Capítulo ocho: Portal.

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        - ¿Al qué?

         Una cara de confusión, intriga y sorpresa recorrió mi rostro.  Eso no era más que un pozo negro, oscuro y profundo. Todavía trataba de no acercarme tanto al precipicio, pero Jessica opinó lo contrario y me llevó hacia el borde del suelo. Abajo, estaba la nada. No había otro sonido que el de nuestras voces.

        - Al Portal. - Repitió. - ¿No es precioso? Ya verás cuando veas lo que hace. Es maravilloso.

        Asentí, pero sin saber ni imaginarme con lo que me iba a encontrar después.
     Caminamos hacia el costado, y bajamos por unos peldaños de una escalera echa con piedras. Menudo trabajo quien lo haya echo: las piedras eran exactamente del mismo tamaño, rectangulares, a la misma distancia donde podías bajar cómodamente. El problema era la barrera de los costados, que era inexistente. Así que bajamos con cuidado. Evitaba mirar hacia mi costado derecho, porque vería el gran pozo. De todas formas, a medida que bajábamos, mi miedo fue desapareciendo, y me puse más tranquila.
        Mi cabeza se llenó de preguntas. Sabía de todas formas, que no debía hablar y menos preguntar hasta que viera todo y el funcionamiento de el llamado "Portal". Mis pasos se volvieron un poco más livianos. Sentía que podía flotar.
        Al final, la escalera poseía un túnel. Iluminamos con nuestras antorchas los costados de la piedra. Hacía más calor allí, y me sentí más cómoda. Hace mucho no sentía tanto calor, ya que el ambiente afuera era de normal a frío. Por lo que no me molestó. Terminamos de pasar el túnel, que fue muy corto, y llegamos a lo que Jess verdaderamente me quería mostrar.

        - Es... Es...

      Había un pequeño pedazo de suelo, y luego una gran fosa, con una gran masa de millones de colores que se expandían por todos los alrededores. Estaba lleno de imágenes. Lleno de gente. Lleno de sonrisas. No pude evitar sonreír un poco luego de ver a una niña reír mientras jugaba en el parque; me recordé a mi de pequeña.
        "Así que esto es lo que ven." Quizá veían más que eso. Y me asustaba un poco, pero no me importaba.

        - Aquí vengo a ver que mis familiares estén bien. Me ayuda a seguir adelante.

        Asentí. Moría por ver sus familiares y ver si eran tan parecidos a Jessica. Pero antes, debía ver a mi madre y al reemplazo en la casa. Por lo que me puse a buscar. Debía saber lo que estaba pasando en mi ausencia. Debía tranquilizarme. De eso se trataba.
       Cuando lo encontré, me sorprendí. La casa estaba muy distinta. Mi madre reía como solía reir conmigo. Mi reemplazo, en otra imagen, quizá de unos minutos después, que pude agarrar entre mis manos, se encontraba en mi habitación. Hablaba sola, o quizá con algo que yo no podía ver. Esa fuerza invisible abrió la ventana y se fue. Mi reemplazo cayó cansada en mi cama. Lucía como yo, cuando me peleaba con alguien, y luego lucía destruída. Agarré otra imagen. El reemplazo hablaba con mi mejor amiga, pero ella no le hacía caso. El reemplazo se enojaba y la imagen se cortó. Temí conocer lo que pasó después. Temía que le hubiese pasado algo malo. Me tapé mi boca con mi mano, sorprendida. Estaba a punto de llorar. Pero luego la imagen volvía, y, en vez de que ella no le prestara atención, se reía. La estaban manipulando.

        - Ven, ¡Ven a ver a mi novio! - Dijo con una emoción casi ridícula.

     Desconocía que Jessica tuviese novio. Me acerqué a la imagen que sostenía en sus manos, a pesar de que no quería. Lo que acababa de ver era de todo excepto relajante. Estaba tan alterada y triste que sólo el calor del portal me quitó. Quizá si estuvieran bien. Quizá estaban en buenas manos. Las imágenes seguían rodando por nuestro alrededor. Era un sin fin de colores. Sonreí algo aliviada, pero no por mucho tiempo.
       Lo primero que reconocí fue un pelo castaño. Luego, unos lentes. La sonrisa de mi rostro se fue borrando.
        No, no podía ser...
       Paul, el chico que llevaba la carpeta aquella vez que entré en la habitación del piso 20, ese chico joven, se encontraba allí, sonriendo radiante, saludando a la cámara.

     

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