Tuyo Hasta Saciar (BAD1) (TERMINADA)

capitulo 3

Hola!!!
Volví!, después de mucho tiempo al fin terminaré esta obra así que espero les guste y les dejo aquí un capitulo mas 😘😈gracias por la paciencia 😅

Amance salió de la ducha, tomó su pijama que descansaba sobre la cama y se la colocó, se metió entre las sabanas mientras evocaba lo sucedido esa tarde, aun no podía creer que se había dejado llevar por el deseo de esa manera, ¿sexo en un bastidor?, sin duda le excitaba solo recordarlo, una evidente sonrisa se dibujo en su rostro mientras pensaba en cada detalle, a pesar de ser una mujer integra se había dejado envolver en los placeres de un completo desconocido que tenia ese algo que la encantaba sin poder evitarlo, sus ojos, su cuerpo perfecto, sus besos, todo en ese hombre era absolutamente perfecto, era extrañamente ideal, no conseguía, y no quería sacarlo de su mente. En ese preciso instante su teléfono sonó, desconcertada lo busco hasta encontrarlo en la mesilla de al lado, lo tomó y se cuestionó el contestar o no pues era un número extraño, intentó responder pero en ese segundo dejo de sonar, sin darle mucha importancia decidió dejar el aparato donde antes, volvió a acomodarse cuando lo sintió vibrar, volvió a tomarlo y leyó el mensaje que acababa de recibir

"¿Por que no deseas responder mi llamada diosa mía?"

-¡Damien!- no supo el momento en que grito su nombre, estaba confundida y emocionada, ¿como había conseguido su número? ¡Ah!, poco le importó, en ese instante solo quizo volver a sentirlo dentro de ella por lo que respondió aquel mensaje

"no sabia quien eras, además estaba casi por dormir, justo cuando iba a responder dejo de sonar, ¿que quieres a esta hora?"

"¿te molesta que quiera volver a sentirte diosa mía?"

"para nada, ¿vienes?"

"claro, abreme la puerta"

"¡¿estas fuera de mi casa?!"

"creo, ¿por que no abres la ventana y lo compruebas?"

Sin pensarlo se levanto de golpe y fue a su ventana, al abrirla pensó en asomarse por el balcón hasta que lo vio con una rosa roja en la mano y elegantemente vestido de traje

-Damien...

-bonne nuit ma déesse

Amance corrió hasta él para besarlo, Damien la cogió en brazos y la llevo con premura hasta la cama, le quitó la pijama y llevó sus dedos hasta su sexo, mientras la preparaba beso su frente, bajó a su mejilla, sus labios, lamió su cuello asegurándose de dejar varias y notorias marcas, bajo a sus senos y devoró sus pezones, los disfrutó, con la mano libre apretaba uno mientras con su boca comía el redondo y delicioso manjar que tenia solo para si

Amance gemía presa del inmenso placer que sentía, permitía que sus manos recorrieran con placer aquella ancha espalda, Damien llegó hasta su sexo y sustituyó sus dedos por su boca, con premura devoró su feminidad hasta permitir que la castaña vaciara su deseo en su boca, ella parecía ya no poder más aunque realmente deseaba mucho más, Damien subió mientras dejaba pequeños besos por todo su vientre, volvió y saboreó sus senos hasta que por fin estaba justo sobre ella mientras observaba su bello rostro consumido por el placer

- ¿agotada diosa mía?

-sólo un poco

-¿continuo?

-por favor... - alcanzó a gritar en un fuerte gemido justo en el momento en que su hombre se adentro sin piedad alguna en ella, Amance se aferraba con fuerza a su ancha espalda mientras Damien la embestia sin piedad, ambos estaban fuera de sí presos del inmenso placer que se producían el uno al otro
Cuando Damien acabó dentro de ella se dejó caer suavemente sobre su cuerpo mientras dejaba pequeños besos en su cuello.

–Damien...

–dime, diosa mía

–¿por qué yo?

–¿a qué te refieres?

–lo sabes perfectamente, no soy ninguna jovencita como las que de seguro te llueven, te llevo muchos años y... –Damien la callo con un suave beso en los gruesos labios de aquella escultural mujer

–no digas más reina mía, no más por favor, tu eres perfecta, si es cierto y no te negare que tengo muchas jóvenes detrás de mi, pero no pretendo corresponder a ninguna de ellas, son simples niñas ingenuas que no me atraen en lo absoluto, no tienen nada de interesante, no han vivido nada y son... Desechables, yo busco algo más, algo mejor y esa eres tu Amance, tu diosa mía eres todo lo que yo necesito y deseo, una mujer madura, con experiencia, que sabe lo que quiere y por lo que lucha, esa sin duda eres tu reina mía, una mujer perfecta, has sido hecha para mí mon amor, como podría ser tan tonto como para despreciar tan hermosa dama

Amance no podía creer aquellas palabras, ¿enserio aquel irresistible hombre le acababa de decir todas esas  palabras hermosas?, más aún, ¿realmente las sentiría? Ella esperaba que si pues aunque no creyó volver a sentir esa mezcla de emociones entre pasión y deseo, amor y deseo, lo cierto era que ya nada podía hacer pues Damien había sido capaz de despertar en segundos lo que creía muerto desde hace años, no pensaría, quería disfrutar y se dejaría llevar por aquel sentimiento

–¿en qué piensas diosa mía?

–esto es tan extraño, jamás creí volver a sentirme asi, hasta cierto punto...

–¿culpable?

– eh... – en cierta forma había logrado adivinar en cierta parte lo que pensaba más no lo que sentía, ya que una parte muy profunda dentro de sí la hacía sentir culpable pero decidió no darle importancia a ello sino al amor – no... Creeme Damien, estoy ya en una edad en la que prefiero quedarme con la culpa que con las ganas

Justo cuando Amance  terminó de hablar Damien comenzó a besarla con locura, tomó y apretó con fuerza uno de sus senos provocándole innumerables gemidos a su pareja mientras que con su otra mano bajó hasta su sexo para prepararla nuevamente para otra ronda de interminable placer en la que se fundieron como uno solo durante  toda la noche...