Aquí estamos todas reunidas en mi casa para darle consejos a Lisa y esperando a que venga a recogerla Abel.
—Tranquila y deja que todo surja. Que todo vaya por su ritmo natural. No fuerces nada. —le aconsejo.
—Eso déjate llevar. —le dice también Amelia.
Llaman a la puerta, me levanto de mi cama y me dirijo hacia la puerta de entrada. Cuando la abro veo a Abel con unos vaqueros negros, una camiseta blanca y un abrigo negro desabrochado parado en mi puerta.
—Hola. —me saluda sonriente.
—Hola. —le saludo de vuelta —. Pasa. —le indico echándome a un lado. Entra y cierro la puerta tras él —. Espera aquí, ahora viene Lisa. —le indico antes de irme a mi cuarto de nuevo —. Ya está aquí. —le aviso a Lisa, ésta me mira con cara de sorpresa.
—Tan pronto. —comenta con sorpresa.
—Ya es la hora que quedasteis. —le indico mirando mi reloj —. Te espera en el salón. —le aviso.
—Bueno, haya vamos. —sonríe levantándose de mi cama. Todas las seguimos hasta el salón, donde la espera su Romeo.
—Hola. —nos saluda a todas y en especial a Lisa —. ¿Nos vamos? —se dirige a ella.
—Sí, claro. —le sonríe la rubia —. Pues hasta luego chicas, el lunes os veo. —se despide de nosotras antes de irse.
—Hasta luego. Pasarlo bien. —la despedimos todas cuando sale.
—Bueno nosotras también deberíamos ir yéndonos ya, tu madre estará a punto de llegar. —mira su reloj de muñeca Amelia.
Me despido de ellas y luego salen de mi casa. Me tumbo en la cama a esperar a que mamá llegue.
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—Voy al baño. —le aviso a Amelia dejando el boli encima de la mesa.
—Está bien. Yo me quedo aquí, que tengo que mirar una cosa de los apuntes de lengua.
Salgo de la clase y me dirijo al baño. Como no hay nadie en el baño, entro rápidamente en el sanitario sin esperar mucho.
Cuando termino me subo los pantalones y tiro de la cadena. Entonces escucho como alguien entra en el aseo de al lado.
Salgo y abro el grifo para lavarme las manos. En ese momento la persona que estaba vomitando sale limpiándose con un trozo de papel la boca, revelando así su identidad, que resulta ser Lisa.
—¿Estás bien? —le pregunto acercándome a ella preocupada.
—Sí, es solo que algo me ha debido sentar mal. —sonríe y tira el papel en la papelera —. Volvemos a clase. —me dice y asiento. Salimos del baño y nos dirigimos cada una a su respectiva clase.
—¿Qué te pasa? —me pregunta Amelia mirándome la cara.
—Nada, solo que he visto a Lisa vomitando y me he preocupado. —le cuento lo sucedido.
—Seguro que solo fue algo que le sentó mal. —le resta importancia, diciendo lo mismo que Lisa antes.
—Seguro que será eso. —comento dejando de pensar en eso y lo dejo de lado.
La profesora entra en clase y empieza a dar la lección.
Cuando suena la sirena que indica el principio del recreo, recojo y salgo junto a Amelia. Nos dirigimos al banco donde siempre quedamos con las chicas. Éstas salen a los pocos minutos.
—Lo sentimos, es que la profe de matemáticas nos ha entretenido dándonos unas hojas y nos hemos tenido que quedar unos pocos minutos más. —se disculpa Lisa sentándose a mi lado en el banco.
—No pasa nada, tampoco llevamos mucho esperando. —comento abriendo el envoltorio, que envuelve mi bocadillo.
—Bueno y no tienes algo que contarnos. —le insinúa Bianca a Lisa.
—Cuéntanos, qué tal la primera vez. —le pregunta también Eva.
—Pues la verdad es que estuvo muy bien. Él se portó genial y como me dijisteis luego todo fue rodado. —nos explica mientras que sonríe ilusionada por los recuerdos.
—Me alegro por ti. —sonrío sincera.
—Muchas gracias. —sonríe mirándome —. Bueno, ¿qué tal vuestros días? —nos pregunta para cambiar de tema.
—El mío fue normal, como siempre. —comento sin importancia —. Cansada y con ganas de que esto acabe. —comento sonriente.
—Vamos como yo. —sonríe Amelia mirándome.
—Por Dios, pues sí que estáis vosotras animadas y eso que estamos en el principio. —nos sonríe Eva.
—Sí están así ahora, ¿cómo vais a estar cuando entramos en la dura época de exámenes? —nos pregunta sonriendo Bianca.
Todas estamos sonriendo entre nosotras y en ese momento pasan por delante nuestra Abel y los chicos.
Nos miran como si fuéramos unas locas y después siguen su camino. Nos reímos aún más por lo ocurrido y nos tiramos así por unos cuantos segundos más.
—¿Habéis traído el dinero para las vacaciones? —nos pregunta Lisa.
—Sí aquí está. —le entrego los billetes en mano y ella los guarda en su monedero junto a los demás de Amelia, Eva y Bianca.
—Recuerden nos vamos por la mañana. —nos recuerda.
—Tranquila ya nos lo dijiste. —sonrío —. Va a salir todo muy bien. —la animo.
—Nos lo pasaremos genial. —sonríe Eva.
—Y podremos descansar. —sonríe alegre Bianca.
Volvemos a clase para terminar el último día de clases antes de un buen merecido puente cuando suena la sirena del instituto.
Lo que queda se me pasa rápidamente. Al llegar a casa termino de hacer la maleta para el viaje de mañana.
—Como crece mi niña. —comenta mamá sonriente dándome un beso en la cabeza —. Ya hasta se va a pasar unos días con sus amigas. —sonríe —. Ya sabes tener mucho cuidado y lo más importante pasároslo muy bien. ¿Lo tenéis todo? —me pregunta y asiento —. ¿Llevas la cartera y el neceser? —mira en la maleta, asiento y le señalo donde están.
—Tranquila lo tengo todo. —le aseguro.
Termino de hacer la maleta después de estar como ocho horas, sin exagerar, pensando en qué meter. La pantalla de mi móvil se enciende y veo que me ha llegado un mensaje de Lisa.
Lisa: ¿Quedamos directamente en la parada del bus?
Presiono el mensaje en el centro de notificaciones y escribo mi respuesta.
Nora: O mejor quedamos en una zona intermedia y luego nos vamos todas juntas a la parada del autobús y así ninguna se pierde.
Nora: ¿Qué os parece?
Mando los mensajes y recibo después de unos pocos minutos, sus respuestas afirmativas.
Nora: Pues hasta mañana, chicas. Allí nos vemos.
Envío ese mensaje antes de prepararme para irme a la cama pronto, ya que mañana hay que madrugar.
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Solo iba a ser una cita
Dla nastolatkówPRIMER LIBRO Nora se encuentra en una de las peores situaciones de su vida, sus padres se han separado y su madre se refugia en el trabajo, dejándola totalmente sola. La vuelta al instituto después de un pésimo verano no será tan mala como pensaba...