Anillos Del Tonalli: Vida Y Muerte(Finalizado).

17.- Cambio.

Al día siguiente todo volvió a la normalidad. Salí del baño y al volver al cuarto, Chelsea ya había dejado el uniforme en mi cuarto. Me puse la ropa interior y después el uniforme, pero me detuve en la parte de los pies.

-¡Chelsea!- grité y la niña llegó en seguida.

-¿Qué?.

-Toma, ya no necesitaré esto-dije ofreciéndole aquel tipo pantalón de tela delgada.

Ella entendió el mensaje, por lo que se fue y volvió rápidamente con unas calcetas largas que me puse para luego acabar con los zapatos.

Tomé un respiro profundo mientras Chelsea no podía con la emoción. En cuanto decidí levantarme, ella se lanzó contra mí para abrazarme.

-Hey, no te acostumbres a ser cariñosa.

-Gracias...- susurró para luego soltarme.

Esto apenas comenzó. Me puse frente al espejo e hice mi mejor esfuerzo por peinarme o de lo contrario tendría el pelo en mi cara todo el tiempo.

Tomé la mochila y me dirigí al primer piso con la misma vergüenza y miedo del primer día. Solo que en esta ocasión, sentía el movimiento de la falda en cada paso junto a una ligera brisa en mis rodillas.

Se sentía como salir a la calle en bata justo después de bañarte.

Chelsea bajó conmigo pero se adelantó a la cocina y antes de salir, me dió una pequeña mochila.

-¿Qué es esto?.

-Shhhh, el cariño abre más puertas que la violencia. Consideralo un acto de agradecimiento.

Tomé el obsequio y me dirigí a la escuela. Quería ir rápido para no tener que estar demasiado tiempo en la calle de esta forma, pero al mismo tiempo quería tardarme todo lo posible para no llegar a la escuela.

Apresar de salir de casa con una fuerte decisión en mente, hacer esto era muy difícil.

Luego de unos pasos, llegué a la escuela, donde apenas poner un pie, comencé a sentir las miradas sobre mí y los murmullos no quedaron atrás. Todos me veían desconcertados y sorprendidos ante una Irina totalmente diferente.

Sentía que se burlaban de mí por vestir como jovencita, pero no me permití perder la postura.

Llegué al salón y las miradas me bombardearon nuevamente.

Al llegar a mi asiento, solo me concentré en evitar que el aire frío siga entrando por mis piernas. En eso Ulysses rompió el silencio.

-Wow.

-¿Qué?.

-Siempre lo supe.

-Se más claro, niño.

-Que eres her...-

Ulysses due interrumpido por otro chico quien se puso enfrente de él.

-Hola preciosa, no sabía que eras tan bella, ¿Qué tal si vamos a algún lado después de clases?- comentó muy cerca de mi rostro.

Aquel chico comenzaba a ponerme incomodo, así que decidí ignorarlo.

-Así que eres una chica difícil. Te propongo esto...

-Cállate-decreté.

-¿Perdón?.

-No soy difícil, ni preciosa, ni bella. Tengo nombre y estaba en una conversación.

-Oh, vamos, ¿Con este tonto de aquí?.

-En efecto y ya que no tengo ninguna intención de hablar contigo, retirate.