0.04 -Sentimientos contradictorios

585 68 11
                                    

—¿Y para qué quieres saber mi nombre, mocoso? —Jungkook miró de reojo al rubio, y tras un chasquido con la lengua, metió su mano derecha en el bolsillo de su pantalón.

Jimin no dijo nada más y siguió haciendo fotos al elefante. Se sintió algo desilusionado ante la respuesta del mayor, pero por otra parte, lo encontraba razonable. Lo poco que había interactuado Jimin con Jungkook, se había percatado que en su mirada habitaba la soledad como principal fuente. Y sus sospechas habían sido ciertas, al enterarse que tenía como amigo a un elefante. Algo tierno y raro por parte del pelirrojo.

—Creo que no tienes amor, por eso eres así —Soltó de la nada Jimin, mientras miraba las fotos que había hecho—.  «Jungkook no tiene amor, solo vacío. Estoy seguro...» —pensó.

Ante eso, Jungkook se posó en la valla. Kook se percató del refresco medio caliente que tenía en la mano derecha, lo miró fijamente y sin pensarlo mucho más, lo abrió y bebió de él. Jungkook puso una mueca de desagrado al sentir aquel líquido caliente recorrer por su garganta.

Kookie no entendía a qué venía tal ocurrencia de que “no tenía amor” tan de repente. Y mucho menos el porqué hablaba así a un adulto, como si lo conociera de toda la vida, suponiendo cosas. ¿A caso no tenía respeto?

—¿Cómo que no tengo amor? Esto... —El mayor no siguió hablando, ya que no sabía el nombre de su acompañante.

Y como si el joven le hubiera leído la mente, contestó:

—Jimin, Park Ji Min. Ese es mi nombre —dijo con delicadeza, ya que estaba al corriente que había interrumpido al pelirrojo.

—Bueno, Jimin —recalcó su nombre, haciendo una breve pausa—. Dime, ¿a qué te refieres?

—Si tuvieras amor, estarías feliz; y tú no lo eres —se encogió de hombros, restando importancia a lo que él creía evidente.

Lo que trasmitía la mirada de Jungkook era un signo evidente de infelicidad: la soledad.
Pero para Kookie, esa respuesta produjo un gran revuelo en su cabeza.

¿Cómo no iba a ser feliz? Claro que lo es.

Estaba rodeado de increíbles amigos: Phati, la jirafa; Rina, una zorra del Ártico, que nació sin una pata y, obviamente, Mochi, su mejor amigo. Siempre ha tenido a sus amigos para contar sus experiencias, para olvidarse de su estrés y sus malos momentos. Incluso de pequeño tuvo a Sami, una pequeña salamandra, que siempre se adentraba en su cuarto, y estuvo con él cuando sus padres discutían. También tuvo a su inolvidable amigo: Dolly. Nunca estuvo solo.

Prefería mil veces estar con ellos a juntarse con humanos que lo tacharan de rarito y se burlaran de sus animales. No iba a cometer el error.

Rodeado de naturaleza, era lo único que necesitaba. No humanos.

—No necesito personas para ser feliz, niño—. Soltó con repugnancia en sus palabras. —Para tu información, que dudo que lo sepas, Mochi casi fue asesinado por personas. ¿Acaso quieres que me junte con ellos? —Dio una carcajada, imaginándose tal estupidez.

—No me refiero a eso— Agachó la mirada, cohibido. No sabía cómo explicarse, al lado del mayor no le salían las palabras.

Jimin estaba de acuerdo que no era necesario estar con seres humanos para ser feliz, él mismo creía que las personas eran hipócritas, ocultando su verdadera personalidad en máscaras de falsa preocupación y palabras. Él mismo había experimentado eso.

—¿Entonces? ¿Qué quieres decir?

Jimin, sin responder a la pregunta del mayor, miró a los ojos del elefantito, esperando encontrar el suficiente valor para reunir las palabras adecuadas; pero solo sintió el miedo en aquellas orbes.

Miedo al Amor » Kookmin [BTS] #1CWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora