Toqué el timbre que se encontraba a un lado de la puerta y no tuve que esperar nada porque Noah ya se encontraba abriendo la puerta.
―Wow —no puedo ser más estúpida, eso fue lo que me salió al verlo.
—Hola —y él, bueno, siempre tan educado que saluda decentemente y yo diciendo sólo “wow”.
–Bien, pasa —dijo finalmente haciéndose a un lado para dejarme pasar.
Me adentré a su casa y mi mirada se centró en un solo lugar, para esto sí que debería decir wow.
–Oh, lo siento –dijo dirigiéndose a la cocina y con manos torpes intentó limpiar todo de manera rápida. Reí.
— ¿Qué programa acabaste de ver para que le quisieras copiar? —bromee por el gran desastre que se encontraba en la cocina. Muchos vasos y servilletas sucios estropeaban la cocina y no dejaban que se apreciara bien el color naranja con sus respectivos azulejos que adornaban las paredes.
—Oh, bueno, intentaba hacer licuado y como siempre estoy en lo mismo ya sea banana, frutilla quise hacer algo nuevo para que probaras —reí y Noah sonrío tímido.
Qué lindo detalle pero deseo jugar con él.
–Noah, no debías hacerlo— él me miró a punto de llevarme la contraria pero seguí hablando –porque no me gusta el licuado.
Su cara cayó, bueno, no literalmente pero sí su entusiasmo.
–Y-yo, n-no sé qué decir o hacer ahora —balbuceo y ya no pude ocultar mi sonrisa.
—Sólo bromeaba Noah, me encanta el licuado y me encanta mucho más experimentar nuevos sabores.
Noah río.–Bien, pues ve al living que ya los llevo —asentí y caminé al living que por cierto era muy espacioso y bonito.
Dudé en sentarme en el sofá o en la mesa redonda que se hallaba un poco más allá del sofá hasta que me decidí por la mesa.
Noah llegó con una bandeja en sus manos con los vasos llenos hasta la mitad y un plato de galletas.
–No sabía si te iba a gustar así que lo llené hasta la mitad nada más.
— ¿Y tú tampoco estabas tan seguro de tu obra maestra? –me referí al otro vaso hasta la mitad también.
Él se río.—La verdad que no.
Se sentó a un lado y me pasó un vaso y colocó el plato de galletas en el centro.
Noah se quedó atento y me observaba, entonces supe que estaba ansioso sobre mi opinión a lo que acababa de hacer.
Agarré el vaso y a de a poco lo ingerí, el durazno fue lo primero que pude reconocer y luego el sabor a banana.
La mezcla de los dos era increíble.–Está delicioso Noah —lo felicité al apoyar el vaso en la mesa nuevamente.
Él sonrió a más no poder y tomó también del suyo.
Agarré una galleta del plato y también me encantó no hacía falta preguntar si él las había hecho porque las galletas de la tienda Comay’s era reconocible al primer mordisco.
— ¿Te gusta?— Noah preguntó por las galletas y asentí –que bueno, las hice yo– sonreí a medias por justo tener un bocado en la boca y con mi dedo índice le llevé la contraria, él río –. Bueno, no las hice yo, las hizo mi madre.
Mis ojos se abrieron y miré la galleta en mi mano sin poder creerlo.
— ¡¿Tu madre hizo las galletas que por casualidad o algún robo del ingrediente secreto son del mismo sabor que de la tienda Comay’s?! —pregunté impresionada, muy impresionada. Es que yo intenté hacerlo, mi madre intentó hacerlo hasta que me di cuenta que las galletas Comay’s sólo la podían hacer los que trabajaban en Comay’s pero luego llega la señora Schnapp y me lo contradice.
Noah río.—Sí, ella lo hizo y sobre Comay’s, todos se lo han dicho pero ella sólo dice que no es ninguna técnica distinta o algún ingrediente secreto —dijo esto último mirándome divertido.
—Vendré todos los días que haga estas galletas —dije mientras trataba de meter toda la galleta en mi boca.
