Recuerdos

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El castaño dejó caer su espalda sobre la puerta del baño mientras un sollozo se escapaba por entre sus labios,  parecidos a pequeños suspiros, suspiros de agonía, de dolor y melancolía.

Este sentía como las lágrimas rodaban sin piedad por sus mejillas, aquellas lágrimas que se especializaban en recordarle todo aquello que avía echo mal,  en todo aquello que el odiaba, tanto de si mismo como de la estúpida situación, sus actos, sus palabras, odiaba todo.

El chico poseía una expresión triste en el rostro  más allá de sus lágrimas, a través de sus ojos se podía notar como si algo dentro de el se hubiese echo añicos,  algo roto, destruido, algo que lo que quebraba por dentro

En ese momento las ganas de desaparecer de el maldito mundo inundaron al chico.

Dejó caer débilmente sus puños al suelo, sintiendo el duro y frío piso bajo su puño,  y lentamente aquel puño enrojecía acompañado de un hormigueo que pronto se convirtió en dolor en sus nudillos de los medios meñique y anular,  estaba perdiendo lo único que tenía, se le estaba escapando de las manos y sentía ese gran dolor en el pecho, esa punzada que lo hacía llorar más fuerte.

lentamente su espalda se fue deslizando asta el suelo y en un gesto de desesperación sus manos se pasaron por su cara para seguir por el pelo,  sus manos que ahora se encontraban húmedas debido a las lágrimas, sus manos ahora sujetaban con fuerza sus cabellos jalándolos y ahogando así un grito de agonía.

Las lágrimas rodaban nuevamente por las mejillas del que aparentaba ser un niño,  se odiaba, el chico se odiaba por ver como se le acercaban así a su Helbram, definitivamente se odiaba por el echo de haber tardado tanto en decir todo aquello que sentía,  sus brazos bajaron y se auto abrazó, en un intento de ser su propio refugio, estaba tan cansado, ni las lágrimas ni los gritos podían remover todo ese dolor.

El chico se levantó lentamente del suelo, con las piernas temblando y todo el cuerpo débil,  pasó sus manos por su cara para limpiar aquellas lágrimas ya derramadas, sin embargo al instante nuevas lágrimas recién salidas comenzaban a rodar por sus mejillas.

Se miro en el espejo,  sus ojos rojos, su cara inundada en aquellas lágrimas, su rostro colorado por tanto llorar,  apretó los dientes con enojo, era estúpido, todo esto era estúpido.

Lentamente comenzó a despejarse de sus ropas para luego tomata entre sus manos la llave del agua y girarla, así finalmente abrirla.

El agua caía por su cuerpo mientras sus manos tapaban su rostro ahogando así algunos sollozos imposibles de contener.

De pronto sintió como unos brazos lo rodeaban, el chico sin ser consiente de nada se dejó caer sobre eso brazos ahora mojados debido al agua que caía sobre ellos.

_lo siento_ murmura aquel dueño de aquellos brazos que le prometían calor y confianza al menor.

El pequeño negó aún en el pecho del contrario,  lentamente abrió sus ojos con pesadez y lo primero que vio fue aquel saco verde con ese peculiar perfume a Rosas.

Las mejillas del castaño enrojecieron ante caer en cuenta de la situación en la que ambos se encontraban.

_Helbram_ tartamudeo el menor más rojo que la sangre misma.

Helbram bajo la cabeza y lo miro con una leve sonrisa,  sin embargo ante realizar aquel acto fue débilmente golpeado en la cabeza en forma de regaño.

Harlequin se separó de Helbram intentando cubrir en vano su cuerpo desnudo.

_vete,  estoy desnudo_ el chico apretó los ojos con fuerza esperando ingenuamente que cuando los abra el chico ya no esté.

El Color De Mis Mejillas (Helbram x King)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora