¿Señor Argent?

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Hola hola, estoy aquí con esta historia inspirada en otra historia con personajes que no son míos y bla bla bla...

Lo verdaderamente importante aquí es que esta historia es para Ann. Mi hermosa, talentosa y dulce Hermanita. Nashi_18200

Feliz Cumpleaños mi corazón. La legalidad te sienta como un guante. *guiño guiño*

☆☆☆

Bacon Hills es el hogar de creaturas sobrenaturales, hombres lobo, banshes, brujos. Todos conviven y luchan bajo el sol de California, en el bosque, en las calles, mientras los humanos de esta ciudad siguen sus vidas sin imaginar lo que sucede a su alrededor.

Hay algunas excepciones, humanos especiales que ven más allá de la falsa calma, personas intuitivas, curiosas que desean conocer este mundo dentro de su mundo. Y personas que simplemente caen allí por casualidad. Incautos que giran una y otra vez entorno al peligro, al misterio, al secreto.
Pero no el. El nació dentro de este mundo de magia y oscuridad, un mundo que debe vigilar.

Desde niño se le entrenó, se le instruyo sobre los peligros del mundo oculto y la necesidad de vigilantes e impartidores de justicia. Un escuadrón de centinelas, los buenos, personas comunes que mantengan los peligros lejos de los inocentes.
Sin embargo con los años pudo ver más allá de todo eso, más allá de las armas.

La primera noche de cacería con su padre. El “líder” de su organización. Encontraron a un hombre en el bosque, lejos, muy lejos de la ciudad. Estaba solo, se veía triste, desesperado. Era el primer hombre lobo que veía. Su nariz mucho más amplia y mucho pelo. Pero a pesar de eso, de sus colmillos prominentes aun veía al humano, la persona hambrienta de afecto y calor.

Estaba acurrucado, abrazando su propio cuerpo para entrar en calor. Su padre, su hermana y los tres hombres que lo acompañaban le dispararon, se burlaron.

Un Omega, era un lobo sin manada, un solitario que lucho por defenderse, por vivir.
Lo mataron, solo por ser quien era.

Esa noche su padre le golpeo y le encerró por no participar. Fueron cinco días de hambre, de dolor y de reconocimiento.

Su padre era un asesino. Ellos eran unos asesinos.

Intento irse, claro que lo intento, pero al final decidió que era mejor quedarse y luchar por ser aquello que le inculcaron. Un vigilante. Al quedarse podría ayudar a esos inocentes.

Se casó sin amor, pero logro tener una relación estrecha con su esposa, eran amigos, cómplices. Ella le apoyaba, ella le escuchaba. Aunque nunca le pudo abrir por completo su corazón. Nunca pudo confiar completamente en ella. Aunque le dio una hija, aunque pasaron años juntos.

Su hija tenía dieciocho cuando fallecieron su esposa, su hermana y su padre, toda la organización paso a sus manos después de muchas muertes, de mucho dolor y sangre.

Reestructurar algo tan corrupto le costó mucho tiempo y decisiones difíciles. Si solo fueran ellos habría acabado con todo, sin embargo había mucho en juego.

Los Hale fueron masacrados por su hermana, y los sobrevivientes necesitaban su ayuda. Una manada de adolescentes era un coctel de problemas. Aún más teniendo entre ellos al imparable Stiles Stilinski.

En toda su vida no había conocido a una persona más llena de energía, determinación y sarcasmo. Nunca lo admitiría ante nadie pero le admiraba enormemente.

A través de los años vio a todos esos jóvenes caer, sufrir, sangrar y reír. A ninguno más que a Stiles. Pero todo volvió a la calma eventualmente.

Su hija se fue de casa con su novio. Derek Hale en su afán por reencontrarse salió al mundo después de perder a dos miembros de su manada y los demás se fueron a la universidad.

En cuatro años de no verlos creo una extraña amistad con Peter Hale. Hablaban, se jugaban bromas, discutían, bromas, discutían, no hablaban, Peter se iba y volvía.

Era extraño, pero podía decir que eran amigos. Claro que el concepto de amistad para ambos se salía de lo convencional, teniendo en cuenta que Peter era una clase de sociópata, o estaba muy cerca de serlo, con extrañas maneras de demostrar su aprecio al ser un hombre lobo que volvió de la muerte. Y él era un cazador que tenía alianzas con sus “enemigos”, viudo y con problemas de confianza.

Lo que lo traía hasta este momento absurdo en el que Peter le obliga a inscribirse en un programa de prueba llamado Media Naranja, que según su desarrollador te iba a llevar con tu complemento, la persona hecha para ti, mediante la ciencia y absurdas preguntas.

— Peter esto es ridículo — exclamó con dureza.

— Chris, hombre, relájate. Necesitas a alguien en tu vida, al menos alguien con quien hablar además de mí, necesitas salir y coger como Dios manda, yo ya ofrecí mis servicios y no quisiste por todo eso de la amistad y bla, bla, bla, joder, ¿se puede ser más mojigato? — le respondió Peter arrastrándole por el pasillo de la torre de apartamentos dónde vives su supuesta media naranja.

—Eres peor que una patada en el culo. Ni siquiera me has escuchado. Como voy a salir con alguien que no conozco. Soy viudo. Tengo una hija sin mencionar que soy el líder de un organización secreta de cazadores…

Está última frase fue interrumpida por el sonido  del timbre que acababa de tocar Peter.

—Buena suerte.

Ver correr a Peter siempre lo desconcertaba por la economía de sus movimientos. Es esta ocasión lo único que pudo ver fue su sonrisa socarrona y un guiño de “chulo insufrible”

Lo siguiente que escucho fueron algunos golpes desde el interior del departamento, pisadas rápidas y la puerta siendo abierta con rapidez.

Frente suyo tenia un metro setenta de nervios. Piel clara salpicada de lunares y unos ojos grandes y sorprendidos.

—¿Sr. Argent?

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⏰ Última actualización: Mar 05, 2019 ⏰

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