Estamos todas reunidas en la casa de Lisa, hemos quedado para merendar tortitas todas juntas.
—¿Os acordáis de cuando el profesor de Historia estaba requisándole el teléfono a uno de clase y justo le sonó el suyo en ese momento? Fue algo muy gracioso. Se lo devolvió y luego se disculpo diciendo que esperaba esa llamada y se fue dejándonos solos. —recuerda Bianca la escena con una sonrisa.
—Sí, me acuerdo de ello. —sonríe Lisa —. A ese profesor le ocurren muchas cosas de ese tipo. —añade divertida.
—¿Me pasas el sirope? —le pido a Amelia y me lo tiende —. Gracias. —le agradezco —. ¿Alguien quiere? —pregunto antes de cerrarlo y todas niegan, excepto Lisa que está mirando su móvil entretenida —. ¿Lisa? —la llamo para que me haga caso.
—Eh. —pregunta mirándome y sin entender para qué la llamo.
—¿Qué si querías más sirope? —le repito la pregunta —. ¿Qué estás viendo? —cierro la tapa y cambio de pregunta al ver que sigue sin hacerme caso.
—Es un mensaje de Abel, me pregunta si quedamos mañana para dormir. —contesta, en su tono se nota que hay cierto nerviosismo.
—¿Por qué estás tan nerviosa? —le pregunta Amelia curiosa al notar lo mismo que yo.
—Porque ya sabes, —contesta bajando el tono —es mi primera vez. —añade en un susurro
—¿Estás segura de que quieres perderla con él? —le pregunto —. Ya sabes no le conoces de mucho.
—Claro que sí. —contesta segura.
—Está bien. En ese caso no digo nada más. —dejo el tema y no insisto más. Sigo comiendo mi tortita —. ¿Y cuándo habéis quedado? —le pregunto después de masticar.
—Pasado mañana. —informa partiendo un trozo de la suya.
—¿Estás preparada? —le pregunta esta vez Eva mirándola con cautela.
—Preparadísima. —sonríe Lisa feliz como una niña pequeña —. Una pregunta. —nos dice después de masticar un trozo.
—Dinos. —le dice Amelia mirándola fijamente dejando su tenedor en el plato junto al cuchillo.
—¿Duele mucho? —pregunta inocentemente.
—No, no duele mucho. Al principio es algo doloroso pero muy poco y luego desaparece. —le informa Amelia.
—Relájate y disfruta. —le sonríe Eva —. Es una experiencia que jamás olvidarás. —le asegura.
Seguimos merendando tranquilamente hablando de distintos temas.
Al día siguiente mando un mensaje por el grupo que tenemos.
Nora: ¿Alguien queda hoy?
El primer mensaje que me llega es de parte de Eva con una respuesta negativa, ya que hoy vienen sus tíos de vista. Bianca y Lisa también declinan la oferta, debido a que la primera tiene que hacer una redacción atrasada y la segunda tiene que ayudar a su madre. La única que confirma que va a venir es Amelia.
Amelia: ¿Dónde quedamos?
Decido quedar con ella en mi casa, para charlar y estar juntas un rato. Al rato recibo un mensaje suyo.
Amelia: Ya estoy de camino.
Después de leerlo empiezo a preparar las cosas para cuando llegue. Preparo unas Coca Colas y las traigo a la habitación, las dejo encima de mi escritorio.
A los pocos minutos llaman al telefonillo y escucho la voz de mi querida amiga Amelia cuando lo descuelgo. Le abro las puertas para que entre al portal y después toca el timbre de mi casa.
—Hola, guapa. —sonríe Amelia cuando la abro.
—Hola, rubia. —la saludo. Le doy dos besos y un abrazo. Entramos en casa y nos dirigimos a mi habitación.
—Vaya veo que ya me has traído los suministros. —sonríe viendo los vasos junto a la botella de Coca Cola.
—Lo dudabas. —sonrío sentándome en mi cama.
—Claro que no. —se sienta a mi lado.
Me levanto y cojo los vasos. Voy a beber, pero antes me coge el brazo sutilmente.
—Espera vamos a brindar. —estira su brazo con su bebida y yo hago lo mismo —. Por nosotras y esta nueva amistad que ha surgido entre nosotras. —pronuncia sonriendo, brindamos y bebemos.
—Me ha encantado el discurso. —sonrío volviendo a dejar el vaso en el escritorio.
—¿Qué te parece lo de Lisa? —me mira dejando también su vaso.
—No sé, el chico no me gusta mucho. —comento dirigiendo mi mirada hacia ella —. Ya sabes es un chico que anda con muchas, como si no le gustara tener novia. Que no tengo nada en contra de eso. Es solo que Lisa necesita a alguien que esté más comprometido para su primera relación. —explico mis argumentos.
—No si por una parte tienes razón. —me apoya —. Pero, no sé si deberíamos decírselo. Ella está muy emocionada con todo esto y además mañana van a dar el gran paso. —comenta.
—Sí, lo sé. Pero ya escuchaste, según ella está preparada para ello. —repito sus palabras —. Y por otra parte ella quiere hacerlo. Nadie la ha obligado, así que que lo haga. No podemos hacer nada por evitarlo. —me encojo de hombros.
—En eso tienes toda la razón. —concuerda conmigo.
Seguimos hablando de temas diversos durante unas cuantas horas hasta que nuestros móviles vibran encima de mi cama. En el centro de notificaciones veo que son dos mensajes de Lisa en el grupo que tenemos.
Lisa: ¿Chicas, mañana podemos quedar?
Lisa: Ya sabéis para que me deis consejos.
—Ni que yo fuera aquí una experta. —susurro después de leer los mensajes. Pero Amelia me escucha, ya que oigo su risa —. No sé de qué te ríes. —la miro directamente a los ojos y no para de reírse en toda mi cara.
<<Por Dios como puede estar una chica tan obsesionada por un chico. —comento poniéndome boca arriba en mi cama.
—Parece que es la única que no se da cuenta que lo tiene todo perdido con ese chico. —adopta mi misma postura.
—Todo empezó con aquel beso en aquella fiesta en la que Eva y Bianca tiraron el contenido del vaso a aquellas chicas. —recuerdo —. Pero hay una cosa que me da mala espina. —comento mirando el techo blanco.
—¿El qué? —me mira Amelia interrogante esperando mi respuesta.
—Que me da el pálpito de que ese chico solo quiere acostarse con ella y ya está. —le cuento mi pensamiento.
—¿Tú crees? —me pregunta incrédula y asiento —. A lo mejor no es así, tampoco estamos muy seguras. —comenta dándose la vuelta y poniéndose boca bajo.
—Puede ser, cambiemos de tema. —me cojo el pelo y lo pongo por encima de la cama.
—Bien entonces de qué quieres hablar. —me pregunta Amelia.
—No sé cuéntame alguna anécdota tuya o qué tal si vemos algo en el Instagram y así podemos criticar a la gente. —propongo divertida.
—Me parece bien la segunda opción. —sonríe encendiendo su móvil y entrando en la aplicación.
Empezamos a cotillear a la gente de nuestro instituto y así nos tiramos casi toda la tarde del día.
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Solo iba a ser una cita
Подростковая литератураPRIMER LIBRO Nora se encuentra en una de las peores situaciones de su vida, sus padres se han separado y su madre se refugia en el trabajo, dejándola totalmente sola. La vuelta al instituto después de un pésimo verano no será tan mala como pensaba...