Capítulo I: Desconocidos

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31 de diciembre

Una tarde fría jugando en la nieve, haciendo muñecos de nieves y ángeles en el suelo, el cielo azul con un sol brillante. Una niña de 10 años de edad, con ojos cafés y grandes, cabello largo, negro y lacio, una hermosa sonrisa en el rostro y una piel blanca y suave como un ángel, bien abriga con una bufanda de lana, un gorro de algodón, unos guantes y un gran abrigo de piel negro.

Al ocultarse el sol  ella entra a la casa  siente una calidez que proviene de la chimenea encendida y se dirige a su habitación, al pasar por la habitacion de sus padres escucha gritos, su madre y su padre están discutiendo.

-          No me importa lo que hagas yo me iré – dice la madre gritándole a su padre- ya no te quiero, estoy enamorada de otro hombre y no quiero  saber de Amber puedes quedarte con ella –

Amber al escuchar aquellas palabras que salían de aquella habitación por la puerta media cerrada se quedo sorprendida, su corazón empezó a latir muy rápido y de sus ojos empezaron a brotar las lagrimas al escuchar lo que su propia madre decía, no podía mantenerse en pie y su cuerpo empezó a temblar, puso sus manos sobre su pecho sentía tanto dolor que se fue resbalando por la pared hasta que llego al piso.

-          Como puedes decir eso- le reclamo el padre muy enojado y con lagrimas brotando de sus ojos- es tu propia hija acaso no tienes corazón, Amber te adora- mira a la madre con desprecio su enojo lo hace tirar al suelo lo que había sobre el gabetero de la habitación que estaba al lado de él.

Amber se asusto al escuchar aquel fuerte ruido de las cosas que cayeron y se rompieron, se levanto tan pronto como cayeron las cosa y salió corriendo de la casa, llorando y temblando.

Llego al parque que se encontraba a una esquina de la casa y se detuvo en el centro del parque, miro hacia arriba y lanzó un fuerte grito de dolor – libérate del dolor- escucho una voz que le dijo desde atrás, Amber sintió un sobre salto que le vibro todo el cuerpo al escuchar aquella voz masculina de su espalda, se dio vuelta lentamente con la cabeza baja cuando miro vio unas botas de nieve fue subiendo la mirada lentamente para ver a quien pertenecía esa voz, cuando llego a mirar su rostro no pudo distinguir quién era porque su boca y nariz estaban cubierta por el cuello del abrigo y su cabeza la cubría un gorro de lana solo pudo ver unos hermosos ojos negros que la miraban fijamente   y tan intensamente y unos mechones de cabello negro que sobresalían del gorro.

-¿qué dijiste?- pregunto Amber como si no hubiera escuchado lo que dijo antes.

-libérate del dolor eso fue lo que dije- dijo con una mirada fría e intensa.

Amber se quedo fijamente mirando aquellos intensos ojos negros por unos segundo con sus ojos aun sollozos y triste.

El se acerca a ella y saca una de sus manos desnudas del bolsillo de su abrigo y rosa su rostro secándole una lagrima que recorría su piel blanca y suave. Amber de repente sintió que su corazón se aceleraba y el dolor se hacía más fuerte y empezó a llorar más fuerte, se lanzo sobre el pecho de aquel desconocido que era más alto que ella y sintió que se desahogaba, el coloco su brazo sobre  su cintura y con la otra mano acariciaba su cabeza con una inmensa ternura, Amber sentía una gran calidez que provenían de las manos de aquel desconocido y un gran alivio a su dolor.

-te acompañare a tu casa- dijo él con un tono muy suave mientras la alejaba de él con suavidad. Amber lo miro ya calmada y levanto su mano suavemente hasta alcanzar su rostro y le bajo el cuello del abrigo que cubría su nariz y su boca. – ¿Cuál es tu nombre?- pregunto Amber mirando fijamente a los ojos y mientras descubría su rostro.

Cruel DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora