Parte 10

292 16 1
                                    

Después de varios entrenamientos, Michiru dice que he avanzado mucho y que ya logré despertar toda la energía de mi poder como Sailor Uranus. Ahora sólo me falta ponerlo a prueba en una situación real, al enfrentar al enemigo, pero espero que eso pase en mucho tiempo.

Por ahora estoy disfrutando la compañía de esta bella chica de cabello aguamarina, que ha llegado para dar un vuelco a mi vida, para llenarla con su luz y darme la fuerza de su cariño y su seguridad.

Ayer, cuando volví a decirle que estoy en deuda con ella por haberme salvado, me dijo que tenía una idea para que saldara dicha deuda y me quedara tranquila.

Creo que mi imaginación voló muy lejos, y aún no sé qué es lo que me va a pedir, pero por supuesto que mi respuesta a todo será un sí. No sé por qué, pero a ella no puedo negarle nada... ¿será que me estoy enamorando?

Por más que he insistido, no ha querido darme ni siquiera una pista de lo que va a pedirme. Pero me dijo que quería que hoy la acompañara a caminar por el centro de la ciudad y a comprar algunas cosas.

Y aquí estamos, paseando por el parque al que hacía mucho tiempo no venía y recorriendo calles por las que últimamente sólo he pasado a bordo de un coche.

Cuando voy sola acostumbro caminar muy rápido, pero ella va a un paso calmado, al cual yo me adapto.

Veo cómo va disfrutando de lo que ve a su alrededor, del aroma que surge de los lugares que venden comida, del delicioso olor del pan recién horneado, de los sonidos de las aves que revolotean por los árboles, de la calidez del sol y de la frescura del viento que sopla y juega con nuestro cabello.

Ella siempre está atenta a cada detalle, es muy observadora y vive cada experiencia con todos sus sentidos. Por eso es una gran artista, por eso es también una gran investigadora y una hábil guerrera.

Mientras avanzamos, nos encontramos con algunas chicas y grupos de mujeres que me abordan para pedirme autógrafos, fotos y que no paran de adularme. Yo debo ser amable, pues finalmente son parte de mis fans, pero no quiero que Michiru se incomode por eso.

Y aunque espera paciente, no dice nada ni se queja, prefiero hacer algo al respecto y decido tomarla de la mano. Ella corresponde mi gesto y entrelaza sus dedos con los míos. Como por arte de magia, las chicas que encontramos dejan de acercarse y ahora sólo nos miran y murmuran "¿quién será esa chica?", "¿acaso Haruka ya tiene novia?", "es muy bonita, pero creo que él merece algo mejor", "odio reconocerlo pero se ven muy bien juntos".

Ante todo eso, yo me limito a sostener su mano con una fuerza ligeramente mayor, para darle la seguridad de que, así haya miles de chicas interesadas en mí, a la única que quiero llevar tomada de la mano y a la única que quiero en mi vida es ella.

Así, sintiendo el calor de su mano, seguimos caminando de una calle a otra, hasta que llegamos a un pequeño y coqueto local. En sus vitrinas, unos maniquíes portan hermosos y elegantes vestidos, y yo me imagino que Michiru se vería preciosa en ellos.

Nos detenemos frente a ese lugar y entramos. Una mujer que parece ser la dueña sale a nuestro encuentro y, por la familiar forma en que se saludan, me doy cuenta de que Michiru ya la conoce bien.

-Haruka, ella es Akiko, es una gran modista y la creadora de todos los hermosos vestidos que puedes ver en este lugar.
-Mucho gusto - la saludo nerviosa al pensar que Michiru me llevó ahí porque quiere que me ponga uno de esos vestidos, que sí, son hermosos, pero para que los luzca ella, no para que me los ponga yo.
-Mucho gusto, Haruka, y bienvenida.
-Akiko, esto es lo que necesito - le dice Michiru al entregarle una hoja con lo que parece un boceto - ¿crees que puedas ayudarme?
-Es realmente hermoso, Michiru - responde la mujer con entusiasmo - haré mi mejor esfuerzo para que en la realidad luzca tan bello como en tu dibujo. Y bien, ¿quién de las dos será la afortunada que lucirá tan encantadora creación?
-Haruka - dice Michiru con total seguridad mientras voltea a verme y yo abro los ojos sorprendida.
-¿Qué? ¿Yo?
-Sí - me responde acercándose para darme un rápido beso en los labios - aquí es donde empiezas a pagar esa deuda pendiente - me dice en un susurro al oído, con una voz sexy, mientras desliza sus dedos de mi mejilla a mi barbilla, y mi piel se eriza al sentir la calidez de su tacto y su aliento.

