Alicia se levanta y se dirige a la cocina. Han pasado más de seis meses desde que vive sola y aún no se acostumbra a la cafetera de su piso. Ni a ver a Salva, su compañero, pasearse en calzoncillos por la cocina.
-¡Tápate! -Le grita Alicia riendo.
-Pero si te encanta verme así. -Salva se acerca a ella y le revuelve el pelo.
-Más quisieras.
Alicia toma un sorbo de su café mientras mira de reojo cómo Salva se sirve una taza. La verdad es que no le importa que vaya así, le alegra la vista desde temprano.
Lleva seis meses venciendo la tentación de acostarse con ese chico, y debe seguir haciéndolo. Le gusta, le gusta mucho, pero también le encanta vivir con él y no quiere estropearlo.
-Bueno, si te pones así me vestiré. -Salva mira a Alicia mientras bebe y se dirige a su habitación.
Alicia suelta una pequeña carcajada, coge su bolso y se marcha para la facultad.
Cuando baja las escaleras del piso ve como en el primero alguien se está mudando. Pero sólo ve a unos operarios meter un par de muebles, entre ellos una mesita de noche que a Alicia le resulta familiar.
Sin darle más importancia sigue su camino. En la puerta la espera Nuria, una de sus amigas. ¡Por fin tiene un grupo de amigas! Le encanta tenerlas, siente que puede confiar en ellas para todo. Incluso les ha hablado de Álvaro.
Caminan juntas charlando hasta llegar a la universidad. La mañana se pasa rápida entre clase y clase. Era viernes, así que tenían menos horas de clase que de costumbre. Antes de la hora de comer, Alicia vuelve a casa.
Cuando abre la puerta de abajo se cruza con Salva.
-Anda, vámonos, te invito a comer. ¿Te apetece? -Le dice el chico.
-¡Mucho!
Alicia vuelve a cerrar la puerta y se marchan a un restaurante de comida rápida cercano. Después de comer entran a un centro comercial a mirar libros y música. Salva sabe que a Alicia le encanta hacer eso.
--Perspectiva de Álvaro---
"Una semana más y salgo de aquí" se repetía constantemente. Álvaro estaba en la cárcel. Llevaba seis meses allí, y a cuál más insoportable. Al principio nadie le hablaba, pero luego se convirtió en el centro de las burlas de todos. Allí era el niño pijo, y tuvo que cambiar esa imagen de él.
Lo primero que Álvaro hizo para quitarse esa etiqueta fue pelarse. Se peleó con uno de los secuaces de uno de los tipos más importantes de aquel sitio. Y por suerte, ganó. Ni siquiera sabe cómo, pero lo hizo.
Después de eso, todo el mundo fue amable con él. Algunos incluso le temían.
Su compañero de habitación se llamaba Ricky, y llevaba allí bastante tiempo. Había sido detenido por tráfico de droga. Al principio Álvaro y él ni hablaban, pero a raíz de la pelea hicieron incluso algo de amistad.
Dos meses después de estar allí, Álvaro ya era como ellos. Había olvidado el teatro, su trabajo, incluso sus amigos. Lo único que no olvidaba era a Alicia. Cada vez que pensaba en ella se sentía como la primera vez que la besó.
Al tercer mes, Álvaro se hizo un tatuaje. Ricky le dio la idea, le dijo que con eso le respetarían aún más. A Álvaro le gustó y decidió tatuarse una calavera con rosas en el hombro. "Muy típico" pensó al verlo terminado, pero estaba satisfecho con el resultado.
Al quinto mes, llegó otro tatuaje. Esta vez una frase, en el costado. No le dijo a nadie lo que era, sólo él sabía lo que significaba. Lo único que Ricky sabía de ese segundo tatuaje es que tenía que ver con una chica. Pero Álvaro jamás le habló de Alicia, sólo la mencionó un par de veces.
-¿Listo? -Ricky se acerca a Álvaro que está sentado en el borde de su cama dentro de la celda.
-¿Eh? -Dice despistado.
-¡El pendiente! Venga, es tu última semana. -Le dice Ricky dándole en el cuello.
-Ah, sí. Vamos.
Se ponen en marcha y media hora después Álvaro ya tiene un pendiente en la oreja izquierda. Según le ha dicho Ricky es costumbre hacerse uno antes de marcharse.
-Te queda muy bien. -Le dice Ricky,
-¿Ahora eres un marica? -Álvaro alza una ceja.
-Venga ya. -Ricky ríe.
Álvaro bromea con él y hace amago de pegarle.
-Toma un poco, anda. El guardia está comiendo ahora.
Ricky saca de su bolsillo un poco de hierba y se la lanza a Álvaro. La observa y la huele. Acto seguido saca un papel de liar de una cajita que lleva en el bolsillo. Enrolla la hierba con rapidez. Aún recuerda cuando Ricky le enseñaba cómo hacerlo.
Da un par de caladas y se lo pasa a Ricky. Éste hace lo mismo y se lo pasa a Álvaro, así hasta que se lo acaban.
Álvaro se tumba en la cama mirando al techo y piensa en Alicia. En cómo estará, en si querrá verle, si seguirá queriéndole, si estará con otro... Cientos de imágenes cruzan su mente.
Flashback.
-Te amo. -susurró Álvaro en el oído de Alicia mientras la besaba con pasión.
-Álvaro. -Alicia se alejó un momento de él. -¿Me prometes una cosa?
-Lo quieras. -Álvaro clavó su mirada en la de Alicia.
-Prométeme que nunca, pase lo que pase, vamos a dejar de pensar el uno en el otro.
-¿Crees que algún día podré dejar de pensar en ti? -Álvaro sonreía con ilusión.
-No lo sé... Pero yo jamás lo haré. ¿Me lo prometes?
-Te lo prometo.
Álvaro besó a Alicia mientras metía las manos por debajo de su camiseta. Estaban tirados en la cama, era como pasaban la mayoría de días de verano.
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Your favourite guy.
FanfictionSEGUNDA PARTE DE "CUANDO SÉ QUE ESTÁS DORMIDA" Alicia ha cambiado por completo su vida, ya no es la chica introvertida y tímida que era antes. Ahora tiene un grupo de amigas, sale, va a la universidad... Y comparte piso con Salva. A pesar de seguir...