Ya pasó una semana desde que vivo con el señor Joe. No pasó nada interesante, de vez en cuando me toquetea el culo o me aprieta una teta, pero nada grave.
No puedo parar de pensar en Levi, le voy a pedir permiso al señor Joe para ir a verlo.-Señor Joe...
Nada, sin respuesta. Debe estar en su cuarto
-Señor...
Se escucha un gemido o un gruñido, no se bien.
Abro sutilmente la puerta y veo al señor Joe en su cama,con la cabeza tirada para atrás y una foto. Se notaba un movimiento abajo de la sábana. Qué hombre desagradable, se estaba pajeando a las 2 pm.
-Ejem- tosi para llamar su atención
-Ay bebé no te había visto- me vio y salto del susto. La foto aterrizó al lado mio, me agache para devolversela y me di cuenta que era UNA FOTO DE MI CULO POR ABAJO DE LA POLLERA
-Tome señor joe- le dije pasandosela con asco y bronca
-Emm, es que, cómo te explico, emmm. Bebé, tu culo me pone- me dijo acariciandose la nuca
-Esa es más información de la que necesito, Señor Joe. Quiero pedirle permiso para ir a ver a mi hijo
-Dejala ninguna manera, hoy viene mi novio y necesito que lo sirvas. También, vení a ayudarme con esto -dijo señalando su bulto-
Justo sonó la campana del horno y tuve una excusa para irme. Este tipo me daba asco, se pajeaba con fotos mías y encima tenía el descaro de pedirme ayuda. En el fondo no era un mal tipo, pero necesitaba ponerse límites. Por alguna razón el hecho de que fuera un salvaje me gustaba