Y pues, como no puedo negarme, cuando aquella mujer me pide que me acerque para tomar las medidas que necesita para confeccionar lo que sea que Michiru le haya encargado, me dirijo resignada hacia ella y hago lo que me indica mientras realiza sus mediciones con ayuda de una cinta.

Después de anotar todo en una libreta, nos indica que debemos regresar en una semana para que nos entregue la prenda.

Durante toda la semana le he pedido a Michiru que me diga qué tipo de ropa me hará usar, pero no me dice nada, más que ya lo sabré cuando vayamos a recogerla.

Por fin llega el día de hacerlo. Llegamos a la boutique y la modista nos entrega una bonita bolsa que contiene lo que Michiru mandó hacer para mí.

Y bien, que lo que Michiru quería como recompensa no era nada de lo que mi imaginación pensó *cara de puchero* y ahora estoy aquí, en el estudio, frente al caballete de mi pintora favorita, usando un vaporoso y delicado vestido azul pastel, y posando en lo que ella llamó una pose etérea, delicada y muy femenina. Mientras ella realiza trazos en el lienzo con gran soltura y maestría.

Y así, esta increíble chica logró cumplir el objetivo que tenía desde antes de vernos por primera vez y que me dio a conocer cuando nos conocimos: logró que yo fuera su modelo para una pintura. Y aunque al principio refunfuñé porque me hizo usar esto, la verdad es que muero por ver el resultado.

-Creo que por fin terminé - me dice después de algunas horas mientras me deja tomar un descanso en el sillón.
-¿Ya puedo ver?
-Sí - me responde entusiasmada y con un especial brillo en la mirada - a mí me encanta... ojalá te guste.
-¡Wow! - exclamo al llegar a su lado - es hermoso, eres una gran artista... Gracias - le digo al abrazarla para llenarla de besos - al final valió la pena ponerme esto.
-Pero no sé por qué te quejas, si te ves preciosa, Haruka... me encantas con tu estilo de siempre, pero también me fascinas así - dice con coquetería mientras me recorre de pies a cabeza con una mirada seductora y llena de deseo, lo cual hace vibrar cada parte de mi ser.

Al decir esto y sin previo aviso, me toma por la cintura y acerca su boca a la mía para besarme con una mezcla de dulzura y pasión que me encanta.

Mientras me besa, sus manos recorren mi espalda, descienden hacia la cintura y bajan hasta mis caderas, con la misma destreza con la que sus pinceles recorren sus lienzos.

Sus hábiles y delicadas manos van dibujando mis caminos y de vez en vez se cuelan por debajo de la tela que me cubre, y al estar en contacto directo con mi piel, sus caricias logran despertar en mí sensaciones que nunca antes había experimentado.

De pronto, cuando siento que el cúmulo de sensaciones y emociones que ha desatado en mí están a punto de estallar, ella se detiene. Yo no quiero que lo haga, pero no encuentro la manera de decirle que continúe.

Luego, permanece un momento abrazándome y sus besos apasionados se vuelven dulces, lentos y tiernos. Y cuando se separa de mi boca, coloca su frente sobre la mía y fija su mirada en mis ojos.

-Gracias por aceptar ser mi modelo, logré hacer un retrato hermoso, que es uno de mis mejores cuadros y ahora es mi favorito, porque es el que más me gusta: el retrato de mi princesa de los cielos y del viento.
-Sabes que siempre haré todo lo que te haga feliz - sello esa promesa con un beso.

Y ahora ya tengo en mente algo con lo que seguro la sorprenderé, así que pondré en marcha mi plan cuanto antes, pues ya quiero ver su cara de asombro y felicidad.

El amor infinito entre el cielo y el marWhere stories live. Discover now