Capitulo 8| Solo puedes confiar ciegamente

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- Oye, lobito - Oí la voz de Blake a mis espaldas
- ¿Qué quieres? -
- Eso que hiciste - Dijo llegando a mi lado corriendo - Enfrentarse a Marcus es algo que no muchos harían -
- Cómo verás no soy como muchos -
- No, lobito, no lo eres -
- ¿Qué quieres? - Dije prarandome y mirándole
- Entrenarte -
- Estas loco - Dije y seguí caminando
- ¿Lo estoy? Te enfrentaste a tu Alfa hoy sin más entrenamiento que el de tus clases de educación física -
- Sólo para que sepas, saque 10 en esa clase, e hice boxeo durante 2 años -
- Qué bien por ti, pero eso te prepara para enfrentarte a humanos, no a tu Alfa, lobito -
- No me digas lobito - Le dije girandome una vez mas hacia el
- Bien, lobito - Se estaba divirtiendome - Si logras vencerme, en una única pelea de lobos, te dejo en paz -
- Realmente eres insistente - Blake ya no me parecía aquel intimidante chico que me había parecido la primera vez que vi su forma humana - Bien, una única pelea - El sonrió como un niño al que me compraron su dulce favorito, de no ser Blake hasta podía decir que de veía tierno

El y yo caminamos un poco mas hasta llegar a un terreno semi plano, todo estaba nevado lo que hacía difícil caminar, pero le deba al bosque un hermoso color blanco y brillante.

- Bien, conviértete - Dijo el y así lo hice, por suerte Nick y Connor me habían enseñado como, luego de eso el también se convirtió
- ¿Ahora que? - Dije
- Atacame - Su voz sonaba diferente en esta forma, Connor me había dicho que tenía que ver con la personalidad de cada uno, que la forma de nuestro lobo mostraba quienes éramos realmente

Rápidamente salte sobre Blake pero el simplemente se hizo a un lado haciendo que yo me enterrara sobre la nieve. Me pareció oírlo reír, Blake sabía reír, eso era algo nuevo. Le mire y el salto sobre mi y rodamos un par de metros entre algunos mordiscos y rasguños pude quitarmelo de encima lanzandolo un metro cuesta abajo. Salte sobre el mientras seguía levemente aturdido y quedé sobre el

- Gane - Dije mirandolo a los ojos
- No - Dijo el y de un rápido movimiento cambio de lugar conmigo, quedando sobre mi

Tenerlo sobre mi de aquella forma de recordó el día que lo conocí, de no ser por el nada de esto estaría pasando, yo seguiría siendo un chico normal de 17 años, con una vida normal. Los recuerdos de esa noche me invadieron, y sentí un leve temor, pero algo había cambiado, sus ojos ya no demostraban aquel odio, aquella furia, no mostraban aquello que tanto me causaba escalofríos por las noches. Volví a mi forma humana, al igual que el.

- Yo jamás pierdo, lobito - Dijo con una sonrisa malvada- Este es mi propio juego -
- Ya no jugamos tu juego - Dije
- Y dime - El acortó la poca distancia que había entre nosotros, podía sentir mi pecho chocar contra el suyo mientras respiraba - ¿Qué juego estamos jugando? -
No fui capaz de responderle, Blake aún me causaba un cierto temor, pero no sólo era eso, había algo más que aquel castaño provocaba en mi, un hormigueo en el estómago y mis manos sudorososas acordar el frío eran culpa de el. Mire sus ojos fijamente y note que el ya no miraba los míos, sino mis labios, el hormigueo se intensificó cuando pose mi mirada en los suyos, rosados y un poco maltratados, nuestros ojos se volvieron a encontrar y el junto sus labios con los míos. Se sentís frío el roce, quizás era porque estábamos en la nieve, aunque siempre tuve la sensación de que Blake estaba frío, no sólo por dentro, pero ese beso, no correspondía a alguien frío sino a alguien totalmente diferente a el, a alguien que anhelaba ese beso, ese roce, ese tacto, alguien que sentía una pasión increíble, algo totalmente imposible entre Blake y ello.
- Lobito - Finalizó su frase al romper nuestro beso
- ¡Christian! - Oí la voz de Nick a lo lejos - ¡Christian! - Se acercaba
- Aquí - Grite y Blake se puso de pie
- ¿Qué hacen? - Dijo Nick quien se encontraba cuesta arriba
- Le enseño a tu amigo que necesita entrenamiento - Le dijo Blake y me tendió la mano, la tome y el rosó notoriamente nuestros dedos del soltarme
- Suban o van a helarse - Dijo y ambos subimos

Ambos me acompañaron a casa, quizás por cortesía o quizás por asegurarse de que la loba no apareciera, aunque yo sabía que no lo haría sino hasta el anochecer. Al llegar me gire a mirar a los chicos que tenía detrás, podría decirse que se parecían, ambos un tanto morenos, ojos claros, cabello castaño, altos, problemáticos, chicos malos, podría decirse que eran mi tipo.
- ¿Vas a entrar? - Dijo Blake
- No - Dije inconsistentemente - Digo, si, si voy a entrar - El río levemente
- Bien, los veo luego - Dijo Nick y se fue, pose mis ojos en Blake
- Tienes un grave problema sobre abrir puertas - Dijo y me quito las llaves de la mano y abrió la puerta - Adelante - Dijo e hizo un gesto con la mano, ambos entramos
- Oye, tengo algo que decirte - Fui interrumpido por una familiar voz femenina
- Dios, al fin llegas, Christian - Vi a Ainhoa bajar las escaleras - Te estoy llamando hace una hora - La chica guardo silencio al ver que no estaba sólo - Oh, hola, soy Ainhoa - Dijo y le tendió la mano
- Blake - Dijo y estrecho la mano de la castaña
- Bien, yo, mejor me voy - Dijo y tomo su abrigo - Luego hablamos - Dijo pasando a mi lado - Qué guapo eh - Me susurró, pero estaba seguro de que Blake lo había oído porque río
- Interesante muchacha - Dijo el cuando la chica se fue
- Es una excelente persona, es como mi hermana -
- ¿Qué querías decirme? -
- ¿Conocías al hombre de la cueva? - Él pareció sorprendido por mi pregunta
- Si - Dijo
- ¿Y aún así lo torturaste? - Me sentía un poco decepcionado de el, pero no se cuando llegue al punto en que algo me sorprendería
- Quizás no me creas, pero así debe de ser -
- ¿Así debe ser? ¿Para quien? -
- Para todos, para mi, para ti, para Tamia, para mi manada, para todos -
- Lo sabes, ¿Verdad? -
- ¿Qué Tamia vino aquí hoy por la mañana? Si - Entramos a la cocina y el tomo una cerveza de la heladera - Mira, debes confiar en mi ¿Si?, se que puede ser difícil, pero debes creerme en que Tamia no te hará daño -
- ¿Cómo se que puedo confiar en ti? - Si bien ahora confiaba un poco más en el, nunca dejaría de ser el chico que me quiso matar en repetidas ocasiones
- No puedes - Se acercó a mi, a una distancia tan corta que sentía su respiración en mi piel - Sólo puedes confiar ciegamente - Tenía una sonrisa en su rostro
- ¿Confiar en ti? Suena complicado -
- Pero ya lo haces - Me tomo por la cintura - O no me dejarías hacer esto - El simplemente me dio un beso en el cuello y sentí como todos los músculos de mi cuerpo reaccionaban a su tacto

Ese maligno lobo iba a ser mi perdición, lo sabía, pero estaba dispuesto a perderme con el y por el. El sería mi infierno personal, el mayor pecado que jamás cometeria.

Little WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora