Capítulo 39

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Juani

No me di cuenta en que momento me quede dormido. Reviso mi celular y veo que tengo un montón de mensajes de Emma.

E: ¿Qué paso? ¿Por qué te fuiste así?

E: ¿estás bien?

E: Juani, por favor contéstame.

E: Tomás es un pelotudo, no da que les des cabida.

E: ¿estás en tu casa? Si queres voy.

No abro la conversación si no que veo todos esos mensajes desde la barra de notificaciones, creo que hoy no me siento lo suficientemente bien como para verla. Apago el WiFi de la casa y luego entro a whatsapp y veo que también tengo mensajes de Mariana, ay que pelotudo, se me había olvidado que hoy era la fiesta de Ben, como pude colgar con eso si incluso ayer ocupe toda la tarde en acompañar a Mariana a dejar todos los trajes. Aunque bueno creo que con lo que me paso hoy es comprensible.

M: hola, ¿podrías venir antes que todos los invitados? Por favor.

Vuelvo a conectar el WiFi para contestarle, rogando que Emma no vea que estoy en línea.

J: no me siento bien Mariana, creo que no voy a poder ir. Lo siento.

Me contesta casi al instante.

M: ¿Qué paso? ¿Por qué te sientes mal? ¿Paso algo con Emma?

Me sorprende que lo haya deducido tan rápido.

J: más o menos. Me siento bajoneado y no tengo ánimos de nada.

M: hey, no sé exactamente qué fue lo que paso, pero lo que menos deberías hacer es quedarte encerrado en tu cuarto, que es lo que imagino estás haciendo ahora, voy a mandar al remisero ahorita para que vengas a mi casa y me cuentes todo. Y no, no es una pregunta.

J: Mariana...

M: Mariana nada. El chofer llega en veinte minutos, si quieres aquí te vienes a poner todo el traje, nos vemos acá.

Y se desconectó, creo que un poco si tiene razón y de hecho no me dejo otra elección. Voy al baño y me lavo la cara, me veo al espejo y veo que tengo los ojos un poco hinchados, por razones como esta no quería ir, pero bueno ni como decirle que no a Mariana, principalmente porque me siento muy agradecido con ella por todo el apoyo que me ha dado.

Hace un par de días le compre un regalo, aunque no sé si sea bueno dárselo esta noche, aunque luego de la fiesta puedo decirle que venga aquí a la casa y ahí se lo doy. Sí, creo que eso hare.

Vuelvo a mi cuarto y me cambio de ropa y tomo la bolsa en la que está el traje y los demás accesorios. Cuando voy de salida, veo que mi mamá esta sentada en la mesa del comedor.

-Juani ¿Dónde vas? –me pregunta

-a la fiesta de Ben, a la que ya te había dicho –digo un poco apresurado porque no quiero que me pregunte por lo de esta mañana porque seguro Coco ya le contó.

-pará, Coco me dijo que te sentías mal, ¿ya estas mejor? ¿Qué paso?

-sí, ya estoy mejor por eso me voy a la fiesta, lo que paso hoy fue una pavada –me le acerco y le doy un rápido abrazo.

-mira lo que te di a hacer para mañana –dice y me señala dos bolsas negras, la miro sorprendido porque no sé con lo que me va a salir. –como no sabía que era lo que querías ponerte mañana para la ceremonia de graduación, te di a hacer dos trajes, uno tiene costuras más femeninas y el otro es completamente para un chico. Los di a hacer por si acaso, porque la verdad ni siquiera supe si ibas a ir, pero a mí me daría mucho orgullo que fueras y poder acompañarte.

Abro las bolsas y veo que ambos son geniales –en realidad, ni siquiera yo sabía en si iba a ir o no, pero creo que iré –ella me sonríe, vuelvo a cerrar las bolsas –regreso más tarde. –le doy otra vez un abrazo y salgo corriendo hacia afuera porque seguro ya me está esperando el remisero.

-no tan tarde eh. –escucho que dice detrás de mí

-ok -digo mientras cierro la puerta.

Cuando llego a la casa de Mariana me quedo completamente impresionado por como quedo todo arreglado, definitivamente esta chica tiene un don para organizar eventos así.

-hola, ¿Qué tal quedo todo? –dice Mariana con un tono de niña muy alegre

.-quedo todo increíble, creo que mucho mejor de cómo lo imaginamos –le digo aun viendo todas las decoraciones.

-vamos a mi cuarto aún te tienes que arreglar y quitarte esa cara de perrito afligido, y ya ahí me cuentas que paso –me extiende la mano, por un segundo dudo en tomarla, pero veo que ella lo hace de manera genuina e inocente así que le tomo la mano y nos dirigimos a su habitación.

-y entonces ¿Qué paso? –dice cuando entramos.

-¿y si dejamos esta conversación para el otro año? –le digo bromeando.

-¿estoy siendo molesta? –dice con cara de preocupación.

-en realidad si –digo riendo.

-bueno, no me importa –y me tira una almohada. Yo la agarro y se la devuelvo de la misma forma. –de verdad, si no quieres hablarlo, respetaré eso.

-es que en realidad creo que no pasó nada y exagere todo.

-si me dices todo a medias no voy a entender una chota –dice un poco exasperada. -¿hablaste ya con Emma y le dijiste que sos trans?

-no

-¿entonces?

-lo que paso fue que un profesor saco a relucir el tema de la ESI y ahí también salió bailando lo del tema de la transexualidad y vi que Emma no va a entender lo de ser trans. –digo sentándome en su cama.

-pero, ya hablaste con ella o por lo menos sabe que sos trans.

-no

-¿y entonces por qué dices que no va a entender nada?

-bueno, por que hizo comentarios un poco medio estúpidos y...

-estas huyendo... -suelta

-¿Cómo así? –pregunto extrañado

–no le dijiste directamente que eres un chico trans y te estas escondiendo detrás de ese incidente para salir huyendo.

-con eso que dijo es obvio que no va a entender –digo tratando de defender mi punto.

-es que es obvio que hasta puede llegar a hacer comentarios estúpidos, no la justifico claro, pero hay muchos que hacen eso desde su ignorancia, tu trabajo es tratar de explicárselo y hacerla entender ¿lo hiciste?

-no

-bueno, entonces eso es lo que debes hacer, ya si ella no te entiende o no te quiere entender entonces la mandas a la mierda y listo, no sin antes luchar. ¿Ok?

-te odio tanto –le digo y ella comienza a reír.

-¿vas a hablar con ella?

Respiro profundo –sí, lo haré mañana después de la ceremonia de graduación.

-perfecto, ahora si vamos comienza a vestirte, yo voy a salir y cuando estés listo me llamas para maquillarte un poco y taparte esas ojeras –dice mientras se levanta y se dirige a la puerta.

- Mariana –digo antes de que salga –muchas gracias.

-no hay de que pedazo de gil –y se va.

Pero que pedazo de pelotudo que soy, Mariana tiene toda la razón, tal vez el miedo fue el que me cegó y por eso mejor me cerré a sufrir toda la tarde, decidí ser un cobarde, pero ya no más, tengo que salir de ésta de una buena vez.  

Jugatela Por Mí  (JuaniXEmma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora