a la bodega es que podre tenerlo a mi lado haciéndole creer que Elías accedió a que el se quedara en mis negocios, no es la mejor idea pero por lo pronto es la única que tengo.

Lo deje tapadito en mi cama y salí del cuarto a buscarle algo de comer. Baje las escaleras como ya es mi costumbre, por la barandilla. obviamente.

–Buenos días– les dije a los empleados

–Buenos días señorita – respondieron todos

–Quiero que preparen hot cakes con mucha miel, un café como a mi me gusta y lo dejen en mi alcoba – ordene

–Si señorita – contestaron

Camine por los pasillos hasta que entre a la sala de entrenamiento donde estaba Frank y Lex peleando como siempre, para ser abuelo y nieta se la viven luchando por diversión.

–Buenos días – conteste feliz, pues hoy estaba alegre.

–Buenos días– dijeron ambos

–¿Hubo algún problema en la manada o en la mafia? – pregunte

–Si te refieres a que el chupasangre vino por tu cabeza y el humano. No, no ha ocurrido nada– dejo de luchar con Lex para venir hacia mi.

–Esta bien– di media vuelta lista para irme de ahí

–¿Estas consiente de que pones en riesgo tu vida por él? – camino detrás de mi

–Lo estoy, pero tu mas que nadie sabe que uno por su pareja es capaz de dar la vida y eso estoy dispuesta a hacer si es necesario – salí de el cuarto azotando la puerta.

Volví a subir al cuarto a ver como estaba mi mate, creí que seguiría dormido pero no, no fue así. Cuando entre ya estaba devorando el desayuno que le mande preparar

–Valla, alguien despertó con hambre– le dije mientras me sentaba en el sillón que tengo en la recámara.

–Igsta digiciogo– respondió con la boca llena

–¿Y los modales?– cuestione riendome

–Cuando existe hambre los modales pasan a segundo plano– se limpio la boca con la servilleta para después darle un trago al café.

–¿Sabes quien soy?– le cuestione

–Eres diabla, no se que hago aquí en este cuarto pero se que estoy mas seguro que allá afuera– sonrió

–En eso tienes razón, pero dime, ¿Que tratos tienes con Elías? – le solté de golpe lo que provoco que se atragantara un poco con la comida.