Bien Lea. Ya para, viniste aquí a estudiar para tu examen, no para comer como Homero.
— ¿Todo bien con tus padres?— oigo preguntar a Noah y lo miro —Ya sabes, ¿no preguntaron sobre lo que pasó?
—Ah, te refieres al plan— digo cuando el agua llega a mi tanque —. Sí, bueno, en parte se lo creyeron— «Lea, nadie te creyó, ni en parte, ni un poco, nada» —bueno, lo que pasa es que estas cosas las hacía ya de chica, unas cuantas veces me dijeron que dejara de hacerlo porque luego ni los profesores me creerían— confesé —. Y sí, se enojaban conmigo por eso y solían castigarme pero ahora sólo dicen que esperan que sepa lo que hago y que debo tomar con más responsabilidad las cosas y en realidad sí lo hago aunque no parezca y…— hago una pausa, miro a Noah y está con su palma en la mejilla mirándome y escuchándome o eso espero —Lo siento, no era mi intención hablar tanto, siempre lo hago dios soy una t…—
—Lea, no— Noah me interrumpió —a mí me gusta escucharte hablar de lo que sea más si es de ti— seguía en la misma posición y me miraba tan fijamente que sus ojos me decían que esto era real, que el mismísimo Noah que en su tiempo fue mi crush estaba diciendo esto —. Mientras no me hables de que te gusta mantener tu cabello rizado todo el tiempo y tus uñas sin ninguna mancha —los dos reímos. Era obvio que lo decía por Sofía, era insoportable con esas cosas y estoy segura de que no era así sólo con él porque todos se quejaban de ella. Mis ojos volaron a los suyos por un instante.
—Está bien, lo prometo.
—Bien, entonces, déjame decirte que me alegro de que tengas padres tan comprensivos, ojalá los míos fueran así —dijo esto último desviando su mirada a la mesa.
— ¿Está todo bien? —pregunté.
—Ellos no son así por eso siempre intento hacer todo bien porque no soporto escuchar como dicen que no seré nadie por un pequeño error. Con mi hermana no lo son porque dicen que ella tiene su carrera de modelo asegurada y ni siquiera le han preguntado qué es lo que quiere ser.
No sabía que los padres de Noah eran así. Bueno, no sabía nada sobre Noah ya que nunca tuve la oportunidad de acercarme a él como ahora.
Noah es una gran persona y siempre lo ha sido, sus padres son muy duros con ellos y sé que en el mundo muchos padres son así con sus hijos.
—Lo siento mucho Noah, tal vez algún día tus padres se den cuenta de lo duros que son contigo y Cloe y cambien, tranquilo— coloqué mi mano en su brazo y él me miró —todo irá bien— le sonreí y él asintió —pero, necesito aprobar matemáticas —saqué mis cosas y jamás me gustó tanto aprender matemáticas.
Después de una hora aproximadamente, por fin aquellos cálculos horrendos matemáticos pudieron quedarse en mi cabeza, bueno al menos hasta mañana en el examen.
Noah tiene una paciencia enorme y lo aprecio mucho, ya que soy muy torpe con esto y él aun así accedió a explicármelo más de nueve veces (literalmente).―Bien, me alegro de que lo hayas entendido ―Noah suspiró.
―Sí, yo también, muchas gracias Noah de verdad.
En un momento Noah desvía la mirada hacia un lugar que no logro seguir su mirada para saberlo.
―Bien, ahora ¿me acompañas al centro comercial? ―oh, el centro comercial.
―Claro que sí, si a Cloe no le molesta por supuesto.
―Para nada ―otra voz irrumpió en nuestra charla y supe que se trataba de la mismísima Cloe Schnapp.
hola a todos y perdón, sé que tardé demasiado pero es que tuve muchos problemas con la computadora en la que escribo por eso así que lo siento, además quería tener varios capítulos preparados
muchas gracias por seguir leyendo y por seguir votando quiero que sepan que no voy a dejar de escribir por más que tardé demasiado, no lo voy a hacer y, bueno eso espero les haya gustado el capítulo<3